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rodroinrainbows 's review for:

La costa mas lejana by Ursula K. Le Guin
4.0

Por un lado, La costa más lejana es brillante. Es un reflejo de cómo Ursula K. Le Guin vivió la década de los sesenta, una supuesta era dorada donde los poderosos prometían prosperidad pero que en realidad todo era una ilusión que llevaba a lo peor al hombre, enmascarando la felicidad con el consumo de drogas.

En Terramar existe un Equilibrio entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad. La costa más lejana relata las consecuencias de que el Equilibrio se rompa por la ambición a la vida y, por consecuencia, el atroz miedo a la muerte de un solo hombre de enorme poder, que no duda ni un segundo en poner a todos en peligro por un acto egoísta. La magia está muriendo. Para ello, Ursula presenta un relato mucho más oscuro, pues la decadencia empapa todos los lugares que los protagonistas visitan.
SpoilerEn una ciudad portuaria el consumo de drogas y la trata de esclavos se han vuelto una nueva norma. En otra isla, las personas han rechazado la magia y los bienes que producen han perdido calidad porque da igual todo mientras se vendan y tengan algo para llevarse a la boca. Los dragones, criaturas sabias y de habla innata se han vuelto bestias salvajes y mudas. Incluso más allá de Terramar y los Confines que marcan sus límites, una población ajena a los problemas del mundo pierden la capacidad de cantar sus gestas tradicionales y pierden parte de su identidad debido al desequilibrio
. Esto pega mucho más duro si te estás leyendo la saga de seguido, sobre todo al compararlo con cómo se nos presenta Terramar en el primer libro.

Sin embargo, este libro flaquea, mi opinión, en sus personajes.

Gavilán ya es un hombre viejo en este libro, pues oscila entre los cuarenta y los cincuenta. No nos encontramos ante el chico del primer libro ni con el intrépido aventurero del segundo, sino con un hombre sabio capaz de guiar a una nueva generación, el Archimago de Roke. Es acompañado por el príncipe Arren, de Las Enlades, durante el viaje que realizan para descubrir el mal que está acabando con la magia de Terramar. Arren, como lo fue Gavilán en Un mago de Terramar, es un chico que para el final del libro se vuelve hombre y Rey, y es muy bonito ver cómo duda, sufre las consecuencias y finalmente, ante las puertas de la muerte, cuando es más necesario, obtiene la resolución necesaria para enfrentarse a su destino.

Aquí tengo un problema, y es que esta narrativa ya la he visto, ni más ni menos que en el primer libro de la saga, contada de forma distinta y con otras implicaciones, pero con similar impacto narrativo para los personajes implicados. Por otro lado, me ha costado mucho conectar con Ged en este libro. Es cierto que no es el único protagonista del libro y Ursula se centra más en Arren, pero Ged se siente más como un elemento conveniente para la narrativa. Toma decisiones convenientes para la historia y no lógicas, como llevarse a un niño con una espada de viaje para acabar con un mal atroz. A veces siento que Ged tiene líneas en diálogos donde, en vez de ser una persona emocional y sensible, que se preocupa por su compañero o por los que le rodean (como en Las tumbas de Atuan con Tenar) intenta darle lecciones a Arren con discursos pomposos donde, en verdad, no dice mucho.

Mirad, me gusta Ged. Se ha vuelto uno de mis personajes favoritos del género fantástico con los dos primeros libros de Terramar, pero siento que en este libro flojea. Sin embargo, me encanta dónde acaba tras los eventos que transcurren en La costa más lejana, pues como lector siento que
SpoilerGed ha cumplido su propósito y por fin puede volver a casa, a Gont, por fin está preparado para pasar página y, eventualmente, morir, pues ha de pagar el precio de una vida. Ged vuelve a casa en paz, y sinceramente, pese a lo decepcionado que me ha dejado en este libro, me emociona y entristece en partes iguales
. Se siente un final adecuado para una trilogía.

La figura antagonista me gusta mucho, y no tanto por lo que es, sino por lo que representa. Ya he mencionado que Ursula en este libro descargó toda su frustración con el mundo, y el antagonista no es ni más ni menos un egoista que, tras darse cuenta de sus errores, se da cuenta de que se le ha ido de las manos, que realmente lo que ha hecho no le ha servido de nada porque el mundo está acabando y que serán otros los que paguen la consecuencia de sus actos. Ursula vio esto en los sesenta, y más que nunca es vigente, pues el capitalismo y los poderosos, ciegos por poder, cometen atrocidades y están dejando el mundo hecho una ruina.

En definitiva, está muy bien. Me gustan más los dos primeros libros, pero no deja de ser una muy buena lectura.