ninobooks's profile picture

ninobooks 's review for:

4.0
emotional sad tense medium-paced
Plot or Character Driven: A mix
Strong character development: Yes
Loveable characters: Yes
Diverse cast of characters: Yes
Flaws of characters a main focus: Yes

Puntuación: 4.5/5

En este segundo libro de la saga Green Creek, la historia gira en torno a la relación entre Mark y Gordo. Desde el principio supe que este libro iba a doler, pero no imaginé cuánto. Fue una montaña rusa de emociones: enojo, tristeza, impotencia, ternura... Lloré. Lloré más que con Wolfsong. Cerré el libro y me quedé mirando el techo, con el alma apretada.
Terminé odiando a Thomas Bennett. Lo detesté profundamente por todo lo que hizo y decidió, por el peso de las consecuencias que dejó caer sobre los demás como si fueran inevitables. También sentí rabia hacia Elizabeth, aunque no tan intensa; fue más bien una mezcla de frustración, tristeza y enojo. Pero el que más me dolió fue Mark Bennett.
Comprendo el dilema de la manada, la responsabilidad que sentía, el peso de ser leal al alfa, de ser hermano de Thomas. Entiendo que la familia para ellos lo es todo. Pero ¡Gordo era tu compañero! ¡Tu lazo, tu vínculo más sagrado! ¿Cómo pudiste poner a tu manada antes que a él? Esa traición no fue cualquier cosa. Fue profunda, cruel y personal. Por eso, después de leer este libro, entendí por completo por qué Gordo los odiaba desde el primer libro. Y ese odio es válido, tiene sentido. Él tenía todas las razones del mundo para volverse un villano, para negarse a perdonar, y nadie lo habría culpado. El mismo Mark se lo dice: si Gordo hubiera cerrado su corazón para siempre, él lo habría entendido.
Pero Gordo no es así. Es fuerte, pero también es bueno. Tiene un corazón enorme, aunque lo esconda detrás de su sarcasmo y su forma dura de ser. Y por eso, porque es tan noble, terminó perdonando a todos.
El libro también nos muestra el pasado de Gordo. Y es doloroso, doloroso de verdad. Sufrió demasiado desde pequeño. No merecía una infancia así, no merecía que lo dejaran solo. Perdió a su primera manada, a su papá, a su mamá... La segunda manada —esa que debió haberlo cuidado— lo abandonó en su momento más oscuro, justo cuando ya no le quedaba nada. Y todo eso siendo apenas un adolescente, con demasiadas heridas y muy pocas respuestas.
A pesar de todo ese dolor, de los años de soledad, de cargar con tanto sin decir una palabra, Gordo encontró una tercera manada. Una que lo amaba de verdad, que lo veía, lo valoraba y lo necesitaba. Y él también los amaba, aunque seguía con miedo. Miedo de volver a confiar. Miedo de ser dejado atrás otra vez. Es un miedo que se entiende. Porque, además de todo, su propia madre le sembró una idea muy cruel cuando era niño. Le dijo cosas que se quedaron en su mente por años, cosas que hicieron que le costara aún más volver a abrir su corazón a los lobos y a lo que representaban.
Una parte que me encantó fue el Team Humano. ¡Cómo los amo! De verdad. En los momentos más tensos, ellos eran como un respiro. Me hacían reír cuando todo dolía. Le daban a Gordo el apoyo que necesitaba, sin presionarlo, sin exigirle. Solo estaban ahí. Y eso es lo que él necesitaba. La manera en que lo acompañaron y le demostraron que no estaba solo fue hermosa.
Gordo tuvo un desarrollo impresionante como personaje. En el primer libro lo vemos serio, duro, casi frío, alguien que se protege detrás de un escudo de sarcasmo y distancia. En el segundo libro sigue igual al principio, pero poco a poco va cambiando. A medida que avanza la historia, va bajando sus defensas, empieza a confiar, a soltar el peso que ha llevado tantos años. Y al final... al final se permite abrir el corazón, sentirse y amar. No solo a Mark, sino a todos: a su manada, a su familia. Aunque claro, sigue haciéndose el rudo… y eso también lo hace entrañable.
Algo que me habría gustado leer —y esto ya es puro capricho mío— es que Gordo tuviera algún ligue o romance momentáneo que hiciera que Mark sintiera celos. Ya sé que de joven tuvo algunas aventuras, pero yo quería una historia así después de que Mark regresara. Especialmente después de enterarme que ese HDSPTM de Mark ¡salía con Dale! ¡LO ODIO! No me lo esperaba y me dolió. Fue como una puñalada emocional.
En resumen, esta historia me gustó muchísimo. Siento que no es solo un libro de romance. Es una historia sobre el dolor, el abandono, la familia y la sanación. Aunque tiene amor romántico en ciertos puntos, también se siente como un homenaje al amor encontrado, a esa familia que se forma entre los escombros, entre los que deciden quedarse. Es una historia sobre perdonar, pero también sobre poner límites, sanar sin olvidar, y reconstruirse desde lo más roto.
Después de terminar de leer Ravensong, Ox se convirtió en mi segundo personaje favorito, porque el primer lugar ahora lo ocupa Gordo. Él se merece todo lo bueno que la vida pueda darle. Todo. Después de tanto sufrimiento, pérdida y silencio… merece amor, cuidado y alegría. Gordo se merece el maldito mundo.