kokeshi8 's review for:

El buen amor en la pareja by Joan Garriga
3.0

La verdad que andaba buscando una lectura sobre las relaciones familiares, cómo influyen los ancestros en las decisiones personales y de pareja, algo mucho más completo y no tan específico; sin embargo, me topé con este título, vi que tenía buenos comentarios y trataba en algo la relación con los temas familiares, así que me deje, "es lo que hay", porque tampoco encontré otro título con las características que quería, y así fue como me leí esto de un tirón, sin buscar ninguna info del autor ni nada de eso. Si hubiera buscado más información, probablemente no hubiera leído este libro porque estoy en la necesidad de leer algo más "racional", un texto más académico y que contenga menos ejemplos sacados de la biblia. Pero en el fondo, no es un pésimo libro (aunque tampoco soy muy entendida en estas temáticas); hay cosas que si resonaron en mí y otras que leí colocando muecas raras de incredulidad.

Estaba a punto de darle 2 estrellas, pero el capítulo final que en realidad es un pensamiento del monje Thich Nhat Hanh salvó bastante mi impresión total.

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uno enseña con gusto sobre aquello que aún necesita procesar y aprender

Escuchamos, por ejemplo: «No puedo vivir sin ti», «me moriría si te vas», «sin ti nada tiene sentido», «no hay más infierno que tu ausencia», etcétera. Si analizamos con cuidado estas frases,
veremos que sólo pueden venir de un niño. Para un niño podrían ser frases reales, pues a tan corta edad la ausencia de la madre o de los padres se vive como un infierno.

La pareja te puede dar felicidad, pero no tiene el poder de hacerte feliz, lo cual es un matiz muy importante.

Muchas parejas reales admiten que el otro no les trajo mayor felicidad, sino mayores retos y complicaciones, así como una mayor capacidad para afrontar problemas y diferencias de valores,
deseos, costumbres y creencias.

deben afrontar conflictos y desacuerdos y, en ocasiones, incluso sienten que la relación y la
convivencia les debilitan, desgastan y desvitalizan, por lo que necesitan revisarlas cada tanto y realizar cambios.

estamos juntos en un camino, al menos mientras sea posible. Tenemos derecho a experimentar ese
sentimiento de pertenencia, pero no a esperar que la pareja cumpla todas nuestras fantasías, que apacigüe todos nuestros temores, que cure todas nuestras viejas heridas. Si ocurre algo (o mucho) de eso, será un regalo, pero como expectativa resulta excesiva. Y un exceso de expectativas puede ahogar el amor.

En la pareja aprendemos a hacer espacio a lo diferente, a respetar lo que nos resulta extraño. En este sentido, nos ofrece la posibilidad de crecer a través de la exposición a lo ajeno y de su integración.

Es cierto que la sexualidad es una realidad arrolladora, pero hay algo más: en esa persona reconocemos vibraciones que vivimos en nuestra infancia, y de alguna forma albergamos la esperanza de completar con ella aquellas cosas que quedaron como asuntos pendientes en nuestra
infancia con nuestros padres, o de escenificar guiones y tramas inconscientes de nuestro sistema familiar de origen para que prosigan y encuentren su resolución.

La pareja, por definición, es un lugar donde nos encontramos comoiguales, como pares. Si no hay igualdad, en verdad no hay pareja, sino otra cosa, otro convenio, por lo general poco feliz.

De hecho, creo que la pareja es un espacio ideal para el crecimiento de las personas, pues con ella nos despedimos del niño o la niña que fuimos e ingresamos en el mundo de los adultos.

el verdadero crecimiento ocurre cuando cada cual se enfrenta a aquello que teme o a aquello de lo que cree adolecer.

Si alguien sólo da o sólo toma, la pareja está amenazada porque corre el riesgo de plasmar un formato maternofilial en lugar de uno entre adultos.

Pero la pareja consiste en una relación entre adultos, entre iguales, y por eso necesita un intercambio justo.

En ocasiones es mejor que no nos quieran tanto, sino que nos quieran bien; menos cantidad y más calidad.

Algunas mujeres vengan a sus abuelas enfadándose con sus parejas actuales, y algunos hombres expían las culpas de sus anteriores debilitándose y empequeñeciéndose, escondiendo su hombría o incluso feminizándose, hasta estallar con sus parejas actuales.

Cuando dos se encuentran, a veces sus estilos afectivos se complementan y la pareja avanza. Otras veces sucede lo contrario: los estilos colisionan con tanta vehemencia
que no es posible un mínimo de bienestar y cada uno tiene que tomar su propio camino.

El que dice sí a su linaje y a su historia y es capaz de elaborar, integrar y traducir sus tormentos al lenguaje de la vida

el buen amor tiene mucho que ver con el orden

El buen amor es más bien la antitragedia, porque se orienta al futuro por encima del pasado. La pareja adquirirá consistencia cuando, con el tiempo, logre afianzarse y ambos sientan que su vínculo tiene prioridad sobre los vínculos anteriores.

Si un sentimiento dura mucho tiempo, ya no es tal, sino más bien una posición que hemos adoptado para protegernos.

Recordemos que los hijos no atienden tanto a lo que los padres dicen, sino a lo que los padres sienten y hacen.

sólo podemos amar en cada momento lo real; lo ideal no existe. Amar lo real nos otorga la posibilidad de ser felices.