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A review by idesthai
Clitemnestra: Madre. Reina. Asesina. Infiel. Justiciera by Costanza Casati
4.75
En los últimos años han aparecido numerosos retellings mitológicos centrados en personajes femeninos, pero es cierto que la narrativa se estaba centrando casi siempre en los mismos mitos y personajes. Mucha Perséfone, bastante Casandra, abundante Penélope… Son sin duda personajes interesantísimos y la perspectiva feminista tiene mucho que aportar a sus historias, pero me ha gustado muchísimo descubrir esta novela basada enteramente en Clitemnestra.
Sobre Clitemnestra no se ha reescrito mucho, que yo sepa, más allá de alguna mención, quizá un capítulo, en obras más corales, como Las mil naves de Natalie Haynes. De hecho, el capítulo de Clitemnestra de Haynes es lo que me hizo decidir leer a continuación esta versión de Casati.
El libro sigue la vida de Clitemnestra desde su juventud en Esparta, compartida con su hermana Helena —sí, esa Helena—, hasta la consumación de su venganza al finalizar la guerra de Troya. El libro incluye cosas verdaderamente interesantes, como la férrea educación espartana, de la que las mujeres también participaban en cierta medida, y el primer matrimonio de Clitemnestra, del que no se suele hablar mucho. También son interesantes los pasajes en los que Clitemnestra habla con su hija Electra, pero, si bien es cierto que se nota que la relación es complicada, quizá es ahí donde me ha faltado un poco de desarrollo. Me explico. Si conoces el mito, o un poco de psicología, sabes que Clitemnestra matará a su marido, Agamenón, y que Electra, hija de ambos, no se lo perdonará nunca, porque está “enamorada” de su padre (complejo de Electra)…, bueno, llámalo enamorada o simplemente más unida… Más allá de no perdonarla, es que se reinicia el ciclo de venganza, porque Electra hará volver a su hermano Orestes a la ciudad de Micenas y le convencerá para que mate a su madre. La novela no llega tan lejos —¡menos mal!, prefiero quedarme con la sensación de que Clitemnestra puede tener un momentito de paz— y aunque Electra confronta a su madre tras el asesinato de su padre…, no es la Electra totalmente desquiciada de dolor y rabia que siempre he imaginado, ni se me han dado motivos concretos a lo largo de la novela para pensar que efectivamente ella estaba mucho más unida a Agamenón que a Clitemnestra. Eso es lo único que me ha cojeado un poquito.
Por lo demás, muy bien, muy entretenido y más ligero de leer de lo que puede parecer de primeras.
Sobre Clitemnestra no se ha reescrito mucho, que yo sepa, más allá de alguna mención, quizá un capítulo, en obras más corales, como Las mil naves de Natalie Haynes. De hecho, el capítulo de Clitemnestra de Haynes es lo que me hizo decidir leer a continuación esta versión de Casati.
El libro sigue la vida de Clitemnestra desde su juventud en Esparta, compartida con su hermana Helena —sí, esa Helena—, hasta la consumación de su venganza al finalizar la guerra de Troya. El libro incluye cosas verdaderamente interesantes, como la férrea educación espartana, de la que las mujeres también participaban en cierta medida, y el primer matrimonio de Clitemnestra, del que no se suele hablar mucho. También son interesantes los pasajes en los que Clitemnestra habla con su hija Electra, pero, si bien es cierto que se nota que la relación es complicada, quizá es ahí donde me ha faltado un poco de desarrollo. Me explico. Si conoces el mito, o un poco de psicología, sabes que Clitemnestra matará a su marido, Agamenón, y que Electra, hija de ambos, no se lo perdonará nunca, porque está “enamorada” de su padre (complejo de Electra)…, bueno, llámalo enamorada o simplemente más unida… Más allá de no perdonarla, es que se reinicia el ciclo de venganza, porque Electra hará volver a su hermano Orestes a la ciudad de Micenas y le convencerá para que mate a su madre. La novela no llega tan lejos —¡menos mal!, prefiero quedarme con la sensación de que Clitemnestra puede tener un momentito de paz— y aunque Electra confronta a su madre tras el asesinato de su padre…, no es la Electra totalmente desquiciada de dolor y rabia que siempre he imaginado, ni se me han dado motivos concretos a lo largo de la novela para pensar que efectivamente ella estaba mucho más unida a Agamenón que a Clitemnestra. Eso es lo único que me ha cojeado un poquito.
Por lo demás, muy bien, muy entretenido y más ligero de leer de lo que puede parecer de primeras.