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A review by martuchi
La ciudad ausente by Ricardo Piglia
fast-paced
- Plot- or character-driven? A mix
- Strong character development? No
- Loveable characters? No
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? It's complicated
1.25
La complejidad no es sinónimo de calidad.
Ricardo Piglia es el perfecto ejemplo del típico escritor argentino que quiere ser Borges y escribir “difícil”, cuando Borges jamás lo hizo así; su lector modelo era alguien instruido que tenía mucha cultura literaria, por eso todo lo que escribió tenía referencias a otras obras (de ahí, la complejidad de sus textos).
Piglia, en cambio, creó un absurdo metatexto y una cantidad terrible de intertextualidades para generar aún más confusión en el lector y luego insinuar que todo lo que se leyó fue meramente una invención de la máquina (o no). Leer esta novela por placer trajo más incomodidad (de una mala manera; no relacionada a la inconformidad en lo absoluto, sino más bien a un aburrimiento) que disfrute.
Por momentos me gustaba bastante lo que leía, pero luego se caía en picada: la verborragia en esta novela es un crimen total; es fácil perderse en la lectura; peor aun, es más aburrida que interesante.
En palabras de Piglia: “la literatura es una forma de decir la verdad.” Pero ¿qué verdades se están diciendo en esta historia? (o conjunto de historias, por donde lo veas). No se entiende ni la mitad de lo que se quiere comunicar. Por ende, Piglia traiciona sus propias palabras en su propio texto.
Recomiendo la ópera muchísimo más; que, si bien se entiende tanto (o tal vez menos) que esta novela, por lo menos se disfruta —y tiene excelentes actores y cantantes.
Ricardo Piglia es el perfecto ejemplo del típico escritor argentino que quiere ser Borges y escribir “difícil”, cuando Borges jamás lo hizo así; su lector modelo era alguien instruido que tenía mucha cultura literaria, por eso todo lo que escribió tenía referencias a otras obras (de ahí, la complejidad de sus textos).
Piglia, en cambio, creó un absurdo metatexto y una cantidad terrible de intertextualidades para generar aún más confusión en el lector y luego insinuar que todo lo que se leyó fue meramente una invención de la máquina (o no). Leer esta novela por placer trajo más incomodidad (de una mala manera; no relacionada a la inconformidad en lo absoluto, sino más bien a un aburrimiento) que disfrute.
Por momentos me gustaba bastante lo que leía, pero luego se caía en picada: la verborragia en esta novela es un crimen total; es fácil perderse en la lectura; peor aun, es más aburrida que interesante.
En palabras de Piglia: “la literatura es una forma de decir la verdad.” Pero ¿qué verdades se están diciendo en esta historia? (o conjunto de historias, por donde lo veas). No se entiende ni la mitad de lo que se quiere comunicar. Por ende, Piglia traiciona sus propias palabras en su propio texto.
Recomiendo la ópera muchísimo más; que, si bien se entiende tanto (o tal vez menos) que esta novela, por lo menos se disfruta —y tiene excelentes actores y cantantes.