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Terminé con un monstruo y me fui a vivir a Estocolmo.
Desde el principio tuve miedo y estaba reluctante a leer Rayuela por la sola razón de lo que representaba: la novela (?) más importante de Cortázar. Yo, un amante de sus cuentos, de esos mundos tan diferentes a la contranovela, estaba frente a un moustruo.
Me sentí atraído; como un amante, me dejé enamorar por el desborde de cariño y amor que le dan, y de la nada, fui ultrajado y abofeteado, y me quise revelar, lo quise aventar al olvido, quise romperlo y quemarlo, quise dejar de leer pero estaba comprometido y era uno de esos lectores-hembra tan detestables, luego quería corregirlo, luego quería escupirle, pero entonces llegó Rocamandour y me hizo amarlo tanto que me dolió, lloré y no quise separarme nunca de él hasta que mi cabeza explotó con las ideas de revolución de Morelli, porque me liberó, me convirtió en un nuevo lector y me quitó las cadenas de esas perras negras que atrapan.
Fue como una caja de grageas Bertie Bott de todos los sabores...
Fue como una manjar con fecha de caducidad.
Fue agridulce, salado y amargo. Fue Umami.
Fue un encarcelamiento liberador.
Es Cortázar y su Rayuela, el cielo en la tierra.
Desde el principio tuve miedo y estaba reluctante a leer Rayuela por la sola razón de lo que representaba: la novela (?) más importante de Cortázar. Yo, un amante de sus cuentos, de esos mundos tan diferentes a la contranovela, estaba frente a un moustruo.
Me sentí atraído; como un amante, me dejé enamorar por el desborde de cariño y amor que le dan, y de la nada, fui ultrajado y abofeteado, y me quise revelar, lo quise aventar al olvido, quise romperlo y quemarlo, quise dejar de leer pero estaba comprometido y era uno de esos lectores-hembra tan detestables, luego quería corregirlo, luego quería escupirle, pero entonces llegó Rocamandour y me hizo amarlo tanto que me dolió, lloré y no quise separarme nunca de él hasta que mi cabeza explotó con las ideas de revolución de Morelli, porque me liberó, me convirtió en un nuevo lector y me quitó las cadenas de esas perras negras que atrapan.
Fue como una caja de grageas Bertie Bott de todos los sabores...
Fue como una manjar con fecha de caducidad.
Fue agridulce, salado y amargo. Fue Umami.
Fue un encarcelamiento liberador.
Es Cortázar y su Rayuela, el cielo en la tierra.