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A review by simonai
Lobos by Donato Carrisi
5.0
Esta es la primera novela de Donato Carrisi que leo, y sólo con esta, me di cuenta que no iba a ser la última que leyera de él. El universo que construye Carrisi en esta novela, nos acerca a la cara de la maldad, no enuncia ningún lugar, ninguna ciudad, los nombres de sus personajes son de todas partes, por lo que puede ocurrir en cualquier lugar y la maldad tiene un rostro común, el rostro de cualquier buen samaritano, pues el monstruo puede ser el vecino. Ante esta verdad, cuantas veces no hemos señalado en la televisión a un delincuente y dicho: “… y no tiene cara de matón”.
Es que lo que impresiona bastante, a pesar de ser una verdad de Perogrullo, es que el monstruo puede ser cualquiera y lo llevamos todos adentro, sólo es cuestión de mirar un poco en el interior y llegar al punto de inflexión que nos puede convertir en asesinos, apagar el interruptor del sentido común y sucumbir ante el instinto primario de violencia.
El ritmo en la narración es el óptimo, sin embargo, yo lo leí con velocidad de vértigo (es toda mi culpa) es que pocas veces uno encuentra una historia que enganche tanto, que lamentes la necesidad de descansar los ojos o la necesidad de dormir. Y es difícil no engancharse, cuando construye unos personajes de lujo, Mila Vasquez, es un personaje soberbio que soporta muy bien el peso de la trama, capto mi curiosidad desde su presentación y me hizo querer descubrir su historia, además que Carrisi la oculta casi hasta el final del libro. Por otro lado, el personaje de Gorán intriga menos porque parece claro, es el mentor, pero que sorpresa nos da el autor con él.
Un punto más a favor de esta historia, es el manejo del simbolismo, la descripción de cada escena del crimen es rica y delicada, jamás cae en lo vulgar o lo morboso, no es irreverente, de hecho, se puede decir que es casi objetiva, el mejor ejemplo es la escena de “la sonrisa en medio de las lágrimas”.
Si las escenas son ricas, la elaboración del perfil del “malo”, también son muy lógicas y congruentes, dando en cada página pequeñas puntadas de la personalidad, la motivación. Carrisi sabe sugerir, de manera elegante, durante todo la historia se especula, juegas con las pistas y quieres que tus hipótesis del caso sean correctas y aún hay espacio para que el autor te sorprenda.
La calidad técnica de la historia denota los conocimientos del autor sobre el tema, nada es al azar y los detalles de las metodologías para recoger las pruebas impresionan, así como los perfiles de los asesinos seriales, sus categorías y motivaciones, enriquecen lo que se pueda saber o el imaginario construido por películas del género. En definitiva, es difícil describir la historia a mayor profundidad sin dar detalles de la trama, por lo que creo que la frase que mejor describe a Lobos es: “Dios está en el silencio y el diablo en los susurros”.
Es que lo que impresiona bastante, a pesar de ser una verdad de Perogrullo, es que el monstruo puede ser cualquiera y lo llevamos todos adentro, sólo es cuestión de mirar un poco en el interior y llegar al punto de inflexión que nos puede convertir en asesinos, apagar el interruptor del sentido común y sucumbir ante el instinto primario de violencia.
El ritmo en la narración es el óptimo, sin embargo, yo lo leí con velocidad de vértigo (es toda mi culpa) es que pocas veces uno encuentra una historia que enganche tanto, que lamentes la necesidad de descansar los ojos o la necesidad de dormir. Y es difícil no engancharse, cuando construye unos personajes de lujo, Mila Vasquez, es un personaje soberbio que soporta muy bien el peso de la trama, capto mi curiosidad desde su presentación y me hizo querer descubrir su historia, además que Carrisi la oculta casi hasta el final del libro. Por otro lado, el personaje de Gorán intriga menos porque parece claro, es el mentor, pero que sorpresa nos da el autor con él.
Un punto más a favor de esta historia, es el manejo del simbolismo, la descripción de cada escena del crimen es rica y delicada, jamás cae en lo vulgar o lo morboso, no es irreverente, de hecho, se puede decir que es casi objetiva, el mejor ejemplo es la escena de “la sonrisa en medio de las lágrimas”.
Si las escenas son ricas, la elaboración del perfil del “malo”, también son muy lógicas y congruentes, dando en cada página pequeñas puntadas de la personalidad, la motivación. Carrisi sabe sugerir, de manera elegante, durante todo la historia se especula, juegas con las pistas y quieres que tus hipótesis del caso sean correctas y aún hay espacio para que el autor te sorprenda.
La calidad técnica de la historia denota los conocimientos del autor sobre el tema, nada es al azar y los detalles de las metodologías para recoger las pruebas impresionan, así como los perfiles de los asesinos seriales, sus categorías y motivaciones, enriquecen lo que se pueda saber o el imaginario construido por películas del género. En definitiva, es difícil describir la historia a mayor profundidad sin dar detalles de la trama, por lo que creo que la frase que mejor describe a Lobos es: “Dios está en el silencio y el diablo en los susurros”.