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Las tinieblas y el alba
by Ken Follett
Como “Los Pilares de la Tierra”, este libro no da respiro. Es una “telenovela” medieval, con muchos conflictos, romance, rupturas y traición.
Es un libro para dejarse llevar por historias que pudieron haber ocurrido en un tiempo que parece muy lejano, pero que en realidad fue hace muy poco y del cuál no se conoce mucho, pero que el autor trae a la imaginación de una manera tan vívida que pareciera que se puede recorrer y palpar.
Las únicas manchas que encontré fueron dos. Primero, la forma como en ciertos momentos algunos personajes parecen llegar mágicamente a conclusiones correctas, y la forma en que Follett trata de hacer parecer esas conclusiones como obvias.
Segundo, la alineación tan perfecta que tienen en varios momentos algunos personajes con el “bien” y el “mal”. Aunque el autor es un estudioso del medioevo y las épocas adyacentes a él, y reconociendo que las razones por las cuales alguien podría considerarse un hereje entonces eran muchísimas más, dudo que todos los malvados fueran 100% malvados, y que los buenos fueran siempre ángeles. El único personaje que pareciera moverse en una zona más gris e interesante es el monje Aldred. Ojalá Ken Follett hubiera explorado esas disonancias más en los otros personajes principales.
Es un libro para dejarse llevar por historias que pudieron haber ocurrido en un tiempo que parece muy lejano, pero que en realidad fue hace muy poco y del cuál no se conoce mucho, pero que el autor trae a la imaginación de una manera tan vívida que pareciera que se puede recorrer y palpar.
Las únicas manchas que encontré fueron dos. Primero, la forma como en ciertos momentos algunos personajes parecen llegar mágicamente a conclusiones correctas, y la forma en que Follett trata de hacer parecer esas conclusiones como obvias.
Segundo, la alineación tan perfecta que tienen en varios momentos algunos personajes con el “bien” y el “mal”. Aunque el autor es un estudioso del medioevo y las épocas adyacentes a él, y reconociendo que las razones por las cuales alguien podría considerarse un hereje entonces eran muchísimas más, dudo que todos los malvados fueran 100% malvados, y que los buenos fueran siempre ángeles. El único personaje que pareciera moverse en una zona más gris e interesante es el monje Aldred. Ojalá Ken Follett hubiera explorado esas disonancias más en los otros personajes principales.