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A review by laqua
Flaskepost fra P by Jussi Adler-Olsen
5.0
Esta entrega fue atrapante y perturbadora. Ahí afuera hay monstruos, y están camuflados entre nosotros.
Porque todos los personajes que aparecen, fuera del Departamento Q y la Jefatura, son monstruos de distinta clase. El autor se despacha con los fanatismos religiosos, y realmente me pone la piel de gallina algunas de las cosas que cuenta, y que me consta que son reales porque conozco gente de las creencias que menciona. Hay un asesino, sí, pero no es el peor. Es al único al que descubren y persiguen. Los demás van a volver a dormir tranquilos y a torturar a los suyos con total impunidad en nombre de la fe. Esta gente sacrifica hijos sin parpadear por su fe. Me dio miedo y tristeza.
Rose me gusta cada vez más. Yrsa también. Carl sigue sin caerme simpático pero cada vez lo respeto más como investigador. Además, rescato un rasgo que le dio el autor y me que gusta: es el único personaje de policial que he leído al que atacaron y que no está interesado en investigar su propio caso. Lo deja en manos de otros policías y ya. Me gustó, lo considero un cambio refrescante; además de que es totalmente coherente con la psicología del personaje. Assad sigue sin cerrarme y me perturba tanto como los criminales que persiguen. Es musulmán: lo veo muy cerca de algunos extremos y lo veo un fanático bajo el radar. La evolución de su historia dirá. Además, lo muy raro de todo es que el tipo trabaje en Jefatura y nadie se haya molestado en contrastar sus antecedentes. ¿¿¿??? Ese me parece un recurso no muy creíble del autor.
Puntos extra por la subtrama de los incendios: me pareció genial.
Lo de Mona sigue sobrando, a mi entender.
La caótica vida personal de Carl es otro gran WTF? Lo único a lo que veo sentido es a la subtrama con Hardy y Morten. Lo de Jesper y Vigga es otro relleno innecesario. Y la madre de Vigga, más. Pérdida de tiempo. Esa parte no la leí.
Porque todos los personajes que aparecen, fuera del Departamento Q y la Jefatura, son monstruos de distinta clase. El autor se despacha con los fanatismos religiosos, y realmente me pone la piel de gallina algunas de las cosas que cuenta, y que me consta que son reales porque conozco gente de las creencias que menciona. Hay un asesino, sí, pero no es el peor. Es al único al que descubren y persiguen. Los demás van a volver a dormir tranquilos y a torturar a los suyos con total impunidad en nombre de la fe. Esta gente sacrifica hijos sin parpadear por su fe. Me dio miedo y tristeza.
Rose me gusta cada vez más. Yrsa también. Carl sigue sin caerme simpático pero cada vez lo respeto más como investigador. Además, rescato un rasgo que le dio el autor y me que gusta: es el único personaje de policial que he leído al que atacaron y que no está interesado en investigar su propio caso. Lo deja en manos de otros policías y ya. Me gustó, lo considero un cambio refrescante; además de que es totalmente coherente con la psicología del personaje. Assad sigue sin cerrarme y me perturba tanto como los criminales que persiguen. Es musulmán: lo veo muy cerca de algunos extremos y lo veo un fanático bajo el radar. La evolución de su historia dirá. Además, lo muy raro de todo es que el tipo trabaje en Jefatura y nadie se haya molestado en contrastar sus antecedentes. ¿¿¿??? Ese me parece un recurso no muy creíble del autor.
Puntos extra por la subtrama de los incendios: me pareció genial.
Lo de Mona sigue sobrando, a mi entender.
La caótica vida personal de Carl es otro gran WTF? Lo único a lo que veo sentido es a la subtrama con Hardy y Morten. Lo de Jesper y Vigga es otro relleno innecesario. Y la madre de Vigga, más. Pérdida de tiempo. Esa parte no la leí.