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3.93 AVERAGE
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Iarba crudă, bobocii maronii ai castanilor gata să plesnească şi soarele de primăvară, ce strălucea zi după zi tot mai minunat, păreau să promită o nouă viaţă. Dar pe pământ se aşternuse răceala morţii. Era primăvara anului 1943. Germanii pătrunseseră adânc în Rusia, iar soarta războiului încă nu se întorsese. Aliaţii din Occident încă nu puseseră piciorul pe continent. Teroarea care bântuia Europa lua înfăţişări tot mai feroce. Evreii erau marionetele cotropitorilor, cu care se jucau de-a şoarecele şi pisica. Seară de seară, motocicletele horcăiau pe străzile Amsterdamului, cizmele de piele bocăneau, iar ordinele răsunau, răcnite de-a lungul canalelor odinioară atât de paşnice. Apoi, în Westerbork1, şoarecele era lăsat iarăşi liber – pentru puţin timp. Deseori, oamenii aveau voie să umble liberi prin lagăr, primeau pachete, iar familiile rămâneau nedespărţite. Nu-i de mirare că toată lumea trimitea cuminte scrisorile cu „Îmi merge bine“ la Amsterdam, astfel încât ceilalţi se predau la rândul lor fără rezistenţă la Grüne Polizei.1 În Westerbork, evreilor li se dădea iluzia că lucrurile nu aveau să fie atât de grave, că, e drept, în acel moment nu mai făceau parte din societate, dar că urmau să se întoarcă din izolare cândva. „Când războiul se va sfârşi şi noi acasă vom reveni“, astfel începea un cântec cunoscut. Nu doar că nu-şi vedeau viitoarea soartă, dar au existat şi cei care au avut curajul – sau poate era nălucirea – de a începe aici o viaţă nouă, de a porni o familie. În fiecare zi venea în lagăr dr. Mohlhuijsen, reprezentându-l pe primarul satului Westerbork, iar într-o dimineaţă splendidă – într-una dintre cele nouă zile frumoase din aprilie – s-au prezentat în faţa lui Hans şi Friedel. Erau doi idealişti. El avea douăzeci şi şapte de ani şi era unul dintre medicii cunoscuţi ai lagărului. Ea abia împlinise optsprezece. Se cunoscuseră în secţia în care el ţinea hăţurile, iar ea era infirmieră. „Căci singuri suntem câte unul, dar împreună suntem totul“, îi scrisese el atunci în versuri, exprimând corect sentimentele amândurora. Împreună aveau s-o scoată ei la capăt! Poate că reuşeau să rămână în Westerbork până la sfârşitul războiului, şi dacă nu, aveau să lupte cot la cot în Polonia. Războiul trebuia să se încheie la un moment dat, nimeni nu credea în victoria germanilor.
Pffff, wat een heftig verhaal. Maar wat goed dat dit boek eindelijk weer is uitgegeven.
dark
emotional
informative
reflective
sad
medium-paced
Read this book a long time ago well written but it took a bit to get through based on the contents
Fascinating account of a Jewish Doctor within Auschwitz. It is the only known story that was written within Auschwitz itself. This story is unique not only in that it was written in Auschwitz but that Eddy de Wind's wife was witnesses to the famed horrific experiments that took place in Auschwitz medical blocks. An account of what truly happened in those experiments and in Auschwitz as a whole is a stain on history which it is vital to remember.
The commentary of the post war work of Eddy de Wind and the analysis of the story itself in the latter part of the book is equally as interesting as the account of the time Eddy de Wind spent in Auschwitz.
The commentary of the post war work of Eddy de Wind and the analysis of the story itself in the latter part of the book is equally as interesting as the account of the time Eddy de Wind spent in Auschwitz.
Hard to follow with too much German but an interesting story
This is a different kind of Holocaust book. Usually, we read stories 2nd or 3rd hand but this story is told directly from Auschwitz written by a doctor who was imprisoned there and saw day to day happenings. He placed all his notes in a found notebook and provided as much information as possible. He describes his wife joining a death march and wondering if he would ever see her again. The book was published after the author's death so he never got to see the impact his back had on people.
Este libro nos cuenta la historia de Eddy, un sobreviviente de los horrores de Auschwitz. Un libro que escribió aún estando dentro del campo, haciéndolo una fuente de información invaluable.
Y si bien es la historia de Eddy, el autor decide crear a Hans, el protagonista de este libro, pues solo así fue capaz de escribir sobre los horrores que vivió.
Hans (Eddy) era doctor, y su esposa Friedel era una enfermera, se conocieron cuando él llegó a Westerbork, un campo de tránsito alemán, se enamoraron y se casaron, pero poco después conocerían el verdadero infierno.
Ambos fueron deportados a Auschwitz.
Llegando ahí se dieron cuenta de que los rumores que circulaban acerca de estos campos de concentración eran ciertos, aunque lo que se imaginaron fue superado con creces, estos campos eran aún peor.
Este es un testimonio más de los actos inhumanos que tenían los nazis con los presos, y aún así, me encontré con una nueva cara de Auschwitz.
Y así como ellos eran la imagen de la maldad más pura que haya existido, Hans era la otra cara de la moneda, pues desde que entró no hizo más que buscar cómo ver a su esposa, o por lo menos cómo mantenerla a salvo, y hasta que no lo consiguió, pudo “descansar”, porque en esos lugares dejados de la mano de Dios no había descanso, ni siquiera cuando dormías.
