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dante_nathanael 's review for:
Furia
by Clyo Mendoza
Futil huida: o el infierno de lo propio en "Furia" de Clyo Mendoza
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[D]
«...pero no te me asustes, Lazarito, esos que viste eran los muertos construyendo una sombra.»
pg.49
No se necesita hablar sobre en qué momento se torna sueño y en qué momento empieza el tormento en el desierto abrasador, que en su pulido sol recibe con brazos abiertos a los que ya han abandonado toda esperanza y no regresarán. Todo está mezclado. La vida normal es un martirio, una pobreza de espíritu que exprime de moral a sus habitantes.
"Furia," se siente como salir de Comala a las brasas (wink), fuera del ahorcado tiempo del pueblo paralizado por Pedro Páramo a los inmensos paisajes desolados que uno de sus hermanos espirituales dejó a su paso.
«Corrí tanto que descubrí que los cerros no son azules cuando llegas.»
pg.108
El folclore está tan vivo como el subyacente tema religioso. Pero no se siente romantizado. No lo está. La maravillosa inocencia está pintada con los mismos pigmentos que la guerra y sus cadáveres, y el sol los ha blanqueado por milenios.
«Todos estamos buscando a una mujer, me dice riendo y yo me alejo.»
pg.166
Aunque en la realidad el esqueleto que nos dejó Jung del entendimiento sobre masculino y femenino es demasiado pobre, en los versos prosificados de Mendoza nos ayuda a alumbrar el camino de algunos de los dobles que van obscureciendo aún más la noche. Y no para ellos, pero para nosotros. La moral de "Furia," está en dejar de tenerla en nuestro corazón lo más posible, dejar de sembrar antiluminarias en la vida de tantos otros.
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Reseña extraída de bookstagram: @libroscolorprisma
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[D]
«...pero no te me asustes, Lazarito, esos que viste eran los muertos construyendo una sombra.»
pg.49
No se necesita hablar sobre en qué momento se torna sueño y en qué momento empieza el tormento en el desierto abrasador, que en su pulido sol recibe con brazos abiertos a los que ya han abandonado toda esperanza y no regresarán. Todo está mezclado. La vida normal es un martirio, una pobreza de espíritu que exprime de moral a sus habitantes.
"Furia," se siente como salir de Comala a las brasas (wink), fuera del ahorcado tiempo del pueblo paralizado por Pedro Páramo a los inmensos paisajes desolados que uno de sus hermanos espirituales dejó a su paso.
«Corrí tanto que descubrí que los cerros no son azules cuando llegas.»
pg.108
El folclore está tan vivo como el subyacente tema religioso. Pero no se siente romantizado. No lo está. La maravillosa inocencia está pintada con los mismos pigmentos que la guerra y sus cadáveres, y el sol los ha blanqueado por milenios.
«Todos estamos buscando a una mujer, me dice riendo y yo me alejo.»
pg.166
Aunque en la realidad el esqueleto que nos dejó Jung del entendimiento sobre masculino y femenino es demasiado pobre, en los versos prosificados de Mendoza nos ayuda a alumbrar el camino de algunos de los dobles que van obscureciendo aún más la noche. Y no para ellos, pero para nosotros. La moral de "Furia," está en dejar de tenerla en nuestro corazón lo más posible, dejar de sembrar antiluminarias en la vida de tantos otros.
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Reseña extraída de bookstagram: @libroscolorprisma