A review by aitorfmg
Beastars, vol. 18 by Paru Itagaki

dark emotional funny mysterious reflective relaxing sad medium-paced
  • Plot- or character-driven? A mix
  • Strong character development? Yes
  • Loveable characters? Yes
  • Diverse cast of characters? Yes
  • Flaws of characters a main focus? Yes

4.25

Una continuación de todo lo que hace brillar a Beastars junto con tenues señales a futuro de problemas de ritmo. El trasfondo de la Gran Guerra Carnívora y la ballena se siente acelerado, pero sobre todo, desconectado del resto de la trama. Aprecio el lore, no así su implementación a corto plazo.

Por fortuna, el resto del volumen es Beastars en estado puro. Cherryton, lugar de origen y conflicto durante la primera parte de la serie, ha caído ante la ausencia de sus justicieros. Ya pendía de un hilo en tomos anteriores la estabilidad de la cohabitación interespecie, así que un recordatorio de que el sistema es mayor que el individuo no está de más. La vuelta a Cherryton permite recuperar a personajes algo olvidados para perfilar algo más su viaje. El trío Bill, Pina y Aoba comparte un capítulo precioso sobre la bondad inherente a los felinos y la búsqueda de un mundo mejor desde dentro. Mientras tanto, Jack protagoniza un arco de personaje relacionado con el peso de las expectativas como cánido (otro golpe en la mesa de worldbuilding). Además de servir de puente ideal para el trasfondo del mundo de Beastars, señala uno de los grandes problemas de la educación: el estrés provocado sobre el alumno por la absurda cantidad de materia y la presión de los exámenes. Se habla sin tapujos de suicidio (en unos códigos que permiten acceder naturalmente), ansiedad e inhibición sentimental. Legoshi se erige como un puntal emocional para Jack y una muestra clara del mensaje de la serie: conectar con los demás para lidiar con los problemas individuales.

La trama de Legoshi avanza en paralelo con la de Melon. En este último caso, Melon cada vez se define más como un instigador del caos que, simbólicamente, señala los problemas de la convivencia interespecie. Aprecio el worldbuilding del Día Encarnado, que además presenta a los integrantes del Mercado para futuros volúmenes.

Rouis es la tercera arista del triángulo argumental. Tras la pérdida de su pata y el conflicto introspectivo del volumen 11, queda clara su postura: acepta su rol como herbívoro, esto es, presa de carnívoros, pero no deja atrás su necesidad de mostrar fortaleza. Así lo demuestra la millonada en el cartel durante su paseo por el Mercado Negro.

Se delinea la recta final de la serie. Rouis y Legoshi compartirán el rol de beastars; para ello, Legoshi debe aprender a controlar su fuerza. La introducción aquí de Qüe tiene tanto de bueno como de malo. Por una parte, complementa a Hal como un ejemplo de mujer fuerte e independiente codificada en lo masculino. Por la otra, es la vía por la que se presenta el extrañísimo concepto de las quimeras imaginarias. Itagaki ha llevado quizás un poco lejos la simbología. La diatriba entre percepción física y percepción mental de un individuo suele llevar a conflictos y, por mucho que las quimeras muestren visualmente (recordemos que estamos en un medio visual) esa dualidad, hay algo de artificioso en sus formas. Dependerá de lo que se haga a futuro con ello.

Frase memorable:
"He ido perdiendo posibilidades, oportunidades, partes del cuerpo y del alma... Y, aun así, considero que estoy en mi mejor momento. Creo que eso es lo que significa "vivir"".