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A review by thehatingcouple
Cariño, cuánto te odio by Sally Thorne
1.0
1 estrella
Este libro más que una lectura, es una relectura. Me explico: la Carlota de hace como cinco años leyó este libro cuando nadie lo hacía y creyó que era un bodrio.
La Carlota de hoy os lo confirma.
Pues veréis, la historia se centra en Lucy Hutton, que para haber crecido en un campo de fresas, lo de madurar se piensa que es solo para la fruta; y Josh Templeman, el coprotagonista y compañero de Lucy, que además de tener muy mal gusto para los colores de sus camisas, da miedo.
Tiene seis camisas, una para cada día. Y se las pone siempre en la misma secuencia.
Esto solo se puede definir como escalofriante, por no hablar de que es celoso, posesivo y un obseso del orden.
Y se llevan mal. Muy mal. Tanto que se amenazan con recurrir a Recursos Humanos por cada niñería que se hacen.
Entonces sus jefes, que para nada les gusta ver el mundo arder, deciden enfrentarlos en una competición para ascender en la editorial para la que ambos trabajan. ¿Qué puede salir mal?
Sinceramente, para tener treinta años, lo único que hacen es pincharse y dar vergüenza ajena al lector.
Si relación es tóxica a niveles extremos, y el desenlace os va a dejar de piedra, teniendo en cuenta que la narración se desarrolla en un par de semanas.
Ah, y él es así porque tiene traumas. Traumas que solo Lucinda la del fresal puede solucionar.
No os hagáis mucho daño al poner los ojos en blanco.
Este libro más que una lectura, es una relectura. Me explico: la Carlota de hace como cinco años leyó este libro cuando nadie lo hacía y creyó que era un bodrio.
La Carlota de hoy os lo confirma.
Pues veréis, la historia se centra en Lucy Hutton, que para haber crecido en un campo de fresas, lo de madurar se piensa que es solo para la fruta; y Josh Templeman, el coprotagonista y compañero de Lucy, que además de tener muy mal gusto para los colores de sus camisas, da miedo.
Tiene seis camisas, una para cada día. Y se las pone siempre en la misma secuencia.
Esto solo se puede definir como escalofriante, por no hablar de que es celoso, posesivo y un obseso del orden.
Y se llevan mal. Muy mal. Tanto que se amenazan con recurrir a Recursos Humanos por cada niñería que se hacen.
Entonces sus jefes, que para nada les gusta ver el mundo arder, deciden enfrentarlos en una competición para ascender en la editorial para la que ambos trabajan. ¿Qué puede salir mal?
Sinceramente, para tener treinta años, lo único que hacen es pincharse y dar vergüenza ajena al lector.
Si relación es tóxica a niveles extremos, y el desenlace os va a dejar de piedra, teniendo en cuenta que la narración se desarrolla en un par de semanas.
Ah, y él es así porque tiene traumas. Traumas que solo Lucinda la del fresal puede solucionar.
No os hagáis mucho daño al poner los ojos en blanco.