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A review by agonzmedina82
Un relato policíaco by Imre Kertész
3.0
"Un relato policiaco" es una reflexión sobre los mecanismos de opresión en los regímenes totalitarios que, aunque contiene algunas tesis interesantes por parte de víctimas y verdugos, me ha decepcionado bastante debido a la escasa originalidad de sus ideas. Kertész no termina de alejarse de los lugares comunes concernientes a las dictaduras y sus brazos ejecutores, y no aporta nada nuevo en cuanto a sus personajes, situaciones o ideas.
Un punto fuerte, digno de agradecimiento, es que el autor no haya sucumbido a la tentación de lo melodramático ni de lo truculento. Escritores con menos oficio que Kertész trufarían este "relato" de descripciones morbosas sobre la tortura o el sufrimiento de los reos con el fin de captar la atención del lector. A Kertész le sobra con la presencia de un pequeño muñeco (el columpio de Boger) y la sed de destrucción fanática de Rodríguez para insinuar una atmósfera corrupta y viciada en torno a los interrogados.
También resulta muy acertado el recurso de una narración aparentemente caótica en la que el lector debe unir las piezas para componer un retrato cuya imagen final intuye desde las primeras páginas. El discurso de Rojas Martens está plagado de disgresiones, saltos temporales, declaraciones de otros implicados, fragmentos de diario de uno de los acusados... Tal diversidad de narraciones dentro de la narración principal, aunque tamizada por la perspectiva de Rojas, aporta una riqueza narratológica de primer orden y mantiene el interés del lector en una historia, por otra parte, bastante lineal.
No me parece un mal libro, a mí me ha gustado, pero quizá esperaba algo más de este autor.
Un punto fuerte, digno de agradecimiento, es que el autor no haya sucumbido a la tentación de lo melodramático ni de lo truculento. Escritores con menos oficio que Kertész trufarían este "relato" de descripciones morbosas sobre la tortura o el sufrimiento de los reos con el fin de captar la atención del lector. A Kertész le sobra con la presencia de un pequeño muñeco (el columpio de Boger) y la sed de destrucción fanática de Rodríguez para insinuar una atmósfera corrupta y viciada en torno a los interrogados.
También resulta muy acertado el recurso de una narración aparentemente caótica en la que el lector debe unir las piezas para componer un retrato cuya imagen final intuye desde las primeras páginas. El discurso de Rojas Martens está plagado de disgresiones, saltos temporales, declaraciones de otros implicados, fragmentos de diario de uno de los acusados... Tal diversidad de narraciones dentro de la narración principal, aunque tamizada por la perspectiva de Rojas, aporta una riqueza narratológica de primer orden y mantiene el interés del lector en una historia, por otra parte, bastante lineal.
No me parece un mal libro, a mí me ha gustado, pero quizá esperaba algo más de este autor.