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A review by lecstappen
El olvido que seremos by Héctor Abad Faciolince
emotional
informative
inspiring
reflective
sad
medium-paced
5.0
Si recordar es pasar otra vez por el corazón, siempre lo he recordado.
Este libro es sin duda alguna una obra maestra de la literatura colombiana. En mi opinión no es solo una carta de amor hacia un padre sino una fuerte representación del enfoque y manejo erróneo de lo que nos incomoda como sociedad, y sobre la humanidad como una herramienta que podría, quizá, resolver muchos problemas del país del sagrado corazón.
Tuve la dicha de escuchar el audiolibro narrado por le mismo Héctor Abad y para mí, fue lo que le dio otro nivel de profundidad a este libro, escuchar la felicidad en su voz cuando hablaba sobre las situaciones positivas, como la necesidad de contener su quebranto cuando evocaba momentos de tristeza hizo que la experiencia fuese mucho más completa de lo que hubiese sido si lo hubiera leído solo con mi voz.
Amé muchos aspectos de este libro porque pude conectar con el autor sobre lo que acarrea la pérdida de un padre que era el mejor, aunque el mío no me fue arrebatado violentamente sí pude encontrar en sus relatos una representación bastante cerca sobre los sentimientos y emociones que experimenté con la muerte de mi querido viejo y que a día de hoy no sabía cómo ponerlas en palabras.
Más que una novela, que no la veo como tal, es una declaración/carta de amor hacía un padre que con defectos como cualquier otro ser humano siempre intentó que sus hijos vieran su mejor versión, y a quienes intentó darles las herramientas para abrir sus mentes al mundo y ser conscientes de la realidad que los rodeaba. Y como dije, aunque las situaciones en el libro sucedieron hace varias décadas, en muchos momentos no pude ver diferencia alguna sobre la realidad de ese momento y la realidad que estamos viviendo ahora. A Héctor Abad padre simplemente me le quito el sombrero por intentar hacer de una utopía una realidad, y a Héctor Abad hijo muchas gracias por regalarnos parte de la intimidad de sus vivencias como una familia colombiana más aunque esto significara revivir hechos tan dolorosos.
Si tienen la oportunidad de tener sus manos en este libro, no duden un segundo en abrirlo y leerlo, estoy segura que la persona que abra el libro y la que lo cierre después de leer la última página no serán la misma.
Este libro es sin duda alguna una obra maestra de la literatura colombiana. En mi opinión no es solo una carta de amor hacia un padre sino una fuerte representación del enfoque y manejo erróneo de lo que nos incomoda como sociedad, y sobre la humanidad como una herramienta que podría, quizá, resolver muchos problemas del país del sagrado corazón.
Tuve la dicha de escuchar el audiolibro narrado por le mismo Héctor Abad y para mí, fue lo que le dio otro nivel de profundidad a este libro, escuchar la felicidad en su voz cuando hablaba sobre las situaciones positivas, como la necesidad de contener su quebranto cuando evocaba momentos de tristeza hizo que la experiencia fuese mucho más completa de lo que hubiese sido si lo hubiera leído solo con mi voz.
Amé muchos aspectos de este libro porque pude conectar con el autor sobre lo que acarrea la pérdida de un padre que era el mejor, aunque el mío no me fue arrebatado violentamente sí pude encontrar en sus relatos una representación bastante cerca sobre los sentimientos y emociones que experimenté con la muerte de mi querido viejo y que a día de hoy no sabía cómo ponerlas en palabras.
Más que una novela, que no la veo como tal, es una declaración/carta de amor hacía un padre que con defectos como cualquier otro ser humano siempre intentó que sus hijos vieran su mejor versión, y a quienes intentó darles las herramientas para abrir sus mentes al mundo y ser conscientes de la realidad que los rodeaba. Y como dije, aunque las situaciones en el libro sucedieron hace varias décadas, en muchos momentos no pude ver diferencia alguna sobre la realidad de ese momento y la realidad que estamos viviendo ahora. A Héctor Abad padre simplemente me le quito el sombrero por intentar hacer de una utopía una realidad, y a Héctor Abad hijo muchas gracias por regalarnos parte de la intimidad de sus vivencias como una familia colombiana más aunque esto significara revivir hechos tan dolorosos.
Si tienen la oportunidad de tener sus manos en este libro, no duden un segundo en abrirlo y leerlo, estoy segura que la persona que abra el libro y la que lo cierre después de leer la última página no serán la misma.