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paula_s 's review for:
Los dulces años
by LaVyrle Spencer
“Los dulces años” de Lavyrle Spencer, es un libro de género romántico que fue publicado por primera vez en 1986, en el género romántico cualquier libro anterior a 2010 se considera ya viejo, porque 2010 fue el año a partir del cual se consideró que la romántica debía dejar atrás ciertas cosas.
Sin embargo Lavyrle Spencer no cae en esos tópicos. Es cierto que se nota el paso del tiempo en algunos pequeños aspectos, pero aun así este es un libro que ha envejecido bien. Es un enemies to lovers pero no cae en tópicos del género.
“Los dulces años” cuenta una historia de pioneros, de vidas duras dedicadas a una tierra que exige mucho, son gente que vinieron de otro lugar, en este caso Noruega, para buscar una vida mejor y poder darle un futuro a sus hijos y a los hijos de sus hijos. En ellos hace mella el desarraigo que afecta incluso a las generaciones ya nacidas en la tierra de Dakota del Norte. No saben si son del todo americanos y no sienten que hayan dejado de ser noruegos, viven aferrados a las viejas costumbres de su tierra de origen y les cuesta adaptarse a la lengua y las costumbres de la nueva vida.
Linnea es una joven maestra de escuela que se enamora perdidamente de un hombre sencillo, trabajador, inteligente y analfabeto. Theodore es un buen hombre aunque sea cabezota como una mula y esté obsesionado con que le saca 16 años a la joven. Pero ella tiene fe en lo que sienten ambos y está dispuesta a luchar por los dos y por esa familia extensa de noruegos grandes, cabezotas, sencillos y tremendamente entrañables. Linnea se hace hueco entre la fuerte mujer que es la madre de Teddy y el enamoradizo hijo de 16 años, Kristian y reclama un lugar propio en el corazón de un hombre dispuesto a crecer y avanzar con tal de ser digno de ella. Las partes en que Linnea enseña a Teddy a leer son de mis favoritas. Y las partes en que Teddy le pide a su hijo que le ayude con su lectura también.
De fondo, la primera guerra mundial, en tierras lejanas pero presente y cada vez más amenazante en las sencillas vidas de Alamo. Y la dureza del clima, la lucha por la supervivencia, el enorme amor que une a todos los hermanos, los sobrinos, los hijos, las madres. Es un libro que tiene partes muy duras, a Lavyrle Spencer no le tiembla la mano en ese sentido, pero que vale muchísimo la pena. Creo que es un libro que voy a releer mucho y recordar con mucho cariño, por la fuerte, decidida y soñadora Linnea, por el gran corazón de Teddy, por la dulce presencia de John, por la matriarca que siempre tira del carro Nissa, por ese jovenzuelo Kristian que descubre los primeros amores, por esos niños tan increíbles de la escuela, por tantas cosas.
Quiero leer más cosas de Spencer porque además, a pesar de que la traducción tiene algunos fallitos, se ve perfectamente que hacía magia con las palabras. Esta es una historia tan profunda y tan bien llevada, tiene una ambientación tan real, tan vívida que da rabia que tesoros como este tengan esa etiqueta tan despreciada por el gran público. Merece ser leído.
Sin embargo Lavyrle Spencer no cae en esos tópicos. Es cierto que se nota el paso del tiempo en algunos pequeños aspectos, pero aun así este es un libro que ha envejecido bien. Es un enemies to lovers pero no cae en tópicos del género.
“Los dulces años” cuenta una historia de pioneros, de vidas duras dedicadas a una tierra que exige mucho, son gente que vinieron de otro lugar, en este caso Noruega, para buscar una vida mejor y poder darle un futuro a sus hijos y a los hijos de sus hijos. En ellos hace mella el desarraigo que afecta incluso a las generaciones ya nacidas en la tierra de Dakota del Norte. No saben si son del todo americanos y no sienten que hayan dejado de ser noruegos, viven aferrados a las viejas costumbres de su tierra de origen y les cuesta adaptarse a la lengua y las costumbres de la nueva vida.
Linnea es una joven maestra de escuela que se enamora perdidamente de un hombre sencillo, trabajador, inteligente y analfabeto. Theodore es un buen hombre aunque sea cabezota como una mula y esté obsesionado con que le saca 16 años a la joven. Pero ella tiene fe en lo que sienten ambos y está dispuesta a luchar por los dos y por esa familia extensa de noruegos grandes, cabezotas, sencillos y tremendamente entrañables. Linnea se hace hueco entre la fuerte mujer que es la madre de Teddy y el enamoradizo hijo de 16 años, Kristian y reclama un lugar propio en el corazón de un hombre dispuesto a crecer y avanzar con tal de ser digno de ella. Las partes en que Linnea enseña a Teddy a leer son de mis favoritas. Y las partes en que Teddy le pide a su hijo que le ayude con su lectura también.
De fondo, la primera guerra mundial, en tierras lejanas pero presente y cada vez más amenazante en las sencillas vidas de Alamo. Y la dureza del clima, la lucha por la supervivencia, el enorme amor que une a todos los hermanos, los sobrinos, los hijos, las madres. Es un libro que tiene partes muy duras, a Lavyrle Spencer no le tiembla la mano en ese sentido, pero que vale muchísimo la pena. Creo que es un libro que voy a releer mucho y recordar con mucho cariño, por la fuerte, decidida y soñadora Linnea, por el gran corazón de Teddy, por la dulce presencia de John, por la matriarca que siempre tira del carro Nissa, por ese jovenzuelo Kristian que descubre los primeros amores, por esos niños tan increíbles de la escuela, por tantas cosas.
Quiero leer más cosas de Spencer porque además, a pesar de que la traducción tiene algunos fallitos, se ve perfectamente que hacía magia con las palabras. Esta es una historia tan profunda y tan bien llevada, tiene una ambientación tan real, tan vívida que da rabia que tesoros como este tengan esa etiqueta tan despreciada por el gran público. Merece ser leído.