A review by idesthai
Su cuerpo y otras fiestas by Carmen Maria Machado

4.0

Llevaba un tiempo queriendo leer a Carmen Maria Machado, pero me daba miedo empezar con En la casa de los sueños y que me resultara demasiado duro considerando el estado mental y emocional en el que me encuentro. Lo cierto es que, si el estilo de la novela es la mitad de crudo y directo —en el buen sentido— que Su cuerpo y otras fiestas, he hecho bien. La longitud de los cuentos me ha permitido parar, procesar y respirar.

El feminismo es la espina dorsal de esta antología de ocho relatos. El tema se aborda de manera muy directa en «El punto de más», donde la protagonista termina casándose con el primer chico con el que se acuesta y, aunque en general está contenta, satisfecha, no puede evitar sentir que le ha entregado todo a ese matrimonio hasta quedarse casi sin nada propio. El conflicto nace de que la única cosa que se ha guardado para sí, esa su marido también quiere conocerla, tocarla, deshacerla, ver qué se esconde debajo...
SpoilerAl final ella cede y le concede también eso, que, spoiler alert, literalmente era lo que la estaba manteniendo con vida.


En el resto de relatos, el feminismo subyace en tanto en cuanto las protagonistas (y en muchos casos narradoras, con lo que nos explican el mundo desde su perspectiva) son siempre mujeres de carácter e instintos fuertes inmersas en un mundo donde las mujeres no están seguras. En «Inventario», la protagonista da refugio en un contexto post-apocalíptico a un hombre y por supuesto que este intenta violarla cuando se va a dormir; en «Especialmente perversos», todas las víctimas de los casos de asesinato y violación son mujeres; en «Las mujeres de verdad tienen cuerpo», las mujeres literalmente se están desvaneciendo, volviéndose invisibles, y nadie hace gran cosas por averiguar por qué o buscar una solución; en «Ocho» una mujer decide someterse a cirugía bariátrica porque odia su cuerpo; en «La residente» acusan a la protagonista de estar loca por ser más introvertida y autorreflexiva, y, por último, en «Problemática en las fiestas» se da a entender que la protagonista ha sufrido algún tipo de agresión en su propia casa.

El único que no he mencionado en esa enumeración es «Madres», porque lo cierto es que es el único relato que no he entendido en absoluto. Creo que en él hay un cierto grado de toxicidad dentro de una pareja de mujeres, cosa que –según tengo entendido– es precisamente el tema de la novela En la casa de los sueños. Creo que este relato es el que más se adscribe al realismo mágico, aunque los demás también tienen rasgos, y es mucho más metafórico. A grandes rasgos entiendo que es una historia sobre la abnegación de la mujer, lo que ella siente que debe hacer para contentar a su pareja y/o a su hija (si es que entendemos a la hija como un ser humano real y no como una alegoría de la relación). No sé, ya digo que este es el que menos he entendido.

Otro tema presente en prácticamente todos los relatos (creo que el único en el que no aparece es «Ocho») es el erotismo y el deseo sexual. Creo que mi tratamiento particular de este tema es en «Inventario», en el que se presenta una especie recopilación detallada de todas las personas con las que la persona ha tenido una conexión sexoafectiva; en el fondo de la historia vamos viendo cómo surge una enfermedad mortal que rápidamente se convierte en una pandemia que, poco a poco, lleva al colapso de la civilización. El final de la historia es lo que a mí me terminó de vender el relato,
Spoilerel momento en que entendemos que la protagonista se ha quedado completamente sola porque todo el mundo ha muerto, se ha retirado al último refugio del que dispone y hacer listas es algo que calma su ansiedad
; es decir, el relato en sí mismo es la única forma que ella conoce para dominar su miedo y su desesperación.

«Especialmente perverso» ha sido uno de mis relatos favoritos, aunque en las reseñas que he leído he visto que mucha gente lo ha encontrado tedioso. A mí me ha fascinado porque me parece que tiene una forma narrativa muy particular, muy innovadora. Todo el relato está escrito como si fuera una serie de televisión, la historia se desarrolla mediante sinopsis de episodios de una serie de Ley y orden: unidad de víctimas especiales. No se limita a mencionar incontables casos truculentos de asesinato y violación, sino que añade un fuerte elemento sobrenatural. Por ejemplo, los protagonistas, Benson y Stabler, coexisten con unos doppelgängers, Henson y Abler. A partir de cierto punto, Benson se ve asediada también por los fantasmas de centenares de chicas asesinadas que no pueden descansar en paz. Estos fantasmas tienen pequeñas campanas que hacen un ruido constante pero casi inaudible y, en un momento de la obra (que creo que coincide con un cambio en la jefatura del departamento de Policía), esas campanitas pierden el badajo y ya no pueden sonar; es decir, el sistema todavía ha sido capaz de silenciar más a las víctimas. Es un relato duro y es un relato raro, ya digo, muy experimental, muy fragmentario... pero a mí me ha encantado.

