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3.97 AVERAGE
3.97 AVERAGE
emotional
reflective
sad
tense
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
slow-paced
2.5 stars
The relationships were the most interesting parts of this novel for me. I didn't care for the political and religious aspects.
For a classic, this read quite nicely. This was a group read and I enjoyed our video weekly discussions.
After having read the first third of the book, I read the majority on audio which was really well done.
The relationships were the most interesting parts of this novel for me. I didn't care for the political and religious aspects.
For a classic, this read quite nicely. This was a group read and I enjoyed our video weekly discussions.
After having read the first third of the book, I read the majority on audio which was really well done.
I need to pick this up again when I have more brain power to digest it- which I just don’t have right now. Hopefully soon!
I'm baffled as to how this book has endured so long. It's interminable.
Still, glad I forced my way through. Some really great passages and ideas, but I had to slog through a LOT to get to them.
Still, glad I forced my way through. Some really great passages and ideas, but I had to slog through a LOT to get to them.
Recién terminé mi relectura de esta novela y, una vez más, me ha conmovido en lo más profundo del alma. Sin lugar a dudas es una obra magna, una obra maestra del autor y el mejor ejemplo del realismo ruso.
Las historias de Anna Karenina y Konstantin Lievin son dos hilos paralelos, espejados y destinados a unirse a través de ellos quienes los acompañan en su recorrido. Tolstoi nos muestra momentos filosóficos y disputas maritales similares en ambos personajes y cómo, cada uno con su condición y personalidad, reaccionan de manera distinta.
No hay manera de leer esta novela y no apenarse por Anna o no sentir su dolor e incomprensión. El amor la tomó por sorpresa y la pasión por el conde Vronsky acabo siendo letal. Quizás si la sociedad no la hubiese rechazado, si su marido le hubiese dado a su hijo, o si no hubiese sido mujer su desenlace sería totalmente distinto. Vronsky lo anuncia en sus primeros encuentros "Usted decidirá si hemos de ser los más felices o los más desgraciados del mundo". Sin embargo, aquella felicidad que se presentaba como el estar juntos y concretar su amor no puede existir en una relación que consume tanto de Anna como de Alexei. La entrega fue total: se intercambiaron sus vidas completa, en cuerpo y en alma aunque esto implicaba mayor sacrificio para nuestra heroína que su amante. La tranquilidad jamás fue una opción desde que se cruzaron en el tren.
Mientras tanto Lievin y Kiti nos desarrollan otra faceta del amor: el amor verdadero y duradero. Tal como Konstantin, creo que él no merece a Kiti. La bondad y paciencia que completan su esencia son lo que permiten que Lievin tenga ataques de celos injustificados o debates filosóficos a cada momento sin que se turbe gravemente su matrimonio.
Las discusiones qué propone Tolstói mediante su protagónico masculino son casi que autobiográficas. Da satisfacción pensar que quizás, algún día, nosotros también hallemos respuesta a las inquietudes que atormentan nuestra alma. Lievin está lleno de contradicciones: defiende al campesino siendo un terrateniente que busca lo mejor para su bolsillo, ama a Kiti aunque considera frívolas sus actitudes y a su familia (no es hasta que ella acompaña a su hermano en el lecho de su muerte que él descubre verdaderamente la joya que es su reciente esposa) y busca soluciones en dónde jamás las hallará (pero todos las buscaríamos también).
Difícil es no empatizar con los personajes en los distintos momentos de la novela y más complicado es no desear ser como ellos. A mitad la novela, cuando Karenin perdona a Anna mientras
yace enferma es el hecho más puro y bondadoso que ocurre. Y todos desearíamos tener la levedad de su alma.
Las historias de Anna Karenina y Konstantin Lievin son dos hilos paralelos, espejados y destinados a unirse a través de ellos quienes los acompañan en su recorrido. Tolstoi nos muestra momentos filosóficos y disputas maritales similares en ambos personajes y cómo, cada uno con su condición y personalidad, reaccionan de manera distinta.
No hay manera de leer esta novela y no apenarse por Anna o no sentir su dolor e incomprensión. El amor la tomó por sorpresa y la pasión por el conde Vronsky acabo siendo letal. Quizás si la sociedad no la hubiese rechazado, si su marido le hubiese dado a su hijo, o si no hubiese sido mujer su desenlace sería totalmente distinto. Vronsky lo anuncia en sus primeros encuentros "Usted decidirá si hemos de ser los más felices o los más desgraciados del mundo". Sin embargo, aquella felicidad que se presentaba como el estar juntos y concretar su amor no puede existir en una relación que consume tanto de Anna como de Alexei. La entrega fue total: se intercambiaron sus vidas completa, en cuerpo y en alma aunque esto implicaba mayor sacrificio para nuestra heroína que su amante. La tranquilidad jamás fue una opción desde que se cruzaron en el tren.
Mientras tanto Lievin y Kiti nos desarrollan otra faceta del amor: el amor verdadero y duradero. Tal como Konstantin, creo que él no merece a Kiti. La bondad y paciencia que completan su esencia son lo que permiten que Lievin tenga ataques de celos injustificados o debates filosóficos a cada momento sin que se turbe gravemente su matrimonio.
Las discusiones qué propone Tolstói mediante su protagónico masculino son casi que autobiográficas. Da satisfacción pensar que quizás, algún día, nosotros también hallemos respuesta a las inquietudes que atormentan nuestra alma. Lievin está lleno de contradicciones: defiende al campesino siendo un terrateniente que busca lo mejor para su bolsillo, ama a Kiti aunque considera frívolas sus actitudes y a su familia (no es hasta que ella acompaña a su hermano en el lecho de su muerte que él descubre verdaderamente la joya que es su reciente esposa) y busca soluciones en dónde jamás las hallará (pero todos las buscaríamos también).
Difícil es no empatizar con los personajes en los distintos momentos de la novela y más complicado es no desear ser como ellos. A mitad la novela, cuando Karenin perdona a Anna mientras
yace enferma es el hecho más puro y bondadoso que ocurre. Y todos desearíamos tener la levedad de su alma.
“He stepped down, trying not to look long at her, as if she were the sun, yet he saw her, like the sun, even without looking.”
emotional
hopeful
reflective
sad
tense
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
challenging
dark
slow-paced
Plot or Character Driven:
A mix
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
No
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Yes
It’s a classic sure, but it wasn’t for me
dark
emotional
reflective
sad
tense
medium-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Yes
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
Yes
Flaws of characters a main focus:
Yes
I'm reading this by accident - meant to pick up Dr. Zhivago. Still, I haven't yet abandoned this very epic soap operatic novel...