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rosa44 's review for:

Gitanjali: A Collection of Indian Songs by W.B. Yeats, Rabindranath Tagore
4.0
emotional hopeful inspiring lighthearted reflective relaxing fast-paced

Selección de poemas favoritos: 

Poema 35
Permite, Padre, que mi patria se despierte en ese cielo donde nada teme el alma, y
se lleva erguida la cabeza; donde el saber es libre; donde no está roto el mundo
en pedazos por las paredes caseras; donde la palabra surte de las honduras de la
verdad; donde el luchar infatigable tiende sus brazos a la perfección; donde la clara
fuente de la razón no se ha perdido en el triste arenal desierto de la yerta costumbre;
donde el entendimiento va contigo a acciones e ideales ascendentes…
¡Permite, Padre mío, que mi patria se despierte en ese cielo de libertad!

Poema 39 
Cuando esté duro mi corazón y reseco, baja a mí como un chubasco de
misericordia.
Cuando la gracia de la vida se me haya perdido, ven a mí con un estallido de
canciones.
Cuando el tumulto del trabajo levante su ruido en todo, cerrándome el más allá,
ven a mí, Señor del silencio, con tu paz y tu sosiego.
Cuando mi pordiosero corazón esté acurrucado cobardemente en un rincón,
rompe tú mi puerta, Rey mío, y entra en mí con la ceremonia de un rey.

Poema 76
Día tras día, Señor de mi vida, ¿te podré yo mirar frente a frente? Juntas mis manos, ¿te miraré frente a frente, Señor de todos los mundos?
Bajo tu cielo inmenso, en silencio y soledad, con humilde corazón, ¿te miraré frente a frente?
En este trabajoso mundo tuyo, hirviente de luchas y fatigas, entre las presurosas
muchedumbres, ¿te miraré frente a frente?
Cuando mi obra haya sido cumplida en este mundo, Rey de reyes, solo ya y silencioso, ¿te miraré frente a frente?

Poema 80
Soy como un jirón de una nube de otoño, que vaga inútilmente por el cielo. ¡Sol
mío, glorioso eternamente; aún tu rayo no me ha evaporado, aún no me has
hecho uno con tu luz! Y paso mis meses y mis años alejado de ti.
Si éste es tu deseo y tu diversión, ten mi vanidad veleidosa, píntala de colores,
dórala de oro, échala sobre el caprichoso viento, tiéndela en cambiadas maravillas.
Y cuando te guste dejar tu juego, con la noche, me derretiré, me desvaneceré en la
oscuridad; o quizás, en una sonrisa de la mañana blanca, en una frescura de pureza
transparente.

Poema 86
La Muerte, tu esclava, está a mi puerta. Ha cruzado el mar desconocido y llama, en
tu nombre, a mi casa.
Está oscura la noche y tiene miedo mi corazón. Pero yo cogeré mi lámpara, abriré
mi puerta, y le daré, rendido, la bienvenida; porque es mensajera tuya la que está a mi
puerta.
La adoraré, llorando, con las manos juntas. La adoraré echando a sus pies el
tesoro de mi corazón.
Y ella se volverá, cumplido su mandato, dejando su sombra negra en mi mañana.
Y en mi casa desolada quedaré yo, solo y mustio, como mi última ofrenda a ti.