You need to sign in or sign up before continuing.
Take a photo of a barcode or cover
I think this isn't a book for young teens so that's where parts of it failed. Generally, the book was interesting to read it's just that the writer kept talking about how attractive and sensual it was to imagine gore and blood, resulting in the main character having a cannibalistic fantasy about a guy being put on a platter and him cutting his flesh off with people watching, like?????? I get there must be a message of how he desires something society views as disgusting or something BUT THAT
*IS* DISGUSTING. And it's meant to be semi- autobiographical too. However, I began to understand and fully empathise the character when he confessed he never, truly wanted to die. And these fantasies for him were idealised thinking because of his inherent attraction to males that sort of expanded into pseudo cannibalism/vore because of how unexplainable and forbidden it was. Because he never expected anything out of truly falling in love, his imagination ran wild (not sure how to explain my thinking in a better way).
There's nothing to excuse the armpit fetish though, no matter what it's meant to represent.
*IS* DISGUSTING. And it's meant to be semi- autobiographical too. However, I began to understand and fully empathise the character when he confessed he never, truly wanted to die. And these fantasies for him were idealised thinking because of his inherent attraction to males that sort of expanded into pseudo cannibalism/vore because of how unexplainable and forbidden it was. Because he never expected anything out of truly falling in love, his imagination ran wild (not sure how to explain my thinking in a better way).
There's nothing to excuse the armpit fetish though, no matter what it's meant to represent.
A truly moving tale of alienation. Mishima's language (as translated by Meredith Weatherby) is beautiful and delicate, in complete contrast to the bleakness of the narrator's thoughts. The semi-autobiographical nature of the narration is obvious, as no one who hasn't been deeply closeted could ever write about the experience so compellingly.
Acabo de terminar de leer este libro y siento que tengo demasiadas cosas que decir. Quiero ser breve pero me cuesta: por un lado, creo que es un libro bueno, interesante y que me dará mucho que pensar en adelante; sin embargo, por otro, me gustó mucho menos de lo que esperaba y nunca pude terminar de empatizar con el protagonista, algo que muy pocas veces me ha pasado.
Primero, creo que la edición que leí (Alianza, 2015) no era satisfactoria. El libro está repleto de párrafos que me costó mucho entender y relacionar a sus párrafos colindantes y, de pura casualidad, me enteré que justamente un punto que no había entendido se explicaba perfectamente en una edición distinta del mismo libro. Es por lo mismo que creo que, en parte, la dificultad que tuve para conectarme con el protagonista puede eventualmente haber tenido que ver con la dificultad que tuve para entender lo que expresaba a cabalidad.
Segundo, considerando que de todas formas entendí la mayor parte del libro, el protagonista me pareció arrogante y desagradable. A ratos me sensibilizaba; a ratos, la facultad del autor de describir las escenas más grotescas de forma bella, me abstraía. A ratos me emocionaba la aparente angustia del protagonista por saberse diferente, pero después se me pasaba porque nunca terminó de quedarme claro si Koo-chan sufría realmente por algo o no, tal y como no me quedó claro si era capaz de querer o no; durante gran parte del libro sentí que estaba leyendo a un protagonista con rasgos psicopáticos.
De todas formas, el libro me pareció interesante. Interesante porque ilustra la cultura japonesa de mediados del siglo XX, interesante porque ilustra algunas de las dificultades que implica ser homosexual tanto en el Japón de esa época como hoy en cualquier parte del mundo, interesante porque la forma de escribir y de describir un mundo interior de parte de Mishima me pareció particular, diferente, bella, incluso aunque no me gustara demasiado.
Mi evaluación final es que no des-invito a nadie a que lea este libro. Todo quién tenga ganas de leerlo, que lo haga, porque podría sacar muchas reflexiones interesantes de él. Yo misma, aunque no me gustó demasiado este libro y no me cae muy bien Mishima, quedé con ganas de leer más de sus obras. Sin embargo, advierto que no es una obra intensamente emotiva como sí lo es Alexis, de Marguerite Yourcenar, también una obra que describe la lucha de un hombre homosexual más o menos en la misma época y con similares conflictos.
Primero, creo que la edición que leí (Alianza, 2015) no era satisfactoria. El libro está repleto de párrafos que me costó mucho entender y relacionar a sus párrafos colindantes y, de pura casualidad, me enteré que justamente un punto que no había entendido se explicaba perfectamente en una edición distinta del mismo libro. Es por lo mismo que creo que, en parte, la dificultad que tuve para conectarme con el protagonista puede eventualmente haber tenido que ver con la dificultad que tuve para entender lo que expresaba a cabalidad.
Segundo, considerando que de todas formas entendí la mayor parte del libro, el protagonista me pareció arrogante y desagradable. A ratos me sensibilizaba; a ratos, la facultad del autor de describir las escenas más grotescas de forma bella, me abstraía. A ratos me emocionaba la aparente angustia del protagonista por saberse diferente, pero después se me pasaba porque nunca terminó de quedarme claro si Koo-chan sufría realmente por algo o no, tal y como no me quedó claro si era capaz de querer o no; durante gran parte del libro sentí que estaba leyendo a un protagonista con rasgos psicopáticos.
De todas formas, el libro me pareció interesante. Interesante porque ilustra la cultura japonesa de mediados del siglo XX, interesante porque ilustra algunas de las dificultades que implica ser homosexual tanto en el Japón de esa época como hoy en cualquier parte del mundo, interesante porque la forma de escribir y de describir un mundo interior de parte de Mishima me pareció particular, diferente, bella, incluso aunque no me gustara demasiado.
Mi evaluación final es que no des-invito a nadie a que lea este libro. Todo quién tenga ganas de leerlo, que lo haga, porque podría sacar muchas reflexiones interesantes de él. Yo misma, aunque no me gustó demasiado este libro y no me cae muy bien Mishima, quedé con ganas de leer más de sus obras. Sin embargo, advierto que no es una obra intensamente emotiva como sí lo es Alexis, de Marguerite Yourcenar, también una obra que describe la lucha de un hombre homosexual más o menos en la misma época y con similares conflictos.
I’m enthralled. I haven’t read a book as heavily introspective as this. I feel like I have read a discussion that goes on for a couple of hundred pages about inner turmoil, conflicting desires and the desperate want to reach normality. It’s astonishing that this was published in 1949 but it still achieves a sense of relatability now.
dark
reflective
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
No
Loveable characters:
Complicated
Diverse cast of characters:
No
Flaws of characters a main focus:
Complicated
dark
reflective
sad
slow-paced
Plot or Character Driven:
Character
Strong character development:
Complicated
Loveable characters:
Complicated
Flaws of characters a main focus:
Yes
This is a heart wrenching novel which had me emotionally invested throughout. Honestly it did not have to be so brutally tragic. This book is beautifully written, and i love it so much.
At times it was hard to read but I think it’s a good book with good representation of sexual repression and anxiety towards living.
I like the last three pages of the book, when the narrator and Sonoko goes to the dance hall.
I like the last three pages of the book, when the narrator and Sonoko goes to the dance hall.