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596 reviews for:
Lilith's Brood: The Complete Xenogenesis Trilogy (The Xenogenesis Trilogy)
Octavia E. Butler
596 reviews for:
Lilith's Brood: The Complete Xenogenesis Trilogy (The Xenogenesis Trilogy)
Octavia E. Butler
(4.5) Aside from the truly awful cover design, it was great having these three books together rather than reading them separately. I thought this was a mind-bending and brilliant creation with characters who are complex and compelling throughout all three volumes. While I found the first and second installments most interesting, the third one really does bring it all home, so to speak.
I couldn't agree more that our human species is doomed to destroy itself (along with the planet and countless other species), and this book really elevated that premise into something I found fascinating and, at times, disturbing.
I couldn't agree more that our human species is doomed to destroy itself (along with the planet and countless other species), and this book really elevated that premise into something I found fascinating and, at times, disturbing.
So. Much. Rape.
Graphic: Confinement, Drug use, Panic attacks/disorders, Rape, Self harm, Sexual assault, Sexual violence, Slavery, Suicidal thoughts, Torture, Violence, Kidnapping
I read the first part of this trilogy back in September and then the second and third parts over a few days. It always takes me a while to sink into Butler's writing - I think her stories are better served by long, uninterrupted reading. And what a goddamn genius she is! She always manages to capture the entirety of humanity in her books. Her imagination stretches further than I can comprehend. Lilith's Brood kind of defies the classification of scifi I think, much as Parable of the Sower does. I wish I had intelligent things to say! It's kind of like Lost but not at all.
Very very good, but I'm depressed about having no more Octavia Butler to read so I'm not finishing Imago.
medium-paced
No sé si tiene spoilers (tal vez sí) pero más bien quiero advertir que esto es larguísimo. Cristo los ampare si lo leen:
Leer esta trilogía fue una gran experiencia para mi. Tenía mucho tiempo relegando la lectura a ser mi espacio reconfortante. Y me sigue gustando mucho leer obras sencillas o sentimentales, que me hagan sentir cómoda y relajada. Pero había olvidado un poco lo que es tener qué detenerte porque necesitas un poco de tiempo para digerir las ideas. No porque la autora sea particularmente compleja o porque la temática de la novela sea muy técnica. Simplemente hubo muchas ocasiones en que las cosas que ocurren en el relato son abrumadoras.
Octavia muestra en esta historia una visión muy pesimista de la humanidad como especie. Nos muestra intrínsecamente egoístas e individualistas, capaces de destruir al planeta y aún así tener la desvergüenza de culpar a otros por nuestras circunstancias. A través de tres personajes (uno en cada libro), podemos visualizar un mundo donde una especie alienígena, los oankali, deciden “salvarnos”, bajo ciertas condiciones.
El primer libro lo narra Lilith. Ella despierta en una nave espacial, siendo una de las muchas muestras humanas que los oankali decidieron estudiar y preservar para discutir la posibilidad de un trato. Es una maravilla ir explorando con ella, desde los escalofríos y el terror de encontrarse en una situación tan extraordinaria, de frente con extraterrestres que son física, intelectual y emocionalmente tan distintos a nosotros. El enojo de sentirse enjaulado, siendo un experimento. Sin saber qué pasará, sin saber dónde la tienen, si lo que le cuentan es cierto o no. El asombro ante cada cosa nueva que ocurre, la manera en que funciona la nave, la estructura social de los oankali. Y el estrés, la duda, el asco, pero también esperanza, no sé, cuando por fin develan su plan.
Uno tras otro vienen los golpes. Primero, preguntarnos qué haríamos, qué elegiríamos si estuviéramos en la posición de Lilith y en la posición de los otros humanos cautivos. Entender que aún bajo una situación tan extrema, las personas actuamos de manera pasional y no somos capaces de dar prioridad a la comunidad antes que a nuestras creencias individuales. Y que quizá aún tratando de tomar la mejor de las decisiones, tendríamos qué vivir con culpas y arrepentimientos.
Luego, el conflicto de qué es ser humano. ¿Aún seríamos humanos si dejamos que otros seres nos modifiquen y “mejoren”? Si adquirimos genes distintos, si dejamos de reproducirnos de manera “natural”, si dejamos nuestro planeta, nuestros alimentos, nuestra forma de organización, de religión, nuestras ideas preconcebidas de lo que es la familia. ¿Todavía seríamos lo mismo? ¿Seríamos algo nuevo? Y se siente un poco como que están enredando a los humanos sin contarles toda la realidad. Sin estar en igualdad de condiciones. En ocasiones uno se pregunta si es justo.
