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"La edad de la inocencia" nos sitúa en Nueva York, a finales del siglo XIX, en la alta sociedad neoyorkina. El protagonista, Newland Archer, pertenece a la clase más alta de la sociedad, una élite rígida, anclada a un pasado que se desvanece poco a poco, en definitiva: en decadencia, pero todavía con todo el poder, la riqueza y la influencia correspondientes.
Newland está prometido con May Welland, una joven cándida y dulce. El matrimonio supone la unión perfecta para ambos, y Newland tiene esperanzas de que alcanzarán una unión profunda y feliz cuanto más se conozcan. Sin embargo, sus planes se van a ver truncados cuando aparezca en escena Ellen Olenska: la prima de May, que regresa a Nueva York huyendo de un matrimonio martirizante.
Este clásico es una historia de amor prohibido. Es una historia de romance entre Newland y Ellen, pero es una historia de un amor no consumado, de anhelo constante, este tipo de romances en las novelas de época que te mantienen todo el rato en tensión por saber si llegará a pasar algo más entre los protagonistas, por saber si la relación se convertirá en algo tangible, y no sólo platónico. La verdad es que el libro me enganchó muchísimo y me tuvo en varias ocasiones casi al borde del asiento, deseosa de un nuevo encuentro entre Newland y Ellen, una palabra más, una mirada más.
Sin embargo, "La edad de la inocencia" no es principalmente una historia de amor. Este libro es, ante todo, una crítica mordaz a esa alta sociedad neoyorkina del siglo XIX, a sus normas sociales y morales rígidas e hipócritas, a las cadenas del "qué dirán", de la aceptación social. Además, la autora refleja muy bien el poder que ejerce esta alta sociedad, donde los hilos se mueven siempre de forma sutil, siempre a las espaldas, donde nadie te rechazará de frente. La autora retrata esta sociedad con ironía y lucidez, mostrando todos sus contrastes, sus luces y sombras, y la influencia sobre los pensamientos y los valores de todos los personajes. Una sociedad de apariencias donde nadie es realmente inocente.
Edith Wharton escribe con exquisitez. El libro se me pasó volando y no se me hizo nada difícil de leer, y aún así la autora mantiene una pluma muy detallada. No vacila a la hora de presentar a las grandes familias de Nueva York del siglo XIX, sus costumbres, sus relaciones familiares, sus historias y rencillas pasadas.
Por último, los personajes me han parecido lo mejor de lo mejor. Madame Olenska es una mujer fascinante, de armas tomar, muy adelantada e independiente para su época, y en este personaje se concentra todo el pensamiento feminista de la autora, toda su crítica hacia la forma de tratar a las mujeres, tan despectiva, con tanto doble rasero, de esta época. Ellen Olenska es una joya exótica en esta sociedad, fuerte pero también vulnerable y frágil, que parece salirse de las normas, pero que finalmente se encuentra, como todos los demás, irremediablemente sujeta a ellas.
Newland Archer, el protagonista, también me gustó bastante. La evolución que sufre es notable y está muy bien ejecutada: criado y educado en este ambiente, se refleja en sus pensamientos iniciales y su aversión hacia Ellen Olenska al principio del libro, y todo lo que ella representa. Poco a poco, esta visión va cambiando y va transformándose en enamoramiento. Con el enamoramiento, el pensamiento de Newland cambiará: pondrá en duda todo lo que le han enseñado, empezará a ver los rotos y los descosidos de la sociedad en la que vive, las mentiras, las falsas apariencias.
Un personaje que me sorprendió mucho y que dará mucho que pensar es May Welland, la prometida de Archer. Durante todo el libro, May es presentada como una joven pura e inocente, hasta un poco simple, incapaz de pensar más allá de las convenciones sociales y de lo normativo. Sin embargo, May es un personaje que se termina relevando como misterioso, más profundo y complejo de lo que aparenta, mucho más gris y maduro de lo que Archer, y el propio lector, se imagina en un principio.
En definitiva: La edad de la inocencia es un clásico que a mí me parece de lectura obligatoria para todos aquellos amantes de las novelas costumbristas. Es un libro que no deja indiferente, que tiene una crítica poderosa y unos personajes con muchas dobleces, como a mí me gustan. Un libro de fácil lectura pero que plantea preguntas y debates morales, y que desde luego da pie a mucha reflexión.
Newland está prometido con May Welland, una joven cándida y dulce. El matrimonio supone la unión perfecta para ambos, y Newland tiene esperanzas de que alcanzarán una unión profunda y feliz cuanto más se conozcan. Sin embargo, sus planes se van a ver truncados cuando aparezca en escena Ellen Olenska: la prima de May, que regresa a Nueva York huyendo de un matrimonio martirizante.
