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cel_red 's review for:
Pet Shop of Horrors, Vol. 1
by Matsuri Akino
https://bitviajera.blogspot.com/2014/04/manga-pet-shop-of-horrors.html
Pet Shop of Horrors se desarrolla casi por completo en la tienda de mascotas del Conde D. La tienda está en Chinatown, en Los Angeles, y tiene todo tipo de clientes: desde vecinos del barrio y gente que llegó ahí por recomendación de alguien más o por casualidad, hasta poderosos políticos y mafiosos. ¿Qué es lo que hace esta tienda tan atractiva? Los animales, por supuesto.
Los animales que vende el Conde son muy especiales. Claro que hay los típicos perros, gatos y pájaros, pero uno también se puede encontrar con sirenas o con especies míticas que todos jurarían que no existen. Pero no es solo el hecho de que haya animales exóticos en la tienda, es que los animales parecen humanos.
Con estos animales tan especiales se necesita también un trato especial, es por ello que el Conde hace un contrato con sus clientes. El contrato usualmente tiene tres cláusulas (una que siempre suele estar es que el dueño no podrá mostrar el animal a otras personas) y si el cliente rompe alguna de ellas, el Conde no se hará responsable de lo que suceda con el cliente.
Pet Shop of Horrors se desarrolla casi por completo en la tienda de mascotas del Conde D. La tienda está en Chinatown, en Los Angeles, y tiene todo tipo de clientes: desde vecinos del barrio y gente que llegó ahí por recomendación de alguien más o por casualidad, hasta poderosos políticos y mafiosos. ¿Qué es lo que hace esta tienda tan atractiva? Los animales, por supuesto.
Los animales que vende el Conde son muy especiales. Claro que hay los típicos perros, gatos y pájaros, pero uno también se puede encontrar con sirenas o con especies míticas que todos jurarían que no existen. Pero no es solo el hecho de que haya animales exóticos en la tienda, es que los animales parecen humanos.
Con estos animales tan especiales se necesita también un trato especial, es por ello que el Conde hace un contrato con sus clientes. El contrato usualmente tiene tres cláusulas (una que siempre suele estar es que el dueño no podrá mostrar el animal a otras personas) y si el cliente rompe alguna de ellas, el Conde no se hará responsable de lo que suceda con el cliente.