Hans y Friedel tuvieron la “suerte” de encontrarse en cierto momento en barracones conjuntos, él estaba en el Block 9 y su amada Friedel en el Block 10, este último era el barracón de los experimentos. Hans hizo lo que estuvo en su poder para no permitir que dañaran mucho a su esposa.
Todo el libro esta plagado de desesperanza, horror, desesperación, muerte y crueldad, pero también había leves destellos de felicidad y amor, pues solo así Hans, y millones más, pudieron sobrevivir a esta terrible injusticia.
Solo evocando sus recuerdos más preciados podían salir adelante, solo así no se rendirían. El espíritu humano es muy fuerte, y en ellos vemos la prueba.
Así fue como Hans sobrevivió muchas noches, con pensamientos de Friedel en su cabeza, tan cerca pero tan, tan lejos de él, pues si bien los barracones estaban separados por solo unos pasos, la distancia en estos lugares era relativa, para nosotros eran solo unos pasos, para ellos era una vida.
Muchos sobrevivieron solo para contar su historia, la historia de millones. Me partió el alma saber que en esos momentos temían que nadie les creyera, pero no se achicaron ante ese pensamiento, saldrían de esa y gritarían a los cuatro vientos todas las injusticias que vivieron.
Tenían la esperanza de que si contaban lo que ellos habían sufrido, el mundo cambiaría, no dejarían que algo así sucediera de nuevo.
Pero me temo que le hemos fallado a Eddy y a todas esas almas inocentes, creo que tenemos que reflexionar hasta comprender qué hemos hecho mal y cómo podemos solucionarlo, porque decimos no olvidar, pero claramente seguimos dejando que pase.
Súper recomendado, lectores, es un libro de una vida en cautiverio, que contiene muchísimos mensajes. No nos dejará indiferentes. Estos testimonios jamás nos pueden dejar indiferentes.
Y si bien es la historia de Eddy, el autor decide crear a Hans, el protagonista de este libro, pues solo así fue capaz de escribir sobre los horrores que vivió.
Hans (Eddy) era doctor, y su esposa Friedel era una enfermera, se conocieron cuando él llegó a Westerbork, un campo de tránsito alemán, se enamoraron y se casaron, pero poco después conocerían el verdadero infierno.
Ambos fueron deportados a Auschwitz.
Llegando ahí se dieron cuenta de que los rumores que circulaban acerca de estos campos de concentración eran ciertos, aunque lo que se imaginaron fue superado con creces, estos campos eran aún peor.
Este es un testimonio más de los actos inhumanos que tenían los nazis con los presos, y aún así, me encontré con una nueva cara de Auschwitz.
Y así como ellos eran la imagen de la maldad más pura que haya existido, Hans era la otra cara de la moneda, pues desde que entró no hizo más que buscar cómo ver a su esposa, o por lo menos cómo mantenerla a salvo, y hasta que no lo consiguió, pudo “descansar”, porque en esos lugares dejados de la mano de Dios no había descanso, ni siquiera cuando dormías.
Hans y Friedel tuvieron la “suerte” de encontrarse en cierto momento en barracones conjuntos, él estaba en el Block 9 y su amada Friedel en el Block 10, este último era el barracón de los experimentos. Hans hizo lo que estuvo en su poder para no permitir que dañaran mucho a su esposa.
Todo el libro esta plagado de desesperanza, horror, desesperación, muerte y crueldad, pero también había leves destellos de felicidad y amor, pues solo así Hans, y millones más, pudieron sobrevivir a esta terrible injusticia.
Solo evocando sus recuerdos más preciados podían salir adelante, solo así no se rendirían. El espíritu humano es muy fuerte, y en ellos vemos la prueba.
Así fue como Hans sobrevivió muchas noches, con pensamientos de Friedel en su cabeza, tan cerca pero tan, tan lejos de él, pues si bien los barracones estaban separados por solo unos pasos, la distancia en estos lugares era relativa, para nosotros eran solo unos pasos, para ellos era una vida.
Muchos sobrevivieron solo para contar su historia, la historia de millones. Me partió el alma saber que en esos momentos temían que nadie les creyera, pero no se achicaron ante ese pensamiento, saldrían de esa y gritarían a los cuatro vientos todas las injusticias que vivieron.
Tenían la esperanza de que si contaban lo que ellos habían sufrido, el mundo cambiaría, no dejarían que algo así sucediera de nuevo.
Pero me temo que le hemos fallado a Eddy y a todas esas almas inocentes, creo que tenemos que reflexionar hasta comprender qué hemos hecho mal y cómo podemos solucionarlo, porque decimos no olvidar, pero claramente seguimos dejando que pase.
Súper recomendado, lectores, es un libro de una vida en cautiverio, que contiene muchísimos mensajes. No nos dejará indiferentes. Estos testimonios jamás nos pueden dejar indiferentes.
This book is yet another reminder of the atrocities experienced during the Holocaust. Believed to be the only book written in Auschwitz itself, Eddy describes the day to day occurrences within the concentration camp; an insight I haven't come across before. Translated from Dutch, I did struggle to easily comprehend this book but would recommend to anyone to read!
dark
emotional
reflective
sad
medium-paced