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A review by emirandres
El taller de escritura by Jincy Willett
4.0
Creo que el misterio de esta novela en realidad fue una excusa para poder presentarnos a toda esta gama de personajes.
Cada capítulo se centra en cada una de las clases del taller de escritura al que asisten estos chicos y los escritos de cada uno, y en cada clase se tocan temas distintos, tales como la creación de personajes, el desarrollo de la historia, qué hacer y qué no al escribir una historia. Era imposible no sentirte uno más sentado en el pupitre en ese salón y aprendí muchísimo. Había momentos en que el misterio del asesino pasaba a segundo plano para mi porque quería que la clase siga. Se presentaban debates demasiado tensos y reñidos cuando las personalidades o gustos literarios chocaban, era fascinante.
La prosa es genial. Pueden pasar páginas y páginas y páginas donde la trama sigue estando en el mismo lugar pero no aburre. Todo esto gracias a los personajes: son muchos pero están bien presentados y se puede distinguir fácilmente el uno del otro. Al principio es medio costoso, aprenderse los nombres y eso, pero a medida que van despelgando sus personalidades vas conectando, es como si tuvieras en frente a gente con la que fuiste al secundario (porque el contexto así te induce, la mayoría son personas que ya terminó el secundario) es imposible no conectar a alguno con alguien que conozcas en la vida real.
Pero Amy, la profesora, es brutal. Su personaje me encantó: es la típica profesora que te caía bien por su humor ácido, su poco miedo a la hora de decir las cosas, que sabía llevar una clase con soltura y que te daban ganas de conocer. Tanto su personaje como su historia fueron una compañía agradable, conocer su rutina diaria, su vida pasada, sus ex maridos, la relación con su perro, su hogar, todo en conjunto, al final del libro, te das cuenta de que te sentiste a gusto con ella y los recovecos de sus pensamientos.
Me gustó mucho.
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Cada capítulo se centra en cada una de las clases del taller de escritura al que asisten estos chicos y los escritos de cada uno, y en cada clase se tocan temas distintos, tales como la creación de personajes, el desarrollo de la historia, qué hacer y qué no al escribir una historia. Era imposible no sentirte uno más sentado en el pupitre en ese salón y aprendí muchísimo. Había momentos en que el misterio del asesino pasaba a segundo plano para mi porque quería que la clase siga. Se presentaban debates demasiado tensos y reñidos cuando las personalidades o gustos literarios chocaban, era fascinante.
La prosa es genial. Pueden pasar páginas y páginas y páginas donde la trama sigue estando en el mismo lugar pero no aburre. Todo esto gracias a los personajes: son muchos pero están bien presentados y se puede distinguir fácilmente el uno del otro. Al principio es medio costoso, aprenderse los nombres y eso, pero a medida que van despelgando sus personalidades vas conectando, es como si tuvieras en frente a gente con la que fuiste al secundario (porque el contexto así te induce, la mayoría son personas que ya terminó el secundario) es imposible no conectar a alguno con alguien que conozcas en la vida real.
Pero Amy, la profesora, es brutal. Su personaje me encantó: es la típica profesora que te caía bien por su humor ácido, su poco miedo a la hora de decir las cosas, que sabía llevar una clase con soltura y que te daban ganas de conocer. Tanto su personaje como su historia fueron una compañía agradable, conocer su rutina diaria, su vida pasada, sus ex maridos, la relación con su perro, su hogar, todo en conjunto, al final del libro, te das cuenta de que te sentiste a gusto con ella y los recovecos de sus pensamientos.
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