En el segundo libro el protagonista es Akin, el primer varón nacido de esta alianza de especies, que va siendo consciente de ser extraño entre humanos e incluso extraño entre oankali, por mucho que estos últimos lo acepten y abracen como ser precioso y nuevo. Akin todavía se aferra al planeta, a lo que conoce como “sus raíces” y ama genuinamente a la humanidad porque pasa tiempo con los grupos resistentes (las personas que se niegan a hacer ningún trato con los oankali). A pesar de que no es tratado de manera justa y libre, aprende de sus valores, de su cultura y toma la decisión de hablar en su nombre y permitirles una opción. Una opción que a todas luces parece estar destinada al fracaso a largo plazo, pero aún así, es una decisión que toma esa parte de la humanidad que busca ser libre de las condiciones que les presentan los alienígenas. Curiosamente, parte del amor de Akin por los humanos se despierta a través de la curiosidad natural y obsesión por la novedad que es tan característica de sus genes alienígenas y eso me genera un sentimiento incómodo.
En el tercer libro narra Khodahs. Este personaje es la culminación de los planes oankali. El primer ser que tiene genes humanos pero es capaz de permitir la reproducción en términos alienígenas. En esta fase de la historia hay menos sorpresas, porque ya tenemos establecidas todas las reglas y el camino hacia donde nos dirigimos. Hasta cierto punto es la despedida. Ya sabemos de qué va todo y cómo irá funcionando y se siente un poco como el futuro inevitable. Aun así, la misma duda de los libros anteriores persiste: ¿Khodahs es humano? ¿Qué es lo que lo hace humano? A veces parece que sí. Sus dudas como adolescente, sus preocupaciones, sus angustias y alegrías son muy humanas. Pero a la vez, hay cosas perturbadoras. Físicamente es totalmente diferente. Khodahs no es hombre ni mujer, es ooloi. Es otra cosa que antes no existía.
También, está el tema de que los humanos originales del planeta están envejeciendo, enfermando y próximamente estarán muriendo. No quedará más gente oponiéndose. ¿La raza humana se extinguirá? ¿Aquellos que viven fuera del planeta Tierra serían verdaderos humanos? ¿Los que nacen con genes mezclados serían verdaderos humanos? Y al final, ¿eso importa? Los oankali dirían que lo importante es que la vida persista. Que los descendientes se mejoren y puedan poblar el universo.
Para los oankali, que tienen un pensamiento muy diferente al humano y una forma de registrar los recuerdos muy distinta a la nuestra, no hay ningún conflicto. Es lo mejor. No es bueno ni malo, no es abusivo, ni poco ético. No son una raza cruel ni están imponiendo nada. Ofrecen opciones y podemos tomarlas o no, en la teoría. En la práctica, son la única opción. Hay muchísimos párrafos donde me sentía de acuerdo con ellos, luego en desacuerdo. Triste, engañada y luego reconciliada. Y Lilith, que aparece en los tres libros, a veces se nota también tan cansada de tener qué pensar si hace las cosas bien o mal. A veces parece feliz. A veces se siente prisionera. A veces solo está, viviendo.
Hay muchas escenas donde me sentía francamente ofendida de la condición humana. Donde nos hacen aparecer inmaduros, violentos, intolerantes, racistas, terribles. Pero también había ocasiones en que lo entendía. De haber estado ahí, quizá habría tomado algunas de sus mismas decisiones. Son persistentes, son incansables a pesar de toda la adversidad, la falta de recursos, la condena a la esterilidad. Es extraño pero a veces, dentro de todos sus fallos, dentro de toda su necedad y su insistencia y su fragilidad torcida, es donde uno puede identificar “el corazón” de nuestra especie.
Me fastidian algo los finales de los libros porque no son verdaderas conclusiones, son pausas en la narración. Como que la autora dice: “Bien, esto es lo que te quería entregar de este punto de vista, vamos al siguiente”. Mientras exista más historia, entonces no importa tanto. Pero cuando llegas al final de Imago y no esperas que realmente ya haya terminado todo, entonces sí que es difícil decidir si estás contento con la manera en que acaba la historia. Aunque sí entiendo que posiblemente lo importante es este ensayo antropológico (?), este estudio sobre la condición de la raza humana y no tanto el cuento (aunque como cuento es increíble, en mi opinión).
