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A review by jormanks
Frankenstein (Sepan Cuantos, #687) by Mary Shelley
4.0
Creo que es la segunda mitad del libro la que vale la pena. En ella se dota al monstruo de características humanas, y se le otorga una consciencia. Este es el detalle: un monstruo que no piensa, un depredador, es peligroso, pero no se puede notar tan maligno como alguien que tiene la facultad de sentir y razonar. Esta es la idea que más me atrajo a la lectura, no tanto el diálogo de esa época, con las grandes proezas de una familia acomodada con sus trivialidades, ni el gran drama del ser horrendo que es condenado por la ausencia de belleza física (que tiene que ver con lo anterior: lo bueno es bello), sino la capacidad de un ser que decide destruir. El monstruo a su creador, y el creador a ese objeto los une ese vínculo que podría decirse los lleva a un nivel instintivo, pero los animales no son así. No buscan la destrucción total de algo en específico.
Claro, está todo lo de la responsabilidad de la humanidad con lo que va creando (digamos: las costumbres, o la paternidad), o el tema de la discriminación a lo diferente. La belleza del monstruo se podría ubicar en la parte en que adquiere la apreciación hacia la inteligencia o a la bondad, algo que se resume, más o menos, en eso de que "lo que importa es lo de adentro", pero es que no es ni tan así. No importó mucho en los años 1700, ni ahorita. Lo que debería importar es más bien una consideración a la concepción de la inteligencia, o a la vida. Acá creo que puede ir la obligada lectura de cómo el monstruo es vegano no porque sea malo sino por la consideración de su situación, pero también porque se siente como un ser inferior, alguien que podría no estar dotado con el privilegio de una vida "hermosa" sino con la otra, la fea de los que viven para servir a los demás.
Bueno, en fin. Aburridor el diálogo, o los monólogos de varias hojas que pretenden dar una muestra de cada uno de los personajes, cuando en unas pocas líneas se puede hacer que avance la trama con acciones, sin tener que estar repitiendo muchas veces lo infeliz que es X o lo feliz que nos hace Y. Es muy aburridor, pero redescubrir esta historia vale más que todas las cosas malas que pueda decir de ella.
Claro, está todo lo de la responsabilidad de la humanidad con lo que va creando (digamos: las costumbres, o la paternidad), o el tema de la discriminación a lo diferente. La belleza del monstruo se podría ubicar en la parte en que adquiere la apreciación hacia la inteligencia o a la bondad, algo que se resume, más o menos, en eso de que "lo que importa es lo de adentro", pero es que no es ni tan así. No importó mucho en los años 1700, ni ahorita. Lo que debería importar es más bien una consideración a la concepción de la inteligencia, o a la vida. Acá creo que puede ir la obligada lectura de cómo el monstruo es vegano no porque sea malo sino por la consideración de su situación, pero también porque se siente como un ser inferior, alguien que podría no estar dotado con el privilegio de una vida "hermosa" sino con la otra, la fea de los que viven para servir a los demás.
Bueno, en fin. Aburridor el diálogo, o los monólogos de varias hojas que pretenden dar una muestra de cada uno de los personajes, cuando en unas pocas líneas se puede hacer que avance la trama con acciones, sin tener que estar repitiendo muchas veces lo infeliz que es X o lo feliz que nos hace Y. Es muy aburridor, pero redescubrir esta historia vale más que todas las cosas malas que pueda decir de ella.