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shii's reviews
225 reviews
Animal Farm by George Orwell
adventurous
dark
reflective
tense
fast-paced
- Plot- or character-driven? Plot
- Strong character development? N/A
- Loveable characters? N/A
4.5
Animal Farm es un claro ejemplo de la superioridad de los clásicos. No digo que amo todos los clásicos y que solo deberíamos leer eso, pero un clásico soporta el escrutinio detallado de cientos de personas a través de los años y todas están de acuerdo en que son excepcionales. Eso sentí al leer este libro. Una corta fabula animalesca que me hizo sorprender en lo mucho que me hizo sentir.
Rebelión en la granja cuenta la historia de un grupo de animales de granja que se dan cuenta de que su dueño humano los explota sin compasión y que se merecen ser libres. En consecuencia, echan a los avaros humanos de la granja y la toman como propia.
En esas hojas iniciales reflexioné de lo cruel que puede ser el humano con los animales y entre risas (fue tragicómico leer que le daban una sepultura honorable a los jamones) llegué a pensar que este libro se podría leer a un niño.
Pero la historia se torna más oscura a medida que avanzamos, en cuanto los animales comienzan a estructurar la granja: repartir tareas, escribir los mandamientos animalistas, entonar un himno e izar una bandera propia. Y es que esta historia es una alegoría a la revolución rusa y cada personaje o evento es una representación simbólica de lo que pasó con el comunismo allí.
Los cerdos, al ser los más inteligentes y alfabetizados, hacen el trabajo mental organizando las tareas y el resto harán el trabajo físico de arar los campos, recoger la cosecha, poner los huevos. Se puede realmente sentir en la atmósfera un presagio de cómo todo se va lentamente al diablo y llegado un punto uno no puede dejar de sentir bronca, frustración y tristeza (Boxer me rompió el corazón).
Los distintos animales representan muy bien distintos tipos de miembro de la sociedad: el trabajador laborioso que no cuestiona nada, el remolón, el revolucionario con ideales utópicos, y el viejo sabio y resignado. Y cuando los cerdos comienzan a tergiversar los mandamientos y mentir para ocultar sus privilegios, no pude evitar ver rasgos de mi triste Argentina.
Este libro es una representación unívoca de la corrupción en el poder y todos los mecanismos que los gobiernos usan para controlarnos: una clase trabajadora inculta, la manipulación de la narrativa para defender acciones indefendibles, engañando a la población con un discurso de igualdad y de que cualquier tiempo pasado fue peor, y distrayéndonos con entretenimiento y exaltando la pertenencia con recuerdos de batallas ganadas contra un enemigo extranjero.
Todo el mundo debería leer este libro. Tristemente, luego de tantos años, aún refleja la realidad y es válido. El fanatismo y la confianza ciega en nuestro representantes no nos lleva a ningún lado. No seamos ovejas.
Rebelión en la granja cuenta la historia de un grupo de animales de granja que se dan cuenta de que su dueño humano los explota sin compasión y que se merecen ser libres. En consecuencia, echan a los avaros humanos de la granja y la toman como propia.
En esas hojas iniciales reflexioné de lo cruel que puede ser el humano con los animales y entre risas (fue tragicómico leer que le daban una sepultura honorable a los jamones) llegué a pensar que este libro se podría leer a un niño.
Pero la historia se torna más oscura a medida que avanzamos, en cuanto los animales comienzan a estructurar la granja: repartir tareas, escribir los mandamientos animalistas, entonar un himno e izar una bandera propia. Y es que esta historia es una alegoría a la revolución rusa y cada personaje o evento es una representación simbólica de lo que pasó con el comunismo allí.
Los cerdos, al ser los más inteligentes y alfabetizados, hacen el trabajo mental organizando las tareas y el resto harán el trabajo físico de arar los campos, recoger la cosecha, poner los huevos. Se puede realmente sentir en la atmósfera un presagio de cómo todo se va lentamente al diablo y llegado un punto uno no puede dejar de sentir bronca, frustración y tristeza (Boxer me rompió el corazón).
Los distintos animales representan muy bien distintos tipos de miembro de la sociedad: el trabajador laborioso que no cuestiona nada, el remolón, el revolucionario con ideales utópicos, y el viejo sabio y resignado. Y cuando los cerdos comienzan a tergiversar los mandamientos y mentir para ocultar sus privilegios, no pude evitar ver rasgos de mi triste Argentina.
Este libro es una representación unívoca de la corrupción en el poder y todos los mecanismos que los gobiernos usan para controlarnos: una clase trabajadora inculta, la manipulación de la narrativa para defender acciones indefendibles, engañando a la población con un discurso de igualdad y de que cualquier tiempo pasado fue peor, y distrayéndonos con entretenimiento y exaltando la pertenencia con recuerdos de batallas ganadas contra un enemigo extranjero.
Todo el mundo debería leer este libro. Tristemente, luego de tantos años, aún refleja la realidad y es válido. El fanatismo y la confianza ciega en nuestro representantes no nos lleva a ningún lado. No seamos ovejas.