Ya llené como dos páginas, ni sé si Goodreads deja meter reseñas tan largas. Y me he dejado en el bolsillo todavía toda la visión feminista de Octavia, todo el tema de la sexualidad y la estructura familiar y social. Está bien recomendable. Supongo que es en parte porque soy una novata con esta clase de literatura y con la autora, pero sí dan ganas de una relectura para irse desmenuzando todo y tomando notas para platicarlas con otras personas. Estoy súper contenta con mi decisión de haber leído la trilogía junta, con sus altos y bajos, con sus partes raritas que parece que no van a ningún lado y sus finales que no son finales. Es más lo que me gustó que lo que no.
Leer esta trilogía fue una gran experiencia para mi. Tenía mucho tiempo relegando la lectura a ser mi espacio reconfortante. Y me sigue gustando mucho leer obras sencillas o sentimentales, que me hagan sentir cómoda y relajada. Pero había olvidado un poco lo que es tener qué detenerte porque necesitas un poco de tiempo para digerir las ideas. No porque la autora sea particularmente compleja o porque la temática de la novela sea muy técnica. Simplemente hubo muchas ocasiones en que las cosas que ocurren en el relato son abrumadoras.
Octavia muestra en esta historia una visión muy pesimista de la humanidad como especie. Nos muestra intrínsecamente egoístas e individualistas, capaces de destruir al planeta y aún así tener la desvergüenza de culpar a otros por nuestras circunstancias. A través de tres personajes (uno en cada libro), podemos visualizar un mundo donde una especie alienígena, los oankali, deciden “salvarnos”, bajo ciertas condiciones.
El primer libro lo narra Lilith. Ella despierta en una nave espacial, siendo una de las muchas muestras humanas que los oankali decidieron estudiar y preservar para discutir la posibilidad de un trato. Es una maravilla ir explorando con ella, desde los escalofríos y el terror de encontrarse en una situación tan extraordinaria, de frente con extraterrestres que son física, intelectual y emocionalmente tan distintos a nosotros. El enojo de sentirse enjaulado, siendo un experimento. Sin saber qué pasará, sin saber dónde la tienen, si lo que le cuentan es cierto o no. El asombro ante cada cosa nueva que ocurre, la manera en que funciona la nave, la estructura social de los oankali. Y el estrés, la duda, el asco, pero también esperanza, no sé, cuando por fin develan su plan.
Uno tras otro vienen los golpes. Primero, preguntarnos qué haríamos, qué elegiríamos si estuviéramos en la posición de Lilith y en la posición de los otros humanos cautivos. Entender que aún bajo una situación tan extrema, las personas actuamos de manera pasional y no somos capaces de dar prioridad a la comunidad antes que a nuestras creencias individuales. Y que quizá aún tratando de tomar la mejor de las decisiones, tendríamos qué vivir con culpas y arrepentimientos.
Luego, el conflicto de qué es ser humano. ¿Aún seríamos humanos si dejamos que otros seres nos modifiquen y “mejoren”? Si adquirimos genes distintos, si dejamos de reproducirnos de manera “natural”, si dejamos nuestro planeta, nuestros alimentos, nuestra forma de organización, de religión, nuestras ideas preconcebidas de lo que es la familia. ¿Todavía seríamos lo mismo? ¿Seríamos algo nuevo? Y se siente un poco como que están enredando a los humanos sin contarles toda la realidad. Sin estar en igualdad de condiciones. En ocasiones uno se pregunta si es justo.
En el segundo libro el protagonista es Akin, el primer varón nacido de esta alianza de especies, que va siendo consciente de ser extraño entre humanos e incluso extraño entre oankali, por mucho que estos últimos lo acepten y abracen como ser precioso y nuevo. Akin todavía se aferra al planeta, a lo que conoce como “sus raíces” y ama genuinamente a la humanidad porque pasa tiempo con los grupos resistentes (las personas que se niegan a hacer ningún trato con los oankali). A pesar de que no es tratado de manera justa y libre, aprende de sus valores, de su cultura y toma la decisión de hablar en su nombre y permitirles una opción. Una opción que a todas luces parece estar destinada al fracaso a largo plazo, pero aún así, es una decisión que toma esa parte de la humanidad que busca ser libre de las condiciones que les presentan los alienígenas. Curiosamente, parte del amor de Akin por los humanos se despierta a través de la curiosidad natural y obsesión por la novedad que es tan característica de sus genes alienígenas y eso me genera un sentimiento incómodo.
