A review by dameguillotine
The Virtu by Sarah Monette

4.0

Segunda lectura (octubre de 2022): Es increíble lo mucho que se beneficia esta saga de ser releída. No, no es perfecta ni mucho menos, pero a esta altura ya no puedo decir que no es buena.
Habiendo leído los cuatro libros y entendiendo mejor tanto el núcleo emotivo de la narrativa como los caminos que recorren los personajes, muchas de las críticas que elaboré en primera lectura me resultan un poco injustas. Me explayo:

Sí, Felix no es una gran persona y es verdad que sus pensamientos son a menudo crueles y desagradables. Sin embargo esta vez veo mejor su enorme complejidad, cómo esa crueldad es un impulso difícil de someter nacido de heridas profundas. El contraste entre las acciones de Felix hacia Mildmay, egoístas, desdeñosas, y sus pensamientos, permanente culpa, adoración fascinada, es tan interesante de explorar como el que hay entre el exterior y el interior de Mildmay mismo (taciturno por un lado, astuto, expresivo y vulnerable por el otro).

Sí, el comportamiento de los personajes a veces resulta bastante confuso, quizás hasta contradictorio, pero creo que en este caso "it's a feature, not a bug": para mí tiene que ver con el énfasis puesto en que no sepamos más que nuestros narradores. De nuevo, en segunda lectura y conociendo a todos más a fondo sus acciones tienen más sentido, y las que no creo que se justifican por la cantidad de información que los mismos personajes callan.

Sí, tanto arreglar la Virtu como derrotar a Malkar son tareas que parecían imposibles y terminan súbitamente resueltas, y aunque todavía pienso que esto es en gran medida cierto, también creo que me estaba acercando a la cuestión por el lado equivocado. Lleva como 100 páginas arreglar la Virtu, porque la mayor parte del trabajo es de trasfondo y requiere entender más profundamente la arquitectura taumatúrgica. No le presté la suficiente atención en primera lectura. Y derrotar a Malkar lleva en realidad dos libros enteros, porque lo que se requiere para esa batalla final es que Felix haya llegado a un punto específico en su proceso de sanación, a perderle el miedo al lobo de sus pesadillas. En última instancia, Doctrina de Laberintos es una historia sobre trauma y el tortuoso camino hacia sanarlos. Es lógico que la resolución pase por ahí.

En fin. Aprovecho para decir que Mildmay es el mejor personaje de la historia y lo adoro con todo mi ser. Voy a pensar en él por el resto de mi vida. Y adoro cómo se desarrolló la relación entre los dos, a veces bastante dañinamente pero siempre de manera intrincada y fascinante y con un trasfondo de genuina y en gran medida inexpresable adoración que me destruye.

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Primera lectura (diciembre 2020):

Estos libros son droga. No puedo decir que sean buenos pero no los puedo soltar, ayer me fui a dormir a las cinco de la mañana porque quería terminarlo.
Es sorprendente: en el libro anterior me temía leer las partes desde el punto de vista de Félix, porque estaba traumatizado y loco, y pensé que se volverían repetitivas y algo dramáticas. No fue así en absoluto. Ahora que el personaje está recuperado, sin embargo, leer sus pensamientos me resulta cansador. Es bastante desagradable como persona. No quiere decir que el libro no haya tenido éxito en lograr que me preocupe por su destino y que le tenga cariño, pero fundamentalmente le quiero meter un sopapo. Sobre todo porque Mildmay es un ángel y se merece mejores cosas.
Creo que, igual que en el libro anterior, existe un problema relativo a los personajes secundarios en el cual sus personalidades no quedan del todo claras y sus acciones no parecen condecirse del todo con lo que pensábamos que sabíamos de ellos. Mencionaba en la reseña anterior el problema de Thaddeus; acá se explica un poco su comportamiento, pero a decir verdad no me satisface. De forma similar me siento respecto a Gideon, quizás al revés, y a Mavortian.
Muchos mencionaron la rapidísima resolución. Es verdad; el final del libro deja un gusto amargo. En unas treinta páginas resuelven un problema que parecía completamente irresoluble y vencen un enemigo que parecía invencible. Al mismo tiempo, siento que deberían denotar un tono de urgencia del que ciertamente prescinden, lo cual dificulta mucho comprender la culpa de Félix. Si tan mal te sentís hacé algo, pelotudo, en lugar de dar vueltas hablando con cualquiera. Resulta extrañísimo.

Pero la verdad es que lo disfruté mucho. Las escenas en Klepsydra me parecieron fascinantes, el laberinto un espacio que me intrigó y me atrapó. Y me satisface que finalmente se haya hecho uso de la obligation d'âme como era obvio que iba a hacérselo desde la primer página del primer libro.