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A review by nashiraprime
The Fifty-Year Mission: The Next 25 Years: From The Next Generation to J. J. Abrams: The Complete, Uncensored, and Unauthorized Oral History of Star Trek by Mark A. Altman, Edward Gross
5.0
El segundo tomo de The Fifty Year Mission son los 25 años posteriores a la serie original. Es decir, TNG, DS9, Voyager, Enterprise, todas las películas de Next Generation y la trilogía del Kelvin Timeline.
Si bien la primera parte (los primeros 25 años) revela con exhaustivo detalle el carácter, la personalidad, los aciertos y fracasos de Gene Roddenberry, y quizá se detiene demasiado en ello (y esta crítica sólo es posible luego de leer el segundo tomo); es en los siguientes 25 años que podemos apreciar el legado del Great Bird of the Galaxy. Una vez que Star Trek deja el seno de Roddenberry, pasa a ser parte de la cultura popular en manos de sus hermeneutas, algunos celosos como Rick Berman, otros más ambiciosos y menos papistas como Ronald D. Moore. La gimnasia mental y creativa necesaria para darle la vuelta a los guiones sin perder la "esencia" de lo que es Star Trek, la lucha entre innovar y sostener un legado, la paranoia de los ratings, el debate entre complacer pasivamente o confiar con generosidad en el público, todo es parte de la supervivencia de esta saga.
Sin embargo, lo que más valoro de este segundo tomo es el haberme dado la oportunidad de reconsiderar muchas posturas fundamentalistas que a veces resultan inevitables en el fandom. Por mi lado, estas posturas tenían que ver con la labor de J.J. Abrams en el reboot de las películas y el universo de la serie original, y con la serie Enterprise, sobre todo, con el final de ésta. Al escuchar las razones que llevaron y motivaron a los escritores a hacer lo que hicieron, escucharlos desde mi lugar de fan apasionada, pero también desde mi profesión y formación académica, es decir, con la perspectiva de quien ama escribir y analizar guiones, tuve que reconocer que es posible y, más que nada, necesario, sostener una postura crítica abierta, que reconozca que la motivación de los guionistas y directores son tan importantes como mi crítica de consumidora. El fundamentalismo como fuente de identificación es pobre y además, nos empobrece y reduce el fandom a una caricatura. Este libro, además de ser un registro histórico de la más relevante saga televiva, cumple la invaluable misión de mostrarnos que solo a través del esfuerzo sostenido de los fans, los creadores, los historiadores, los actores, es decir, sin una comunidad de personas comprometidas con una misión, no es posible emprender una aventura, efectuar un cambio verdadero, dejar una huella. Nada de eso difiera de la visión inicial de Roddenberry. Live long and prosper.
Si bien la primera parte (los primeros 25 años) revela con exhaustivo detalle el carácter, la personalidad, los aciertos y fracasos de Gene Roddenberry, y quizá se detiene demasiado en ello (y esta crítica sólo es posible luego de leer el segundo tomo); es en los siguientes 25 años que podemos apreciar el legado del Great Bird of the Galaxy. Una vez que Star Trek deja el seno de Roddenberry, pasa a ser parte de la cultura popular en manos de sus hermeneutas, algunos celosos como Rick Berman, otros más ambiciosos y menos papistas como Ronald D. Moore. La gimnasia mental y creativa necesaria para darle la vuelta a los guiones sin perder la "esencia" de lo que es Star Trek, la lucha entre innovar y sostener un legado, la paranoia de los ratings, el debate entre complacer pasivamente o confiar con generosidad en el público, todo es parte de la supervivencia de esta saga.
Sin embargo, lo que más valoro de este segundo tomo es el haberme dado la oportunidad de reconsiderar muchas posturas fundamentalistas que a veces resultan inevitables en el fandom. Por mi lado, estas posturas tenían que ver con la labor de J.J. Abrams en el reboot de las películas y el universo de la serie original, y con la serie Enterprise, sobre todo, con el final de ésta. Al escuchar las razones que llevaron y motivaron a los escritores a hacer lo que hicieron, escucharlos desde mi lugar de fan apasionada, pero también desde mi profesión y formación académica, es decir, con la perspectiva de quien ama escribir y analizar guiones, tuve que reconocer que es posible y, más que nada, necesario, sostener una postura crítica abierta, que reconozca que la motivación de los guionistas y directores son tan importantes como mi crítica de consumidora. El fundamentalismo como fuente de identificación es pobre y además, nos empobrece y reduce el fandom a una caricatura. Este libro, además de ser un registro histórico de la más relevante saga televiva, cumple la invaluable misión de mostrarnos que solo a través del esfuerzo sostenido de los fans, los creadores, los historiadores, los actores, es decir, sin una comunidad de personas comprometidas con una misión, no es posible emprender una aventura, efectuar un cambio verdadero, dejar una huella. Nada de eso difiera de la visión inicial de Roddenberry. Live long and prosper.