A review by eibi
En busca de la felicidad by Douglas Kennedy

Nueva York estaba tan frenética y obsesionada consigo misma como siempre. Todos parecían correr hacia alguna parte. Todos parecían preocupados, y tan ocupados que no eran conscientes de las cosas que se perpetraban en su nombre: carreras destrozadas, confianzas traicionadas, vidas destruidas. Aquello era lo que hacía la lista negra. Si no te tocaba a ti personalmente, podías seguir como si no estuviera ocurriendo nada oscuro a tu alrededor. No podía comprender cómo nos habíamos podido dejar intimidar por aquellos demagogos patrióticos. Lo único que tenía claro era que tenía que irme. Poner un océano entre mi país y yo. Hasta que terminara la locura.

He pasado las últimas cuatro noches en una vorágine lectora sin igual.
Douglas Kennedy me ha llevado por donde ha querido con esta historia; no es perfecta y en algunos momentos me ha resultado un pelín trágica en exceso, pero está tan bien escrita y tan bien hilada que lo he pasado completamente por alto. Me he dejado llevar y ha merecido la pena.
Mención especial para los grandísimos personajes, esos diálogos maravillosos y el momento histórico que retrata: años 40-50 en EEUU en plena caza de brujas de McCarthy, brutal.

Y, por mucho que ame a este país, no creo necesario envolverme en una bandera. El fanatismo patriótico es como seguir la Biblia: me da miedo porque es doctrinario. El patriotismo de verdad es silencioso, discreto y reflexivo. Crítico.

Reconozco que he sido muy visceral tanto con la historia como con los personajes; en muchos momentos he tenido la sensación de estar leyendo sobre vidas reales, y supongo que cuando un libro consigue eso, es de los buenos.

Leer En busca de la felicidad ha sido como ver una película clásica en blanco y negro, donde todo es a lo grande, todo es épico y emocionalmente inmenso e intenso.
Y qué decir de Sara Smythe..., un personajazo tremendo: luchadora, humana, honesta. La lealtad y el apoyo incondicional entre ella y su hermano Eric es una de las cosas más bonitas y emocionantes de esta lectura; ese, es el verdadero amor de este libro.

Duerme; y si la vida fue amarga contigo, perdona; si fue dulce, da las gracias; no tienes nada más que vivir. Y dar las gracias es bueno, como perdonar. -Algernon Charles Swinburne.