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challenging
informative
inspiring
lighthearted
reflective
relaxing
medium-paced
A nice quick philosophising read from Richard Feynman’s view on life. Certainly not a must-read, but it opened my mind on certain issues. To be honest, format isn’t optimal. The book consists of three lectures written down, unsummarised. That makes the book light to read.
Feynman is a great thinker. He has the ability to word things simply, yet powerful. He’s gentle, yet to the point.
He dwindles on the subjects of morals, possibility versus probability, uncertainty. He leaves the conclusion to the public (or reader in this case)
There are no hard truths. If you think you know it all, reconsider.
Feynman is a great thinker. He has the ability to word things simply, yet powerful. He’s gentle, yet to the point.
He dwindles on the subjects of morals, possibility versus probability, uncertainty. He leaves the conclusion to the public (or reader in this case)
There are no hard truths. If you think you know it all, reconsider.
He's a smart guy who doesn't toe the line and thinks well when it comes to common sensey kinds of things, but not deeper philosophical things, which he tends to dismiss out of hand. A short read.
These are 3 lectures from Richard Feynman transcribed into a book. The first one was alright but it got steadily worse. I think it needed to edited a lot before putting it word for word into a book. The ideas, couple were good but never really explained in detail, were jumping all over the place and generally not fun to read.
i dont know if i’m just not iNtElLeCtUaL enough but reading this felt like i walked into a 3-hour lecture two hours and a half hours late. it’s so rambly and i quite frankly did not get as much as i hope i would.
This book shows how hard it is for a scientist to talk sensibly about religion and politics but keep it simple. There are a lot of benefits to doubt. And every statement has to be qualified. Still a good attempt if hardly memorable.
A lovely, humorous collection of lectures regarding physics and …well…the world. Absolutely fantastic. Additionally, my friend Alex resident fan/defender of Macs and Apple, will be happy to hear this bit of trivia from Wikipedia regarding Feynman:
"Apple's 'Think Different' ad campaign featured photo portraits of Feynman that appeared in magazines and on posters and billboards. One showed him in his early days as a teacher at Caltech. The other showed him toward the end of his life. That ad shows Feynman wearing a Thinking Machines T-shirt, a company where he had served as a consultant."
"Apple's 'Think Different' ad campaign featured photo portraits of Feynman that appeared in magazines and on posters and billboards. One showed him in his early days as a teacher at Caltech. The other showed him toward the end of his life. That ad shows Feynman wearing a Thinking Machines T-shirt, a company where he had served as a consultant."
I need to read this again when I know more and understand better.
medium-paced
De nuevo Feynman, en su salsa. Este libro está basado, como muchos otros suyos, incluyendo las magnas “Conferencias de Física”, en las transcripciones de una serie de conferencias –tres– que dio Feynman acerca de la ciencia, y su relación (o ausencia de ella) con, por ejemplo, la política, la ética y la religión. Feynman empieza reconociendo que no es experto en ninguna de las materias, salvo quizás la física, y que las opiniones que va a dar son las de “un ciudadano científico” (o un científico ciudadano).
El estilo de hablar de Feynman es muy fluido, lleno de paraditas para comprobar si lo que está diciendo se entiende, repitiendo los conceptos y con alguna muletilla que llega a repetir ocho veces seguidas en un párrafo (and so on, para los curiosos). Pero se nota que está sintiendo lo que dice en cada momento, que está íntimamente convencido de las cosas que cuenta. Además, a veces suelta alguna fresca y uno se lo imagina sonriendo con media boca, enseñando el colmillo, con ojillos divertidos mientras el auditorio se parte de risa.
Feynman habla de experimentos de telepatía (fallidos, claro), de experimentos con ratones en los que el experimentador no sabe de estadística y obtiene conclusiones erróneas, de las encuestas que suelen hacer las revistas para saber, por ejemplo, si basándose en veinte respuestas usted será feliz con su pareja, de cómo la religión y la ciencia son compatibles según él, siempre que una no se inmiscuya en el ámbito de la otra. Habla de la época acientífica que le había tocado vivir (en la segunda conferencia explica por qué al s. XX, en el que la ciencia nos trajo la Relatividad y la Mecánica Cuántica, él lo llama “época acientífica”).
Como dato gracioso, Feynman comienza la tercera conferencia diciendo algo parecido a esto: “Me había preparado esta serie de conferencias para tener todas mis ideas estructuradas y ordenadas, para tener un esquema y unos contenidos desarrollados y pulidos que ir desbrozando paso a paso. Me puse a la tarea con esmero, y lo conseguí. Conseguí ordenar todos mis pensamientos y definir las ideas y los desarrollos en tan sólo dos conferencias. Así que esta última pienso improvisarla”.
El libro está estupendo, se lee fácilmente y es un alegato a favor del pensamiento racional. Como el último Sagan, más o menos, pero con un poco más de informalidad y salero. Mi nota: Muy recomendable.
El estilo de hablar de Feynman es muy fluido, lleno de paraditas para comprobar si lo que está diciendo se entiende, repitiendo los conceptos y con alguna muletilla que llega a repetir ocho veces seguidas en un párrafo (and so on, para los curiosos). Pero se nota que está sintiendo lo que dice en cada momento, que está íntimamente convencido de las cosas que cuenta. Además, a veces suelta alguna fresca y uno se lo imagina sonriendo con media boca, enseñando el colmillo, con ojillos divertidos mientras el auditorio se parte de risa.
Feynman habla de experimentos de telepatía (fallidos, claro), de experimentos con ratones en los que el experimentador no sabe de estadística y obtiene conclusiones erróneas, de las encuestas que suelen hacer las revistas para saber, por ejemplo, si basándose en veinte respuestas usted será feliz con su pareja, de cómo la religión y la ciencia son compatibles según él, siempre que una no se inmiscuya en el ámbito de la otra. Habla de la época acientífica que le había tocado vivir (en la segunda conferencia explica por qué al s. XX, en el que la ciencia nos trajo la Relatividad y la Mecánica Cuántica, él lo llama “época acientífica”).
Como dato gracioso, Feynman comienza la tercera conferencia diciendo algo parecido a esto: “Me había preparado esta serie de conferencias para tener todas mis ideas estructuradas y ordenadas, para tener un esquema y unos contenidos desarrollados y pulidos que ir desbrozando paso a paso. Me puse a la tarea con esmero, y lo conseguí. Conseguí ordenar todos mis pensamientos y definir las ideas y los desarrollos en tan sólo dos conferencias. Así que esta última pienso improvisarla”.
El libro está estupendo, se lee fácilmente y es un alegato a favor del pensamiento racional. Como el último Sagan, más o menos, pero con un poco más de informalidad y salero. Mi nota: Muy recomendable.