Este clásico es una historia de amor prohibido. Es una historia de romance entre Newland y Ellen, pero es una historia de un amor no consumado, de anhelo constante, este tipo de romances en las novelas de época que te mantienen todo el rato en tensión por saber si llegará a pasar algo más entre los protagonistas, por saber si la relación se convertirá en algo tangible, y no sólo platónico. La verdad es que el libro me enganchó muchísimo y me tuvo en varias ocasiones casi al borde del asiento, deseosa de un nuevo encuentro entre Newland y Ellen, una palabra más, una mirada más.
Sin embargo, "La edad de la inocencia" no es principalmente una historia de amor. Este libro es, ante todo, una crítica mordaz a esa alta sociedad neoyorkina del siglo XIX, a sus normas sociales y morales rígidas e hipócritas, a las cadenas del "qué dirán", de la aceptación social. Además, la autora refleja muy bien el poder que ejerce esta alta sociedad, donde los hilos se mueven siempre de forma sutil, siempre a las espaldas, donde nadie te rechazará de frente. La autora retrata esta sociedad con ironía y lucidez, mostrando todos sus contrastes, sus luces y sombras, y la influencia sobre los pensamientos y los valores de todos los personajes. Una sociedad de apariencias donde nadie es realmente inocente.
Edith Wharton escribe con exquisitez. El libro se me pasó volando y no se me hizo nada difícil de leer, y aún así la autora mantiene una pluma muy detallada. No vacila a la hora de presentar a las grandes familias de Nueva York del siglo XIX, sus costumbres, sus relaciones familiares, sus historias y rencillas pasadas.
Por último, los personajes me han parecido lo mejor de lo mejor. Madame Olenska es una mujer fascinante, de armas tomar, muy adelantada e independiente para su época, y en este personaje se concentra todo el pensamiento feminista de la autora, toda su crítica hacia la forma de tratar a las mujeres, tan despectiva, con tanto doble rasero, de esta época. Ellen Olenska es una joya exótica en esta sociedad, fuerte pero también vulnerable y frágil, que parece salirse de las normas, pero que finalmente se encuentra, como todos los demás, irremediablemente sujeta a ellas.
Newland Archer, el protagonista, también me gustó bastante. La evolución que sufre es notable y está muy bien ejecutada: criado y educado en este ambiente, se refleja en sus pensamientos iniciales y su aversión hacia Ellen Olenska al principio del libro, y todo lo que ella representa. Poco a poco, esta visión va cambiando y va transformándose en enamoramiento. Con el enamoramiento, el pensamiento de Newland cambiará: pondrá en duda todo lo que le han enseñado, empezará a ver los rotos y los descosidos de la sociedad en la que vive, las mentiras, las falsas apariencias.
Un personaje que me sorprendió mucho y que dará mucho que pensar es May Welland, la prometida de Archer. Durante todo el libro, May es presentada como una joven pura e inocente, hasta un poco simple, incapaz de pensar más allá de las convenciones sociales y de lo normativo. Sin embargo, May es un personaje que se termina relevando como misterioso, más profundo y complejo de lo que aparenta, mucho más gris y maduro de lo que Archer, y el propio lector, se imagina en un principio.
En definitiva: La edad de la inocencia es un clásico que a mí me parece de lectura obligatoria para todos aquellos amantes de las novelas costumbristas. Es un libro que no deja indiferente, que tiene una crítica poderosa y unos personajes con muchas dobleces, como a mí me gustan. Un libro de fácil lectura pero que plantea preguntas y debates morales, y que desde luego da pie a mucha reflexión.
edith wharton i have fallen in love with you
this was a very gorgeous book! gorgeous writing gorgeous social commentary gorgeous tension and subtlety between characters
i’m so used to reading about 1800s british upper-class society and it’s so interesting how similar yet different wharton’s depiction of 1800s american upper-class society is, especially as it’s something she’s looking back on from a world that has moved on, you can feel her nostalgia for the time within her criticism of it
i think “a comedy of manners and satire about a historical upper class society where the rules and conventions create obstacles and drive the narrative as we follow a woman on the outskirts of what is acceptable” is my favourite literary genre and this is a good one
this was a very gorgeous book! gorgeous writing gorgeous social commentary gorgeous tension and subtlety between characters
i’m so used to reading about 1800s british upper-class society and it’s so interesting how similar yet different wharton’s depiction of 1800s american upper-class society is, especially as it’s something she’s looking back on from a world that has moved on, you can feel her nostalgia for the time within her criticism of it
i think “a comedy of manners and satire about a historical upper class society where the rules and conventions create obstacles and drive the narrative as we follow a woman on the outskirts of what is acceptable” is my favourite literary genre and this is a good one
I’m not sure how to feel about this novel. From one perspective, I think Edith Wharton is a brilliant writer. However, from another perspective, I did not like most of the storyline. I’m left feeling confused and definitely unsatisfied.
