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A review by sofs
Not the End of the World: How We Can Be the First Generation to Build a Sustainable Planet by Hannah Ritchie
hopeful
informative
inspiring
reflective
fast-paced
4.25
En la segunda temporada de The Politician, el personaje de Zoey Deutch (por alguna razón), adoptó un modelo de vida zero waste. Era 2020, el mundo estaba aparentemente al borde del colapso, y era la primera vez que yo adquiría consciencia sobre nuestro impacto sobre el medio ambiente. A partir de entonces, todo fue una espiral de sobreinformación que derivó en ansiedad climática, seguida por pesimismo y finalmente por apatía e indiferencia.
Muchos de estos sentimientos negativos estaban motivados por falta de información verídica y no sensacionalista. Y este libro ha sido una excelente solución a ello.
Hannah Ritchie aborda los problemas más grandes que enfrentamos con relación al medio ambiente. Presenta los datos, desmiente los mitos y brinda soluciones de forma ágil y hasta con algo de humor. Hay tanta esperanza en este libro que, para sorpresa de nadie, no pude evitar llorar un poquito al final.
Aún así, hay dos cosas que no me gustaron: el libro no toma en cuenta la diversidad cultural, y la autora parece fundamentar su optimismo, esencialmente, en la práctica de los países del primer mundo. Todo lo demás es pura esperanza, y, a veces, un reach demasiado grande (pero como no sé, no opino mucho más).
En cualquier caso, creo que este libro es esencial para cualquier persona preocupada por el medio ambiente y atormentada por la [no tan] inminente destrucción de la vida en la tierra.
Muchos de estos sentimientos negativos estaban motivados por falta de información verídica y no sensacionalista. Y este libro ha sido una excelente solución a ello.
Hannah Ritchie aborda los problemas más grandes que enfrentamos con relación al medio ambiente. Presenta los datos, desmiente los mitos y brinda soluciones de forma ágil y hasta con algo de humor. Hay tanta esperanza en este libro que, para sorpresa de nadie, no pude evitar llorar un poquito al final.
Aún así, hay dos cosas que no me gustaron: el libro no toma en cuenta la diversidad cultural, y la autora parece fundamentar su optimismo, esencialmente, en la práctica de los países del primer mundo. Todo lo demás es pura esperanza, y, a veces, un reach demasiado grande (pero como no sé, no opino mucho más).
En cualquier caso, creo que este libro es esencial para cualquier persona preocupada por el medio ambiente y atormentada por la [no tan] inminente destrucción de la vida en la tierra.