A review by carlosmover
El Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde by Robert Louis Stevenson, Daniel Pérez, Carl Bowen

3.0

La forma de escribir Robert Louis Stevenson es lo primero que creo que habría que destacar de este pequeño libro. A la hora de afrontar esta reseña me encuentro ante la tesitura de si habría que realizarla con la visión de un lector del siglo XIX o hacerla bajo la consciencia del tiempo presente.

En los años 18.. (Como el propio autor utiliza en el libro para no indicar nunca una fecha exacta), se vería el libro con un cierto aire de ensoñación. El hecho de tener una vía secundaria que nos librara de una vida de recatamiento, en la que dar rienda suelta a todos los placeres y deseos de nuestros instintos más básicos, resultaría no menos que llamativo y para algunos esperazandor. Ser otra persona, en quien recaigan todas las consecuencias de sus acciones, pero sin dejar de vivirlas como propias.

La imagen que el libro vierte para un joven del 2016, es algo así como, creer que vas a abrazar una pared recubierta de pinchos oxidados y que acaben resultando de goma. Este extraño caso, pretende representar en la figura de Mr. Hyde, la encarnación del mal, 100% maldad y sin una milésima parte de corazón. Pero conforme te vas acercando a esa pared mortífera, vas observando que en algunos momentos Hyde podría llegar a considerarse un buen vecino. También tenemos el opuesto, el Dr. Jekyll, una persona esbozada como la rectitud y el saber estar, pero que sin embargo es capaz de planear de antemano los movimientos de Hyde, y aunque se diga que se arrepiente, no deja de darle rienda suelta a su otro yo. El Dr. Jekyll es tan malo, Mr. Hyde es tan bueno.

Es una buena lectura, sin lugar a duda; la forma en la que se narra (siendo una historia tan conocida) no deja de sorprender, envolviéndote en la atmósfera del Londres del siglo XIX. Me esperaba más en lo que a la diferenciación entre las dos partes de un mismo ser, más crueldad en la figura de Mr. Hyde, con un relato más desgarrador y oscuro de sus fechorías.

Yo nunca tomaría la poción del Dr. Jekyll, ¿y tú?