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natxoney 's review for:
The Second Sex
by Simone de Beauvoir
“Le cortan las alas y luego la culpan de no saber volar.”
Encapsular lo que siento sobre el feminismo, como rama de estudio, análisis, filosofía y revolución es algo sobre lo que siempre parezco carecer de palabras, estoy segura que un hombre tiene palabras de sobra sobre la definición de feminismo (y el estaría encantado de decírmelas) o mas precisamente, sobre la inutilidad que es el feminismo y la mofa que es a sus ojos en un nivel social. Puede que yo carezca de las palabras adecuadas, no del conocimiento per se ya que ser una mujer viviendo en un sistema que está establecido para tener una figura dominante masculina me da la experiencia para criticar el mismo sistema, pero no cuento con los estudios filosóficos, ni he estudiado la teoría de género, ni conozco la experiencia de la mujer negra que está siendo esclavizada sexualmente desde los 10 años de edad en algún lugar de este mundo en este preciso momento por alguna venta concretada por sus padres, Simone Beauvoir tampoco sabe sobre esa mujer, pero ella tiene las palabras que yo no puedo plasmar para empezar a sentar las bases del feminismo como estudio y exigir que nos preguntemos y analicemos nuestros propios comportamientos y a los que hemos estado orientadas toda nuestra vida, desde las limitaciones, las imposiciones y el sufrimiento que toda mujer ha experimentado al menos una vez en la vida.
Beauvoir reorientó nuestra línea de pensamiento al hacer las preguntas que desde niñas nos hemos estado haciendo tentativamente y mismas que se han transformado en la adolescencia o adultez en exigencias por una respuesta, empezando (o terminando) por la más sencilla (o más difícil) pregunta: ¿Qué es ser mujer?
“No se nace mujer: se llega a serlo.”
El Segundo Sexo es una obra de estudio minucioso en el que se busca observar el papel que la mujer tiene en la historia universal y examinar las grandes obras de los grandes autores (hombres, por supuesto) y cómo han retratado y percibido a sus personajes femeninos y el propósito que le han dado a su existencia -o falta de ella- en esas creaciones. He leído varios libros y he llegado a notar ciertos patrones que tienen los autores masculinos al momento de escribir sobre una mujer, desde su descripción física hasta el comportamiento que tiene hacia nuestro fantástico protagonista (masculino, por supuesto), es por eso que conforme pasa el tiempo he evitado leer libros desde una perspectiva puramente masculina o me he vuelto más exigente sobre que autores son “seguros” (es absurdo catalogar a un autor como “seguro” simplemente por comportarse como un ser humano decente y no ser misógino), sin embargo, con mi experiencia y lo que nos da a conocer Beauvoir: cada escritor revela su ética general y la idea especial que tiene de sí mismo a través de sus obras y en sus personajes femeninos. En resumen, este libro busca entender por qué aun después de tanto tiempo las mujeres han sido puestas en el molde del sexo débil y, por lo tanto, inferiores a los hombres. Esta actitud ha sido una norma aprendida al ser impuesta por generaciones y cuando es todo lo que se conoce -o lo que nos han hecho creer que es verdad- son comportamientos que se repiten incluso por las propias mujeres.
“La representación del mundo, como el mundo mismo, es obra de los hombres; la escriben desde su propio punto de vista, que confunden con la verdad absoluta”
A pesar de la escasez de representación por parte de Simone Beauvoir sobre sectores como la clase trabajadora o mujeres negras, indígenas o que entran en la categoría “de color”, algo tristemente común con muchas mujeres de su época, no quita la importancia que tiene esta “Biblia del feminismo” al sentar las bases para cientos de estudios que se han hecho tomándola como referencia, y representa bastante de lo que se ha construido y aprendido como feministas hoy en día, e incluso sus errores nos permiten espacio para una mayor afirmación y enmienda. Sigue siendo, a pesar de sus defectos, una lectura imprescindible que abrió una puerta de la que podemos estar agradecidos.
