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A review by patrocinioempresa
Frankenstein by Mary Shelley
4.0
He pospuesto más de un mes la reseña de este libro, porque cuando estaba leyéndolo tenía muchas cosas que decir sobre él, pero una vez lo acabé, simplemente me dio pereza que mi propia mente empezase a formar frases que pudieran describir esta obra. Por una parte me ha encantado descubrir esta joya. Ahora entiendo por qué hay tantas adaptaciones de Frankenstein, porque hay tantas personas absolutamente obsesionadas con la novela. También me ha gustado descubrir todos aquellos detalles que se referencian constantemente pero que resulta que no pertenecen a la obra original. Todos los cambios que se han hecho a lo largo de los años desde su publicación, no en la novela, sino en la memoria colectiva. También debo añadir que lo mejor del libro para mí es la prosa de Shelley. Tengo una edición muy pequeñita en proporciones y muy ligera, y cuando me sentaba en el sofá de casa a leer, sentía que estaba leyendo un libro de poesía, en el que el exterior era tan delicado como el interior; que lo que tenía en las manos era una joya que tenía que tratar con cuidado.
Ahora, lo malo, y por qué después de decir todo esto, me niego a darle las cinco estrellas. En el prólogo de la edición que tengo se menciona que el (futuro) marido de Shelley, Percy, sería quién la instaría a alargar el relato, y que de hecho es él mismo quien corrige varios manuscritos de Shelley y añade pasajes e (incluso tal vez) páginas propias. ¿Sabéis ese meme de chicos con una máquina del tiempo/chicas con una máquina del tiempo? Yo con una máquina del tiempo (como la lesbiana en progreso no binaria misántropa que soy) iría a casa de Mary Shelley y le diría que su (futuro) marido es un papanatas. Al libro (que no tiene más de 300 páginas) le sobran por lo menos 150. Es muy pesado. Y lo que es peor, es muy pesado durante ratos muy largos. Porque podría aceptar capítulos de 20 páginas en los que no pasan nada, si están envueltos en otros paquetes de páginas en los que sí están aconteciendo cosas. Pero es que ese no es el caso. Es que en lo que es la segunda parte del libro (cuando seguimos más de cerca la historia del monstruo) hay 70 páginas en las que se nos describe (profundamente) una subtrama que no importa lo más mínimo, que no hace sentir nada, y que está escrita con una prosa que estoy seguro que no pertenece a Shelley, porque no es interesante de leer. Es plana, es aburrida, es tediosa, sobredescriptiva, y lo peor de todo, que no tiene ningún tipo de peso sobre la trama. Perdón. Me he calentado, estoy muy enfadado. De verdad quería que me gustase este libro. Quería poder recomendárselo a mis amigues, pero es demasiado tedioso para alguien que no tenga la paciencia o la fuerza de voluntad de un señor de 70 años que está intentando dejar de fumar.
¿Deberíais leerlo? Sí. Al menos darle una oportunidad, que permita entender por qué ha habido tanta gente enamorada de la novela durante los más de dos siglos que lleva publicada. Pero también es verdad que me gustaría advertir a cualquier aventurero de que será un camino muchas veces aburrido.
Lo último que quiero decir en esta reseña es que 1. Víctor Frankenstein no es un monstruo (cualquiera que diga esta gilipollez o no ha leído la novela o no tiene corazón); 2. No es una novela de ciencia ficción (ni la precursora de este género tampoco, no se habla de la ciencia que permite la creación del monstruo ni se cuestiona nada sobre la esencia de lo humano (algo que en mi opinión toda buena ciencia ficción hace)); y 3. Frankenstein de Mary Shelley es un relato teológico que refleja y distorsiona la figura del dios cristiano (y no voy a explicarme más en este post).
Eso es todo! Hasta la próxima!
Ahora, lo malo, y por qué después de decir todo esto, me niego a darle las cinco estrellas. En el prólogo de la edición que tengo se menciona que el (futuro) marido de Shelley, Percy, sería quién la instaría a alargar el relato, y que de hecho es él mismo quien corrige varios manuscritos de Shelley y añade pasajes e (incluso tal vez) páginas propias. ¿Sabéis ese meme de chicos con una máquina del tiempo/chicas con una máquina del tiempo? Yo con una máquina del tiempo (como la lesbiana en progreso no binaria misántropa que soy) iría a casa de Mary Shelley y le diría que su (futuro) marido es un papanatas. Al libro (que no tiene más de 300 páginas) le sobran por lo menos 150. Es muy pesado. Y lo que es peor, es muy pesado durante ratos muy largos. Porque podría aceptar capítulos de 20 páginas en los que no pasan nada, si están envueltos en otros paquetes de páginas en los que sí están aconteciendo cosas. Pero es que ese no es el caso. Es que en lo que es la segunda parte del libro (cuando seguimos más de cerca la historia del monstruo) hay 70 páginas en las que se nos describe (profundamente) una subtrama que no importa lo más mínimo, que no hace sentir nada, y que está escrita con una prosa que estoy seguro que no pertenece a Shelley, porque no es interesante de leer. Es plana, es aburrida, es tediosa, sobredescriptiva, y lo peor de todo, que no tiene ningún tipo de peso sobre la trama. Perdón. Me he calentado, estoy muy enfadado. De verdad quería que me gustase este libro. Quería poder recomendárselo a mis amigues, pero es demasiado tedioso para alguien que no tenga la paciencia o la fuerza de voluntad de un señor de 70 años que está intentando dejar de fumar.
¿Deberíais leerlo? Sí. Al menos darle una oportunidad, que permita entender por qué ha habido tanta gente enamorada de la novela durante los más de dos siglos que lleva publicada. Pero también es verdad que me gustaría advertir a cualquier aventurero de que será un camino muchas veces aburrido.
Lo último que quiero decir en esta reseña es que 1. Víctor Frankenstein no es un monstruo (cualquiera que diga esta gilipollez o no ha leído la novela o no tiene corazón); 2. No es una novela de ciencia ficción (ni la precursora de este género tampoco, no se habla de la ciencia que permite la creación del monstruo ni se cuestiona nada sobre la esencia de lo humano (algo que en mi opinión toda buena ciencia ficción hace)); y 3. Frankenstein de Mary Shelley es un relato teológico que refleja y distorsiona la figura del dios cristiano (y no voy a explicarme más en este post).
Eso es todo! Hasta la próxima!