hopeful informative inspiring reflective slow-paced

If anyone were to ever ask me my philosophy of education and teaching, I would just hand them this book. There were tons of “amens” and “yes!(es)” scribbled in the margins. I think Robinson is on point with all he is saying.
However, I only gave it 4 stars because I felt it was lacking in advice for how to move forward. There were some vague stories about changes happening (and I believe they can happen), but I am at a loss for what I can do as just a teacher or what I can do in the subject of ELA. I really wanted some concrete ideas to move forward with.

Gran fuente de orientación para la docencia creativa y motivadora
hopeful informative inspiring reflective medium-paced
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4.0

His approach is alarming but useful. It makes me think about what I would want my school to look like and how I would want to raise my own children if, in fact, I do end up having any. He also has some great insights about how a theory of intelligence is really tied to culture. We need to change our culture of intelligence in order for the future of education to survive.
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3.0

An interesting commentary that is connected to his TedEd Talk about the current state of our classrooms and how to support curiosity, promote creativity and attempt to be a radical inside your own school.
informative inspiring reflective medium-paced

Excellent read. Full review on Westillread.com

solid introduction to the problems in/of/with the American Education system. but too much faith in unschooling and "creative" programs that are often simply cash cows for snake oil salesman...

Aunque sí comulgo con algunas de las ideas que Ken Robinson suele exponer, no termino de quedar convencido tras leer sus libros (este es el segundo, tras [b:Out of Our Minds: Learning to Be Creative|77503|Out of Our Minds Learning to Be Creative|Ken Robinson|https://images.gr-assets.com/books/1347504070s/77503.jpg|74877]).

Para empezar, debo reconocer que siento desde hace tiempo cierto resquemor hacia los "gurús" de la educación. Siempre y cuando, eso sí, se trate de personas que están alejadas del día a día del aula convencional... lo que casualmente ocurre en la mayoría de casos. Me resulta muy difícil creerles porque lo que leo suele estar alejado de la realidad que vivo; de hecho habitualmente es fácil distinguir a quien frecuenta clases de primaria/secundaria de quien solo lo hace de forma ocasional o directamente no las pisa, solo con leer lo que dicen.

Con Robinson me pasa eso, trae multitud de éxitos educativos, todos ellos estupendos sí, pero por un lado quedan algo vacíos al ser contados tan de refilón y por alguien externo, y por el otro lado resultan... no sé, sospechosos. Me explico: solo habla de éxitos, nunca de fracasos (¿acaso no existen? Mmmm), y además se trata de éxitos rotundos, no nos trae las dificultades superadas, no hay opiniones contrarias, nunca aparecen complicaciones inesperadas, no hay casi éxitos parciales... un libro demasiado edulcorado, me temo. La creatividad es perfecta y solo hay que tener voluntad de aplicarla dejando de lado los exámenes normalizados. Lees el libro y parece que una vez dado ese paso, los buenos resultados vienen sobre ruedas.

Si bien concretiza más de lo que lo hacía en [b:Out of Our Minds: Learning to Be Creative|77503|Out of Our Minds Learning to Be Creative|Ken Robinson|https://images.gr-assets.com/books/1347504070s/77503.jpg|74877] (que era el principal pecado de este), el libro sigue pecando de general, Robinson parece más centrado en convencernos de la importancia de motivar la creatividad de los alumnos que en explicarnos cómo hacerlo. Pero, sobre todo, parece más un propagandista cuando nos dice "mira cuánta gente lo ha conseguido, solo faltas tú", y hecho en falta que se explaye más en el camino seguido en esos casos. Prefiero menos ejemplos, pero explicados más a fondo.

Por otra banda, hay algo que sigue dando vueltas por mi cabeza y no me acaba de convencer. Robinson repite hasta la saciedad que todos somos diferentes, que todos tenemos diferentes gustos y habilidades, que cada uno encuentra sus virtudes en un área diferente. Sin embargo, eso mismo no lo aplica a la creatividad y al potencial individual, que coloca en el mismo nivel para todos. Y me parece un poco contradictorio, pues creo que si todos tenemos diferentes habilidades, entonces habrá quien sea creativo y habrá quien no, pero destaque en otras tareas, y él niega esto.

Pero como ya decía en las primeras frases, no en todo estoy en desacuerdo con lo expuesto por el autor. Como él, creo que el extendido movimiento de normalización moderno, con sus exámenes estandarizados, no es el camino que debe seguir la educación. También creo que no se debe equiparar éxito académico con estudios universitarios... aunque luego él mismo cae en repetir una y otra vez el dato de acceso y graduación a dichos estudios superiores como ejemplo del éxito alcanzado en los ejemplos que da.

Otro punto en el que concuerdo es en que no todos los responsables de la política educativa están interesados en la educación, y en que el devenir de la educación de un país mejorará si se da voz a todos los estamentos interesados y que de él participan, cosa que desgraciadamente en España no sucede.

Y, por supuesto, siempre estoy dispuesto a demonizar los tan cacareados informes PISA, tan parciales hacia ciertas destrezas, que tan pocas cosas miden y que de un tiempo a esta parte parecen el principal instrumento arrojadizo para políticos en materia de educación. Pues solo nos faltaba esto, que usen como medida de las políticas educativas de un país entero un informe a todas luces incompleto y elaborado por una organización de carácter económico como es la OCDE. "Las tablas del PISA están hechas a la medida de la demagogia política", pocas frases de este libro encierran tanta verdad como esta.

Por último, me gustaría incidir que durante la lectura del libro se debe tener claro que la experiencia de Ken Robinson se reduce casi por completo a dos países, Reino Unido y Estados Unidos, y que siendo el lector de otro lugar (en mi caso, España), hay que ser capaz de contextualizar adecuadamente lo que se cuenta.

Y para terminar, me quedo con una frase suya que me parece muy acertada, "la manera en que se evalúa la asignatura condiciona la forma de enseñarla".