En el tercer libro narra Khodahs. Este personaje es la culminación de los planes oankali. El primer ser que tiene genes humanos pero es capaz de permitir la reproducción en términos alienígenas. En esta fase de la historia hay menos sorpresas, porque ya tenemos establecidas todas las reglas y el camino hacia donde nos dirigimos. Hasta cierto punto es la despedida. Ya sabemos de qué va todo y cómo irá funcionando y se siente un poco como el futuro inevitable. Aun así, la misma duda de los libros anteriores persiste: ¿Khodahs es humano? ¿Qué es lo que lo hace humano? A veces parece que sí. Sus dudas como adolescente, sus preocupaciones, sus angustias y alegrías son muy humanas. Pero a la vez, hay cosas perturbadoras. Físicamente es totalmente diferente. Khodahs no es hombre ni mujer, es ooloi. Es otra cosa que antes no existía.
También, está el tema de que los humanos originales del planeta están envejeciendo, enfermando y próximamente estarán muriendo. No quedará más gente oponiéndose. ¿La raza humana se extinguirá? ¿Aquellos que viven fuera del planeta Tierra serían verdaderos humanos? ¿Los que nacen con genes mezclados serían verdaderos humanos? Y al final, ¿eso importa? Los oankali dirían que lo importante es que la vida persista. Que los descendientes se mejoren y puedan poblar el universo.
Para los oankali, que tienen un pensamiento muy diferente al humano y una forma de registrar los recuerdos muy distinta a la nuestra, no hay ningún conflicto. Es lo mejor. No es bueno ni malo, no es abusivo, ni poco ético. No son una raza cruel ni están imponiendo nada. Ofrecen opciones y podemos tomarlas o no, en la teoría. En la práctica, son la única opción. Hay muchísimos párrafos donde me sentía de acuerdo con ellos, luego en desacuerdo. Triste, engañada y luego reconciliada. Y Lilith, que aparece en los tres libros, a veces se nota también tan cansada de tener qué pensar si hace las cosas bien o mal. A veces parece feliz. A veces se siente prisionera. A veces solo está, viviendo.
Hay muchas escenas donde me sentía francamente ofendida de la condición humana. Donde nos hacen aparecer inmaduros, violentos, intolerantes, racistas, terribles. Pero también había ocasiones en que lo entendía. De haber estado ahí, quizá habría tomado algunas de sus mismas decisiones. Son persistentes, son incansables a pesar de toda la adversidad, la falta de recursos, la condena a la esterilidad. Es extraño pero a veces, dentro de todos sus fallos, dentro de toda su necedad y su insistencia y su fragilidad torcida, es donde uno puede identificar “el corazón” de nuestra especie.
Me fastidian algo los finales de los libros porque no son verdaderas conclusiones, son pausas en la narración. Como que la autora dice: “Bien, esto es lo que te quería entregar de este punto de vista, vamos al siguiente”. Mientras exista más historia, entonces no importa tanto. Pero cuando llegas al final de Imago y no esperas que realmente ya haya terminado todo, entonces sí que es difícil decidir si estás contento con la manera en que acaba la historia. Aunque sí entiendo que posiblemente lo importante es este ensayo antropológico (?), este estudio sobre la condición de la raza humana y no tanto el cuento (aunque como cuento es increíble, en mi opinión).
Ya llené como dos páginas, ni sé si Goodreads deja meter reseñas tan largas. Y me he dejado en el bolsillo todavía toda la visión feminista de Octavia, todo el tema de la sexualidad y la estructura familiar y social. Está bien recomendable. Supongo que es en parte porque soy una novata con esta clase de literatura y con la autora, pero sí dan ganas de una relectura para irse desmenuzando todo y tomando notas para platicarlas con otras personas. Estoy súper contenta con mi decisión de haber leído la trilogía junta, con sus altos y bajos, con sus partes raritas que parece que no van a ningún lado y sus finales que no son finales. Es más lo que me gustó que lo que no.
This series was just so amazing. The way we understand the human race, and the anthropological perspective she took to describe all of our odd quirks, and why war may happen, was such a refreshing take. You still can't beat the quality of Octavia Butler.