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grisbell_martz's review
5.0
La obra de Silvia Plath siempre se ha caracterizado por una base biografica, vida y obra van de la mano y en este libro podemos adentrarnos en la vida de la autora desde su perspectiva de forma intimista. Silvia era muy introspectiva, inteligente y con mucha convicción en referente a sus metas y sueños de dedicarse a la escritura. En muchos sentidos, ella alcanzó tanto en su corta vida, pero su propia percepción de sí misma siempre se veía menguada por su depresión. También hay guiños a sus ideas, de escritura tanto en poemas como sus primeras ideas para la campana de cristal. Y pese a su gran conflicto emocional, ella lograba tener introspección sobre su enfermedad mental y el origen del mismo. Sí te gusta la autora y su escritura, es un libro con mucho valor que complementa la obra de la autora. A mí me encantó.
milkawithoreo's review
4.0
Después de tantas idas y venidas (hoy hace cuatro años que empecé a leerlos; y es el libro que más veces he retomado y dejado de lado para acabar volviendo una vez más), el primer libro de este año tenía que ser la colección de los diarios de Sylvia Plath.
Nadie espera que sus diarios vayan a publicarse a título póstumo, aunque en este caso acaba quedando un cierto resquemor (o, mejor dicho, una curiosidad que roza lo morboso) al acabar tan de repente y no mostrar los últimos días de la autora.
En algunos momentos ha sido demasiado duro adentrarse en los pensamientos de Plath, pero también me ha permitido conocer mucho más sobre ella (con algunas curiosidades como su gusto por el cine europeo y, en especial, el de Bergman). Incluso podría atreverme a decir que he podido aprender sobre mí misma en paralelo con sus vivencias mientras iba leyendo unas páginas que, en algunas ocasiones, se me antojaban como un acto sacrílego y donde sentía que estaba traspasando una frontera a la que nadie me había dado acceso.
Nadie espera que sus diarios vayan a publicarse a título póstumo, aunque en este caso acaba quedando un cierto resquemor (o, mejor dicho, una curiosidad que roza lo morboso) al acabar tan de repente y no mostrar los últimos días de la autora.
En algunos momentos ha sido demasiado duro adentrarse en los pensamientos de Plath, pero también me ha permitido conocer mucho más sobre ella (con algunas curiosidades como su gusto por el cine europeo y, en especial, el de Bergman). Incluso podría atreverme a decir que he podido aprender sobre mí misma en paralelo con sus vivencias mientras iba leyendo unas páginas que, en algunas ocasiones, se me antojaban como un acto sacrílego y donde sentía que estaba traspasando una frontera a la que nadie me había dado acceso.
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