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4.07 AVERAGE


Une famille de voyageur s’écrase sur une planète en tentant d’échapper à une menace qui a détruit leur avant-poste scientifique. Les habitants de cette planète, vivant dans une société féodale stricte, tue les parents, et séparent Johanna de son frère Jefri. Pendant ce temps, à l’autre bout de l’espace, Ravna décide de partir les sauver, comprenant qu’un secret ancien pourrait sauver la civilisation interstellaire toute entière. Petite précision, dans ce monde, l’espace est divisé en plusieurs « zones de pensées ».

Quel sympathique livre ! Bon, ok, il souffre pas mal du défaut du « woup la on te balance dans le monde sans rien t’expliquer uwu < 3 », qui peut poser problème au début du livre, surtout sur ces fameuses zones, mais j’ai beaucoup apprécié ma lecture. Dommage qu’on passe plus de temps sur la planète avec les enfants qu’avec Ravna (parce que franchement, les Tynes sont assez chiants, une fois passé la découverte d’une espèce avec plusieurs corps partageant un esprit, et leurs manigances politiques à la mord moi le nœud), et aussi, parce qu’il y avait tellement à explorer du côté de Ravna et Pham (notamment sur les zones, et le Pouvoir). En gros, j’en veux plus !
adventurous challenging medium-paced
Plot or Character Driven: A mix
Strong character development: Yes
Loveable characters: Yes
Diverse cast of characters: Yes
Flaws of characters a main focus: Complicated

I was expecting space opera world-building, etc., but this is a book primarily about dog people (Tines) and their medieval dog people society. I would call this fantasy with a sci-fi veneer. I thoroughly disliked the direction of the story as I felt the whole time I was waiting for something that never came. The Zones of sentience in the universe, which was very interesting to me in the description of this book, is just window dressing and largely irrelevant to the primary action of the more dominant of the two interlocking stories, i.e., the 16th century-esque dog people political drama. The point of view shift for the Tines is pretty well done, but these sections on the whole were very boring. The other narrative strand is way more interesting and explores the futuristic society, but the author drives the story away from this towards a local squabble on the Tines' world. The author tries to connect the cosmically large and the provincial in the last act but I found the stakes of the whole thing to be odd and unsatisfying. The characterization is very flat throughout, which basically goes without saying for hard sci-fi.

Aprovecho de hacer esta reseña ahora porque acabo de releer por décima vez este libro, así es, y porque dentro de poco será el lanzamiento de la secuela; aunque sinceramente no estoy tan entusiasmado por la secuela, la compraré en Amazon cuando aparezca en paperback, pero no antes.

Encontré este libro, A Fire Upon the Deep, en una librería entre la 5a avenida y la 49, en Manhattan. Andaba por el barrio y justo pillé una librería enorme, que de buena casualidad tenía muchas estanterías repletas con títulos fantásticos. Y la verdad es que tenía ese título en mente, junto con otros, porque lo llevaba en una lista en manuscrita guardada en mi billetera, diez libros de ciencia ficción que ganaron el Premio Hugo en la década anterior y que yo no había leído.

No encontré los diez, pero al menos encontré éste, del que no tenía ninguna referencia, ni del autor ni de la obra. Sólo sabía que ganó el Hugo. ¿Arriesgado? Pues nones, para nada. Los ganadores del Hugo, al menos hasta el año 2000, gozan de mi total y absoluta confianza. Después aparecieron los niños magos y el premio perdió parte importante de su peso, pero al menos los libros que ganan siguen demostrando un alto grado de calidad en todo aspecto.

Ya, al grano. Un Fuego Sobre el Abismo trata de una familia que escapa de un planeta donde despertaron a una entidad que llevaba millones de años dormida, un veneno mortal almacenado en un archivo del más allá.

Antes de seguir, debo hacer una aclaración. En esta novela de Vinge, así como en muchas otras de sus obras, la galaxia nuestra tiene unas zonas bastante claras y demarcadas, entre las cuales algunas cosas son posibles y otras simplemente no se pueden hacer. Mientras más cerca del núcleo de la galaxia estés, más estúpidas son las máquinas, y la velocidad hiperlumínica es imposible. Al contrario, a medida que se alejan del núcleo, las posibilidades tecnológicas son mayores y el viaje más rápido que la luz también. Las inteligencias artificiales se vuelven Poderes, civilizaciones completas evolucionan hasta transformarse en dioses. Si fuera fantasía, podría decirse que mientras más cerca de Ámbar, más difícil se hace caminar por la sombra.

Entonces, este Poder dormido despierta, engaña a los humanos y, en pocas palabras, se los come. Pero le falta algo, sabe que entre todos sus archivos hay uno que era importante. Y entonces descubre que una pequeña nave humana sí escapó.

Todo eso ocurre en las primeras tres páginas del libro. No te puedo explicar mi fascinación cuando lo leí la primera vez, la capacidad de Vinge para mostrarme lo que es posible casi en el borde de la galaxia, lo que un Poder es capaz de lograr, los peligros de jugar con documentos cuánticos en una zona donde los dioses son reales, nanotecnológicos a nivel subatómico, y donde cohabitan miles de razas interconectadas por una red de datos que abarca distancias que no me puedo ni imaginar, donde sistemas solares completos existen solamente como nodos de comunicación. La magnificencia de esas imágenes, esos detalles que para los personajes de la historia son tan simples… es como estar dentro de la Basílica de San Pedro y darse cuenta que sin creer en nada, ahí dentro uno se siente piñufla y no hay nada que se pueda hacer al respecto.

