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4/5 estrellas.
El Nido, por Kenneth Oppel, nos narra la historia de Steven, un chico para quien recientemente se ha agrandado la familia con un nuevo bebé que acaba de nacer. Lastimosamente, este pequeño nació con una enfermedad congénita y hay pocas esperanzas de que viva.
Sus padres están tan ocupados cuidando de la criatura y casi todo el día fuera de casa entre el trabajo y las visitas médicas o de urgencia, que deben dejar a nuestro protagonista a cuidado de una niñera, acompañado de su hermana menor, Nicole, quien es inconsciente de todo este asunto, y vive hablando mediante un teléfono de juguete con alguien llamado “Señor Nadie” a quien solo ella puede escuchar.
Steven, como toda persona normal, debe que lidiar con esas partes tan únicas que cada uno tiene, y en su caso es inseguridad y ansiedad, en conjunto con uno que otro tic compulsivo, que termina desencadenando en terribles pesadillas.
Siendo el único de los menores capaz de apreciar la gravedad de la situación y la constante tristeza que experimentan sus padres, se siente aliviado cuando, una noche, sueña con unas avispas —a las que llama “ángeles”—, que aseguran venir a solucionar el tema del bebé.
Se guarda ese pequeño secreto para sí mismo a pesar de que los sueños son cada vez más constantes, hasta que, un día, cruzan la línea hacia la realidad.
Inquietante, oscura, profunda y conmovedora, esta novela consiguió conquistarme desde la primera página, tanto que no pude soltarla hasta acabarla. La ansiedad que me generaba cada situación fue tremenda, y el acompañamiento de las ilustraciones de Jon Klassen fue magnífico.
Tenemos un personaje muy humano en una situación familiar delicada que nos permite ver todo con sus ojos inocentes, manteniéndonos con el corazón en la garganta con cada escena de suspenso.
El realismo mágico ha sido lo mejor de todo, la manera en la que se conectaban esas escenas de fantasía con la realidad me encantó, y adoré que este middle-grade jugara con mi mente cuestionándome más de una vez en quién confiar.
Me conmovió su mensaje final y se me escapó una que otra lagrimita porque, después de todo, todos somos más que la suma de nuestras imperfecciones.
Además, no pueden perderse esta edición hermosa, la editorial hizo un gran trabajo.
Tremendamente recomendado.
Muchísimas gracias a Oceano Argentina por el ejemplar.
"Mis padres pensaban que yo era anormal, de eso estoy seguro. Decían que no, pero a uno no lo mandan a terapia cuando es normal."
El Nido, por Kenneth Oppel, nos narra la historia de Steven, un chico para quien recientemente se ha agrandado la familia con un nuevo bebé que acaba de nacer. Lastimosamente, este pequeño nació con una enfermedad congénita y hay pocas esperanzas de que viva.
Sus padres están tan ocupados cuidando de la criatura y casi todo el día fuera de casa entre el trabajo y las visitas médicas o de urgencia, que deben dejar a nuestro protagonista a cuidado de una niñera, acompañado de su hermana menor, Nicole, quien es inconsciente de todo este asunto, y vive hablando mediante un teléfono de juguete con alguien llamado “Señor Nadie” a quien solo ella puede escuchar.
Steven, como toda persona normal, debe que lidiar con esas partes tan únicas que cada uno tiene, y en su caso es inseguridad y ansiedad, en conjunto con uno que otro tic compulsivo, que termina desencadenando en terribles pesadillas.
Siendo el único de los menores capaz de apreciar la gravedad de la situación y la constante tristeza que experimentan sus padres, se siente aliviado cuando, una noche, sueña con unas avispas —a las que llama “ángeles”—, que aseguran venir a solucionar el tema del bebé.
Se guarda ese pequeño secreto para sí mismo a pesar de que los sueños son cada vez más constantes, hasta que, un día, cruzan la línea hacia la realidad.
Inquietante, oscura, profunda y conmovedora, esta novela consiguió conquistarme desde la primera página, tanto que no pude soltarla hasta acabarla. La ansiedad que me generaba cada situación fue tremenda, y el acompañamiento de las ilustraciones de Jon Klassen fue magnífico.
Tenemos un personaje muy humano en una situación familiar delicada que nos permite ver todo con sus ojos inocentes, manteniéndonos con el corazón en la garganta con cada escena de suspenso.
El realismo mágico ha sido lo mejor de todo, la manera en la que se conectaban esas escenas de fantasía con la realidad me encantó, y adoré que este middle-grade jugara con mi mente cuestionándome más de una vez en quién confiar.
Me conmovió su mensaje final y se me escapó una que otra lagrimita porque, después de todo, todos somos más que la suma de nuestras imperfecciones.
"Tal vez pasamos demasiado tiempo pretendiendo ser algo que no somos."
Además, no pueden perderse esta edición hermosa, la editorial hizo un gran trabajo.
Tremendamente recomendado.
Muchísimas gracias a Oceano Argentina por el ejemplar.