Take a photo of a barcode or cover
A couple of people had told me over the years that I should read Trollope. Well, now I feel I've done my duty, but I don't care to repeat the experience. I found his style meandering and really quite boring. The story wasn't all bad, and some of the characters were interesting, though none of them were really likeable. Trollope's writing is not as masterful and compelling, or nearly as amusing, as Dickens', and his characters, though fairly well developed, don't have the psychological depth of Mrs. Gaskell's. I think perhaps the character development is his strongest point, but he is just not a very good story-teller. That's quite enough Trollope for me.
Abrupt endings: Georgina Longstaffe, Felix Carbury, Marie and Mr. Fisker
Dragged on / repetitive at times -- kept reexplaining things that already happened.
Interesting take on the double standards given to gender.
Definitely pretty feminist. Much more than I had anticipated.
Dragged on / repetitive at times -- kept reexplaining things that already happened.
Interesting take on the double standards given to gender.
Definitely pretty feminist. Much more than I had anticipated.
emotional
tense
medium-paced
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
Complicated
Flaws of characters a main focus:
Yes
Me parece impresionante que esta novela tenga casi 150 años, porque algunos de los temas que trata son increíblemente actuales. En especial el pasteleo en el mundo editorial y, por supuesto, el mundo financiero, con sus especulaciones y sus burbujas, y el hecho de que su diferenciación con un timo puro y duro está en que se caiga el chiringuito. Y el chiringuito solo se cae si la gente cree que debe caer. Es un poco como magia.
La cuestión es que toda la trama de Melmotte y cómo se convierte en un gran personaje en la City se podría transplantar al día de hoy y no habría muchas diferencias. Lo difícil es llegar a ciertos círculos, pero una vez llegas, es bastante fácil conseguir financiación sin tener ni un duro en el bolsillo. La gente con dinero se fía de que tienes dinero y con eso basta. El juego de cartas al que juegan los jóvenes en el Beargarden funciona muy bien como metáfora de ese mundo: pagan sus deudas con pagarés cuyo valor se basa en la palabra de esas personas de pagar, pero sabemos que varios de ellos no pueden pagarse porque muchos de ellos no tienen dónde caerse muertos.
Hay un gran componente moral en esta novela que el narrador (que es el propio escritor) deja claro, porque no se corta en dar su opinión, como si fuera Stan Lee en los antiguos cómics de Marvel. Aún así hay varias instancias donde no sé muy bien de qué pie cojea. Por supuesto, este comentario moral chirría más en conceptos como las relaciones amorosas entre hombres y mujeres. Creo que hay cierta sorna en esa opinión de que "antes las cosas no se hacían así" (con la señora Pipkin diciéndolo, para luego admitir que por supuesto que se besuqueaban con chicos, pero a espaldas de sus padres), pero al mismo tiempo, a ojos de hoy, es una visión conservadora. Como una obra publicada por partes, tiene partes de folletín, parte de triángulos amorosos obligatorios, incluso parte de introducir personajes de clases más "humildes" para darle un carácter más popular y que puediera ser leído por más personas (lo de crear historias populares "para todos los públicos" no es algo que se inventara ayer). Es gracioso, porque la novela tiene un número de "shippeos" bastante alto.
Se hace un tanto pesado a veces (aprecié la retranca del narrador, pero a veces el tonito de sermón se notaba demasiado) y es más largo de lo que debería (podría perfectamente perder un par de tramas y al menos 200 páginas), pero creo que se lee a buen ritmo y es fascinante lo poco que han cambiado ciertas cosas. Cómo este libro podría transcurrir durante la crisis de 2008, por ejemplo. Sí, eso es un poco deprimente, pero al mismo tiempo consigue que su lectura resulte interesante.
La cuestión es que toda la trama de Melmotte y cómo se convierte en un gran personaje en la City se podría transplantar al día de hoy y no habría muchas diferencias. Lo difícil es llegar a ciertos círculos, pero una vez llegas, es bastante fácil conseguir financiación sin tener ni un duro en el bolsillo. La gente con dinero se fía de que tienes dinero y con eso basta. El juego de cartas al que juegan los jóvenes en el Beargarden funciona muy bien como metáfora de ese mundo: pagan sus deudas con pagarés cuyo valor se basa en la palabra de esas personas de pagar, pero sabemos que varios de ellos no pueden pagarse porque muchos de ellos no tienen dónde caerse muertos.
Hay un gran componente moral en esta novela que el narrador (que es el propio escritor) deja claro, porque no se corta en dar su opinión, como si fuera Stan Lee en los antiguos cómics de Marvel. Aún así hay varias instancias donde no sé muy bien de qué pie cojea. Por supuesto, este comentario moral chirría más en conceptos como las relaciones amorosas entre hombres y mujeres. Creo que hay cierta sorna en esa opinión de que "antes las cosas no se hacían así" (con la señora Pipkin diciéndolo, para luego admitir que por supuesto que se besuqueaban con chicos, pero a espaldas de sus padres), pero al mismo tiempo, a ojos de hoy, es una visión conservadora. Como una obra publicada por partes, tiene partes de folletín, parte de triángulos amorosos obligatorios, incluso parte de introducir personajes de clases más "humildes" para darle un carácter más popular y que puediera ser leído por más personas (lo de crear historias populares "para todos los públicos" no es algo que se inventara ayer). Es gracioso, porque la novela tiene un número de "shippeos" bastante alto.
Se hace un tanto pesado a veces (aprecié la retranca del narrador, pero a veces el tonito de sermón se notaba demasiado) y es más largo de lo que debería (podría perfectamente perder un par de tramas y al menos 200 páginas), pero creo que se lee a buen ritmo y es fascinante lo poco que han cambiado ciertas cosas. Cómo este libro podría transcurrir durante la crisis de 2008, por ejemplo. Sí, eso es un poco deprimente, pero al mismo tiempo consigue que su lectura resulte interesante.
I first gave this book four stars, mostly based on a handful of little things that annoyed me about the book: Trollope's love of certain hackneyed phrases ("heart of hearts" above all), his tendency to described characters as "poor" (as in "Poor Roger!"), and his rush at the end to wrap up all of his storylines. But the fact is that I genuinely enjoyed reading this book, all 900 plus pages, so I guess I have to forget my stylistic quibbles.
The "now" in "The Way We Live Now" might as well be referring to the present day. Stock market manipulations, shady real estate deals, venal politicians, sensationalist media...it's at times like seeing middle- and upper-class America foreshadowed by the Victorians. Aside from the topicality of much in the book, I enjoyed it because Trollope is for the most part quite adept at juggling multiple storylines and keeping them all interesting. I also greatly appreciate his ability to render so many of the characters in some depth. With few exceptions, they never fit into easy categories of "good" and "villainous." Characters may be morally corrupted, but we understand what drives them. Likewise, the good characters are shown to have very human flaws of their own. Trollope may use the book to scold Victorian Britain, but it is more than just a pithy satire or a self-righteous rant.
The "now" in "The Way We Live Now" might as well be referring to the present day. Stock market manipulations, shady real estate deals, venal politicians, sensationalist media...it's at times like seeing middle- and upper-class America foreshadowed by the Victorians. Aside from the topicality of much in the book, I enjoyed it because Trollope is for the most part quite adept at juggling multiple storylines and keeping them all interesting. I also greatly appreciate his ability to render so many of the characters in some depth. With few exceptions, they never fit into easy categories of "good" and "villainous." Characters may be morally corrupted, but we understand what drives them. Likewise, the good characters are shown to have very human flaws of their own. Trollope may use the book to scold Victorian Britain, but it is more than just a pithy satire or a self-righteous rant.