Los humanos sobrevivientes viajan en una nave de emergencia, que no es más que un cohete bien equipado, portando a un centenar de niños congelados en sus ataúdes de criosueño. Y llegan a un mundo que es idéntico a la Tierra, a una zona que podría ses Alaska, ponte tú, donde habita una raza de perros inteligentes. Pero ándate cabrito, estos perros son inteligentes solo cuando se juntan cuatro o cinco, coordinando sus pensamientos a través de un complejo mecanismo de sonidos.

Si la idea de un dios ultra cuántico y nanotecnológico es abrumadora, imagina una raza en estado medieval, compuesta por perros que andan en grupos y cada grupo es un individuo.

Hasta aquí no conté nada que te mate la lectura del libro. No hay suficientes párrafos para describir la historia completa. Ni siquiera es un spoiler, porque todo esto, la entidad venenosa en el más allá y los humanos escapando al mundo de los Púas (así se llaman los perritos), todo esto ocurre en las primeras quince páginas, en un libro de más de trescientas.

El trabajo de personajes es notable. La construcción de mundos es abrumadora, no en el estilo empalagoso de Tolkien, sino como lo hacía Herbert en Dune. De hecho el estilo del libro tiene mucho de Herbert, el narrador omnisciente que muestra a los personajes tal como son y sin máscaras, los malos se sabe de inmediato que son malos y cuáles son sus planes, igual que los buenos, y todo eso no afecta el hecho de que la novela sigue avanzando y no aburre nada de nada.

Sólo hubo algo que me hastió en esta décima lectura del libro, porque al fin di con ello: la repetición constante de ciertos elementos de la historia, ya sea por parte de uno u otro personaje, para volver a situar al lector en el mundo y su contexto particular. Un solo ejemplo: a los Púas les parece muy extraño hablar con un humano, porque son criaturas de un solo cuerpo y pueden tocarse sin que sus pensamientos se contaminen con los del otro; y algunos púas hablan de esto en términos de blasfemia, “como tener sexo con un cadáver”. Leí esa frase al menos siete veces a lo largo del libro. Ya la entendí la primera vez, la segunda me quedó claro. A la tercera dije ok, no es necesario que lo repita… pero lo repitió varias veces más. Y así es con muchos elementos de la historia, que son relevantes para mostrar la estructura de pensamiento de algunos personajes. Pero al final es un poco musho, creo (sobretodo si es la décima vez que se lee el mismo libro, que sin saberlo de memoria, esos detalles son fácilmente reconocibles).

En general ese pequeño detalle es minúsculo, si se mira bajo el prisma de toda la construcción de mundos y personajes que hay en esta historia. Es uno de esos libros que doy gracias por haber descubierto y leído, incluso releído, porque en cada nueva lectura aprendí algo acerca del proceso de crear mundos y personajes. Y de verdad me gustaría encontrarlo en español, poder decir “compren esta obra maestra de la ciencia ficción” y después hablar de ella. ¡Pero no está por ninguna parte! Es un libro que hay que leer. Vernor Vinge es un autor que hay que traducir y editar. Su novela “Al Final del Arcoiris” también ganó el Hugo y está ambientada en un futuro no muy lejano, a lo más una década en el futuro, o dos.

Insisto, este es un libro que TIENES QUE LEER. Hay libros buenos, pero éste es una joya.

Being primed by other 90s science fiction, this one went into all the directions I did not expect it to, which makes it stand above all the others for me. It doesn't always make sense and sometimes it gets downright silly, but it never once loses sight of what's important. Easily one of the most wholesome science fiction books, and that's despite covering some pretty heavy topics – as always, how you approach a topic matters much more than the gruesomeness of the topic itself. In the end, it is still formatted as a traditional hero story, but the heroes here are a librarian with a steadfast moral compass, a confused resurrected prince, trees on wheels with memory issues, a couple lost children with high-tech toys and of course, a bunch of intelligent dog packs in the middle of a medieval war. What's not to like!

It is really hard to write believable aliens who are not just humans in funny suits; Vinge has almost managed it, though they had to be disguised in dog suits. The idea of a mind spread across multiple bodies may not be entirely new, but here it is explored to its every logical conclusion, and it's a joy to follow the author as he listens in to the beings of this strange world. It is only unfortunate that the rich setup of the story – itself a thinly veiled metaphor for colonial interference, with technology as the main prize about to change the stakes on both sides of a local war – is necessarily resolved by the overriding need to save the universe and the loyalty of humans primarily and always to their own kind before anyone else, transforming it into an easy "pick the good guys's side" decision.
adventurous mysterious medium-paced
Plot or Character Driven: A mix
Strong character development: Complicated
Loveable characters: Complicated
Diverse cast of characters: Yes
Flaws of characters a main focus: Yes
adventurous emotional mysterious tense medium-paced
adventurous challenging slow-paced
Plot or Character Driven: Character
Strong character development: Yes
Loveable characters: Complicated
Diverse cast of characters: Yes
adventurous emotional hopeful inspiring mysterious tense medium-paced
Plot or Character Driven: Plot
Strong character development: Yes
Loveable characters: Yes
Diverse cast of characters: No
Flaws of characters a main focus: No

Vinge has some of the most brilliant and original hard sci-fi ideas I have ever been exposed to. He built a wondrous universe, that I will not soon forget. 

Sadly the writing, pacing and characterizations are a bit lacking. I long hovered around a 4.0, but the ending pulled it up to a 4.5 for me. 

Vinge’s background in computer science really shines through, but some of the finer points may be lost, unless you have knowledge in this domain. If you do, as I did, then you can easily add half a star to the rating (as I did). 

Also, this book has one of the best imaginations of faster-than-light space battles I have ever read. 

Highly recommended!
adventurous challenging dark mysterious slow-paced
Plot or Character Driven: Plot