Encapsular lo que siento sobre el feminismo, como rama de estudio, análisis, filosofía y revolución es algo sobre lo que siempre parezco carecer de palabras, estoy segura que un hombre tiene palabras de sobra sobre la definición de feminismo (y el estaría encantado de decírmelas) o mas precisamente, sobre la inutilidad que es el feminismo y la mofa que es a sus ojos en un nivel social. Puede que yo carezca de las palabras adecuadas, no del conocimiento per se ya que ser una mujer viviendo en un sistema que está establecido para tener una figura dominante masculina me da la experiencia para criticar el mismo sistema, pero no cuento con los estudios filosóficos, ni he estudiado la teoría de género, ni conozco la experiencia de la mujer negra que está siendo esclavizada sexualmente desde los 10 años de edad en algún lugar de este mundo en este preciso momento por alguna venta concretada por sus padres, Simone Beauvoir tampoco sabe sobre esa mujer, pero ella tiene las palabras que yo no puedo plasmar para empezar a sentar las bases del feminismo como estudio y exigir que nos preguntemos y analicemos nuestros propios comportamientos y a los que hemos estado orientadas toda nuestra vida, desde las limitaciones, las imposiciones y el sufrimiento que toda mujer ha experimentado al menos una vez en la vida.
Beauvoir reorientó nuestra línea de pensamiento al hacer las preguntas que desde niñas nos hemos estado haciendo tentativamente y mismas que se han transformado en la adolescencia o adultez en exigencias por una respuesta, empezando (o terminando) por la más sencilla (o más difícil) pregunta: ¿Qué es ser mujer?
“No se nace mujer: se llega a serlo.”
El Segundo Sexo es una obra de estudio minucioso en el que se busca observar el papel que la mujer tiene en la historia universal y examinar las grandes obras de los grandes autores (hombres, por supuesto) y cómo han retratado y percibido a sus personajes femeninos y el propósito que le han dado a su existencia -o falta de ella- en esas creaciones. He leído varios libros y he llegado a notar ciertos patrones que tienen los autores masculinos al momento de escribir sobre una mujer, desde su descripción física hasta el comportamiento que tiene hacia nuestro fantástico protagonista (masculino, por supuesto), es por eso que conforme pasa el tiempo he evitado leer libros desde una perspectiva puramente masculina o me he vuelto más exigente sobre que autores son “seguros” (es absurdo catalogar a un autor como “seguro” simplemente por comportarse como un ser humano decente y no ser misógino), sin embargo, con mi experiencia y lo que nos da a conocer Beauvoir: cada escritor revela su ética general y la idea especial que tiene de sí mismo a través de sus obras y en sus personajes femeninos. En resumen, este libro busca entender por qué aun después de tanto tiempo las mujeres han sido puestas en el molde del sexo débil y, por lo tanto, inferiores a los hombres. Esta actitud ha sido una norma aprendida al ser impuesta por generaciones y cuando es todo lo que se conoce -o lo que nos han hecho creer que es verdad- son comportamientos que se repiten incluso por las propias mujeres.
“La representación del mundo, como el mundo mismo, es obra de los hombres; la escriben desde su propio punto de vista, que confunden con la verdad absoluta”
A pesar de la escasez de representación por parte de Simone Beauvoir sobre sectores como la clase trabajadora o mujeres negras, indígenas o que entran en la categoría “de color”, algo tristemente común con muchas mujeres de su época, no quita la importancia que tiene esta “Biblia del feminismo” al sentar las bases para cientos de estudios que se han hecho tomándola como referencia, y representa bastante de lo que se ha construido y aprendido como feministas hoy en día, e incluso sus errores nos permiten espacio para una mayor afirmación y enmienda. Sigue siendo, a pesar de sus defectos, una lectura imprescindible que abrió una puerta de la que podemos estar agradecidos.