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A review by lemonqueic
Loca por las compras by Sophie Kinsella
2.0
Esto es lo que mi marido llamaría "un libro para leer en el baño". Es chick-lit fácil y rápida, que te va contando la vida absolutamente insatisfactoria de Becky a los 25 años de edad, soltera, con un trabajo que odia y con un terrible problema de desorganización financiera.
Leí otras opiniones y decían cosas que "deberías preocuparte si te sientes identificada con la forma de gastar / manejar el dinero de Becky" y pensé "chín, ya valió". Porque la verdad es que yo sí entendía por momentos su necesidad de recompensar las cosas tristes o frustrantes comprándose algo bonito para ella. O esa actitud tan estúpida de "si no lo veo, entonces no existe y seguro se arreglará por sí solo". A lo mejor por eso empaticé con la protagonista.
O esa cosa de soñar con que algo mágico sucediera y de repente la vida se arreglara y fuera feliz. O cuando a pesar de todas las tonterías que hace, sale a relucir que en realidad no es una mala persona, solo atolondrada (muy).
El punto más bajo que veo en esta novela es que fuera de Becky, ninguno de los otros personajes parecen existir fuera de la necesidad de la protagonista. O sea, ella requiere padres, amigas, galanes o jefes. Y ellos están, pero no son adorables, entrañables u odiosos. Son muy planos, decorativos.
Son chistosas sus excusas para no pagar al banco, no te hacen carcajear pero sí rodar los ojos y pensar que hay qué ser sinvergüenza para inventarse todo eso. Y esas burradas que dice tipo "ahora seré recordada como la chica del pañuelo".
Leí otras opiniones y decían cosas que "deberías preocuparte si te sientes identificada con la forma de gastar / manejar el dinero de Becky" y pensé "chín, ya valió". Porque la verdad es que yo sí entendía por momentos su necesidad de recompensar las cosas tristes o frustrantes comprándose algo bonito para ella. O esa actitud tan estúpida de "si no lo veo, entonces no existe y seguro se arreglará por sí solo". A lo mejor por eso empaticé con la protagonista.
O esa cosa de soñar con que algo mágico sucediera y de repente la vida se arreglara y fuera feliz. O cuando a pesar de todas las tonterías que hace, sale a relucir que en realidad no es una mala persona, solo atolondrada (muy).
El punto más bajo que veo en esta novela es que fuera de Becky, ninguno de los otros personajes parecen existir fuera de la necesidad de la protagonista. O sea, ella requiere padres, amigas, galanes o jefes. Y ellos están, pero no son adorables, entrañables u odiosos. Son muy planos, decorativos.
Son chistosas sus excusas para no pagar al banco, no te hacen carcajear pero sí rodar los ojos y pensar que hay qué ser sinvergüenza para inventarse todo eso. Y esas burradas que dice tipo "ahora seré recordada como la chica del pañuelo".