A classic novel of manners; a Gilded Age, New York City equivalent of Jane Austen, with the obligatory parlor romance. There’s passion here, but it’s tempered and seemingly one-way, as Newland Archer’s obsession with his wife’s cousin never feels entirely reciprocated: Ellen Olenska seems to just cooly float along, responding to Archer’s attentions but holding her cards. They merely politely dance around the infidelities they’re moving toward. Needless to say…there ain’t no sex. (Disappointing, at least to this reader.)
Also, the supplemental characters, many of whom are related, have similar names (Mingott and Welland) that often got me confused.
But lacking any “fireworks,” the novel is still a worthy insider look at stuck-up 1870s New York, which at this stage was just a jealous kid sister to cosmopolitan European capitals. There’s also incredibly beautiful prose. One of my favorite “nuggets of truth” arrives towards the end: “There are moment’s when a man’s imagination, so easily subdued to what it lives in, suddenly rises above its daily level, and surveys the long windings of destiny.”
And this, a woman writing about a man. No wonder Wharton won a Pulitzer.
Also, the supplemental characters, many of whom are related, have similar names (Mingott and Welland) that often got me confused.
But lacking any “fireworks,” the novel is still a worthy insider look at stuck-up 1870s New York, which at this stage was just a jealous kid sister to cosmopolitan European capitals. There’s also incredibly beautiful prose. One of my favorite “nuggets of truth” arrives towards the end: “There are moment’s when a man’s imagination, so easily subdued to what it lives in, suddenly rises above its daily level, and surveys the long windings of destiny.”
And this, a woman writing about a man. No wonder Wharton won a Pulitzer.
dark
informative
reflective
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
No
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
Edith Wharton is one of the great American writers and this is a wonderful read. It is elegant, restrained beautifully written and, at times, very, very funny.
The Age of Innocence was written in 1919, just after the horrors of WWI. At the time Wharton was 59. The novel looks back to New York as it was in the 1870s. The Age of Innocence is that period in time when America was in a post-colonial time-warp, its society trying to ape those of western Europe.
Wharton, who came from that class, paints a vivid picture of the stultifying and oppressive life of New York’s social elite. It is a society on the brink of breaking away from its old norms and adopting new ones and the novel is an example of how the best literature can surpass historical studies in telling of time and place.
It tells the story of Newland Archer, a member of an elite family and of his engagement to May Welland and his desperate clandestine love affair with the married Ellen Olenska.
All trapped and bound by the rules of their tribe to do what is deemed to be right, and not want they want.
Highly recommended.
The Age of Innocence was written in 1919, just after the horrors of WWI. At the time Wharton was 59. The novel looks back to New York as it was in the 1870s. The Age of Innocence is that period in time when America was in a post-colonial time-warp, its society trying to ape those of western Europe.
Wharton, who came from that class, paints a vivid picture of the stultifying and oppressive life of New York’s social elite. It is a society on the brink of breaking away from its old norms and adopting new ones and the novel is an example of how the best literature can surpass historical studies in telling of time and place.
It tells the story of Newland Archer, a member of an elite family and of his engagement to May Welland and his desperate clandestine love affair with the married Ellen Olenska.
All trapped and bound by the rules of their tribe to do what is deemed to be right, and not want they want.
Highly recommended.
challenging
emotional
reflective
sad
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
Descriptions of soft furnishings, architecture, clothing and dinners are the highlight of this one. Newland Archer is a typical Wharton protagonist in that he is insufferable but like watching a train crash.
What a great book! Really enjoyed every single word - and had no idea that Edith Wharton had such a good sense of humour.
medium-paced
Plot or Character Driven:
A mix
Strong character development:
Complicated
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
This book is a thoughtful and lovely read; it is no wonder Wharton was the first female to win a Pulitzer and that it was with this novel. It's both subtle and incredibly unsubtle all at once, artfully written, thought provoking even today despite the period in which it was written, unabashedly feminist, and it continued to surprise and intrigue me until the last page. Very glad I picked it up.