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A review by luanndie
The End of the World Running Club by Adrian J. Walker
2.0
“The past is a foreign country, someone once said. They do things differently there.”
Leí este libro por dos motivos: me encantan las novelas distópicas y alguien me lo recomendó encarecidamente. Sin embargo, ha sido un poco decepcionante. Mi principal problema con la novela era su personaje principal Ed. Ed no es una buena persona, no es ni siquiera una persona especialmente simpática: es un borracho, egoísta y poco inútil. Me costaba asimilar que una persona de estas características decidiera recorrerse medio país a pie para reunirse con una familia con la que incluso después del final del mundo estaba deseando perder de vista. Más allá de sus verdaderos deseos, también me costaba creer que un hombre con bastante sobrepeso que no se había ejercitado en años pudiera soportar un esfuerzo físico de ese calibre con una ingesta de comida reducida y en situaciones totalmente adversas. Pero incluso, si cerramos nuestros ojos y obviamos estos dos elementos, ¿cómo es que un alcohólico es capaz de dejar de beber de la noche a la mañana sin sufrir ningún efecto del síndrome de abstinencia?
El desarrollo del resto de personajes también es bastante limitado. Salvo por un estereotipo o dos que los identifican (el viejo sabio, el barriobajero con corazón, el profesional racional y la teniente o´neill), no llegamos a conocer mucho de ellos ni de sus motivaciones, historias o desarrollo individual. A ese respecto, se puede decir que la historia es de Ed y los demás son sólo decorado necesario.
“I know now that it´s certainty itself I have a problem with. Certainty doesn´t feel like something we´re supposed to have”
Por lo demás, la historia en sí está bien. Nunca hay ninguna duda de que van a llegar al puerto pero la novela ofrece giros interesantes que te hace querer seguir leyendo. Como siempre en estos casos, lo más interesante suele ser, no lo que hacen los protagonistas, sino la fauna de personajes que se van encontrando por el camino. Al final la historia queda abierta para una posible continuación, que si existe, no tengo pensado leer. El libro es tolerable pero no merece la pena invertir más tiempo en la historia de Ed y su familia. Eso sí, puntos extra, porque esta novela me ha hecho pensar seriamente en empezar a correr e iniciar algún tipo de entrenamiento que me ponga en forma para el final del mundo.
Leí este libro por dos motivos: me encantan las novelas distópicas y alguien me lo recomendó encarecidamente. Sin embargo, ha sido un poco decepcionante. Mi principal problema con la novela era su personaje principal Ed. Ed no es una buena persona, no es ni siquiera una persona especialmente simpática: es un borracho, egoísta y poco inútil. Me costaba asimilar que una persona de estas características decidiera recorrerse medio país a pie para reunirse con una familia con la que incluso después del final del mundo estaba deseando perder de vista. Más allá de sus verdaderos deseos, también me costaba creer que un hombre con bastante sobrepeso que no se había ejercitado en años pudiera soportar un esfuerzo físico de ese calibre con una ingesta de comida reducida y en situaciones totalmente adversas. Pero incluso, si cerramos nuestros ojos y obviamos estos dos elementos, ¿cómo es que un alcohólico es capaz de dejar de beber de la noche a la mañana sin sufrir ningún efecto del síndrome de abstinencia?
El desarrollo del resto de personajes también es bastante limitado. Salvo por un estereotipo o dos que los identifican (el viejo sabio, el barriobajero con corazón, el profesional racional y la teniente o´neill), no llegamos a conocer mucho de ellos ni de sus motivaciones, historias o desarrollo individual. A ese respecto, se puede decir que la historia es de Ed y los demás son sólo decorado necesario.
“I know now that it´s certainty itself I have a problem with. Certainty doesn´t feel like something we´re supposed to have”
Por lo demás, la historia en sí está bien. Nunca hay ninguna duda de que van a llegar al puerto pero la novela ofrece giros interesantes que te hace querer seguir leyendo. Como siempre en estos casos, lo más interesante suele ser, no lo que hacen los protagonistas, sino la fauna de personajes que se van encontrando por el camino. Al final la historia queda abierta para una posible continuación, que si existe, no tengo pensado leer. El libro es tolerable pero no merece la pena invertir más tiempo en la historia de Ed y su familia. Eso sí, puntos extra, porque esta novela me ha hecho pensar seriamente en empezar a correr e iniciar algún tipo de entrenamiento que me ponga en forma para el final del mundo.