El relato de «Las mujeres de verdad tienen cuerpo» nos lo narra una chica que trabaja en una boutique, en un mundo en que las mujeres se están volviendo primero translúcidas y luego invisibles. Se entiende como una enfermedad que afecta a mujeres de todas las edades, pero no parece que nadie esté haciendo nada por encontrar una cura o por entender por qué pasa esto. En la tienda, la protagonista conoce a Petra, que es la hija de la mujer que cose los vestidos. Ambas empiezan a acostarse y entonces descubrimos que las mujeres que desaparecen no se esfuman, sino que vagan invisibles como almas en pena, sin voz y sin cuerpo, y se aferran a las cosas, supongo, intentando rencontrar su corporalidad.
SpoilerSe aferran a los vestidos, por ejemplo, literalmente se dejan coser a ellos. Al descubrir esto, la protagonista ya no puede seguir trabajando en la tienda de ropa; de hecho, se cuela una noche después de dimitir con unas tijeras para intentar liberar a las mujeres invisibles, pero ellas no quieren separarse de los vestidos pese a que hayan cortado las costuras.
La crítica social de este relato es brutal y clarísima.

Llegamos a «Ocho», que ya he mencionado un par de veces. Merece la pena hacer un trigger warning porque sé que el tema de la relación con el cuerpo propio y con la comida es muy delicado. Como dije antes, la protagonista de este relato decide someterse a cirugía bariátrica. La caracterización del personaje pasa por decirnos que las tres hermanas de la protagonista se han sometido a dicha cirugía y por explicarnos que su madre estaba obsesionada con medir todo lo que comía. La madre siempre comía ocho bocados –de ahí el título– y después paraba, decía que no hacía falta más; la protagonista intenta emular este comportamiento (terrible) de su madre, pero es incapaz porque realmente le gusta comer, disfruta de una comida rica, pero no es capaz de sentirse en paz con esta parte de su ser. En fin, erróneamente cree que someterse a la cirugía bariátrica va a cambiar su vida y a solucionar todos sus problemas... No hace falta leerse el relato para saber que eso no pasa, ¿verdad?, lo que pasa es que el cuento introduce un giro de horror sobrenatural, pues una masa oscura e informe, sin ojos, empieza a convivir con ella en la casa:
Spoileres la materialización de su autodesprecio y sus complejos, claro
.

«La residente» nos habla de una escritora que se va a una especie de retiro en una residencia pensada para artistas de todo tipo, donde puedan desconectar del mundo y dedicarse a crear. Dicha residencia resulta estar muy cerca del sitio donde ella iba de campamento de pequeña, así que tiene muchos flashbacks o reminiscencias del tiempo que pasó allí; al fin y al cabo, fue el lugar donde descubrió su sexualidad y donde comprendió por primera vez que no encajaba del todo con las demás niñas. Esto es importante porque al llegar a la residencia de artistas rápidamente comprende que no encaja del todo con el resto de residentes, que encarnan distintos estereotipos de artista excéntrico, soberbio, unapologetic. Todo ello sembrado con cosas un poco turbias, como enfermedades o cambios corporales inexplicables e intratables, en tanto en cuanto están recluidos en este sitio sin contacto con la civilización. La resolución de este relato en concreto no me ha terminado de convencer, pero todo el desarrollo es maravilloso y tiene reflexiones muy interesantes sobre ser una misma, conocerse a una misma, sobre los procesos de creación y demás.

Por último, «Problemática en las fiestas» nos cuenta la historia de una mujer que ha sufrido una agresión en su propia casa. Digo en su propia casa porque, aunque nunca se termina de explicitar qué tipo de agresión ha sufrido ni dónde ni cuándo, su pareja –un hombre, en este caso– insiste mucho en que debería mudarse; también hay un punto en que habla sobre lo mucho que la protagonista disfrutaba antes del sexo, de donde podemos entender que ya no lo hace, lo cual es bastante significativo para sobreentender el tipo de agresión sufrida. La historia pasa por reflejar la extrañeza que se instala entre la protagonista y su novio después del suceso, claro. Además, ella se obsesiona con ver vídeos porno porque –descubre– es capaz de oír los pensamientos de las personas implicadas en las cintas. El título viene de que en cierto momento el novio la convence para ir a una fiesta, porque cree que salir de casa y socializar un poco le puede venir bien, pero lo cierto es que ella no se divierte; allí hay un hombre con una cámara de vídeo y eso a ella le pone los pelos de punta, tanto es así que decide robarle la cámara. Ella acaba instalando la cámara de vídeo en su dormitorio, porque está teniendo terrores nocturnos de los que luego no recuerda nada, solo lo que su novio le cuenta: que grita, que se revuelve, que patalea e incluso le da un par de golpes fuertes a él cuando intenta calmarla... Finalmente,
Spoilercomo es muy consciente de esa extrañeza que se ha creado entre su novio y ella, decide grabar la primera vez que vuelven a acostarse, entiendo yo que para luego ver la cinta y saber, así, qué es lo que su novio piensa realmente de la situación, si podrán superarlo o no...
Pero lo cierto es que el relato lo deja en el aire, termina ahí.

En general, me ha gustado mucho, creo que todos los relatos, de tener una puntuación individual, oscilarían entre las tres y las cinco estrellas, así que al conjunto le voy a dar cuatro. Ya digo, es una prosa brutal y directa, que trata temas interesantes desde una óptica feminista y queer; el estilo es maravillosamente ecléctico, pues tiene rasgos de realismo mágico, de horror sobrenatural, un poquito de thriller aquí y allá, algo de distopía y ciencia ficción. Sin duda, una de las antologías de relatos más interesantes que he leído en mucho tiempo.