Reviews

An Orphan World by Giuseppe Caputo

bonesbones90's review

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dark emotional reflective sad tense fast-paced
  • Plot- or character-driven? A mix
  • Strong character development? No
  • Loveable characters? It's complicated
  • Diverse cast of characters? Yes
  • Flaws of characters a main focus? It's complicated

3.5

nearit's review

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4.0

Caputo's depictions of the uses and abuses of the flesh are vivid, teasing, and occasionally so brutal that they become surreal.

This book's other project is less bracing, to the extent that its full impact is only felt at the end, when its picture of what it is to live and die in the dark has been allowed to develop almost unseen.

scissor_stockings's review

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tense medium-paced
  • Plot- or character-driven? A mix

2.5

hughesie's review

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fast-paced

3.5


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moonandmadness's review

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dark emotional reflective sad fast-paced
  • Plot- or character-driven? A mix
  • Strong character development? It's complicated
  • Loveable characters? Yes
  • Diverse cast of characters? Yes
  • Flaws of characters a main focus? Yes

4.0

Brutal and beautiful at once - the prose takes on an almost magical quality, heightened by the fact that the story jumps between memories. Explicit sex and explicit violence make for a melding of extremes, forming an interesting telling of a liberation/in many ways coming of age story. 

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freddybingsu's review against another edition

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5.0

"Los hombres saltan de las jaulas: quedan en el aire, sostenidos por cuerdas. Entonces abren los brazos, al tiempo todos, y muestran al público sus alas de colores -saben hincharse con el aire, las mariposas: lo absorben, lo tragan, y entonces crecen, sus alas, se multiplican, a veces hasta por quince-. "¡Vuelen, vuelen!", sigue Luna, y al ver a la multitud detenida, en pasión por el vuelo, grita: "¡Sigan bailando, mariposas!"."

La belleza de este libro radica en su cruda realidad, en su descripción gráfica pero con una narración casi poética, en la diversidad de sus personajes, en la representación queer, en la apreciación a la vida y a la muerte, en la sexualidad, en la amistad, en la familia.

Aquí seguimos a un padre y su hijo, nunca nos dicen sus nombres ni edades, pero mientras va avanzando el libro, los sucesos nos dan a entender que el padre es de edad avanzada y el hijo ya es alguien mayor de edad. Vemos a esta familia viviendo en la pobreza, en un oscuro barrio que va hacia el mar en el que los faroles no funcionan; ideando plan tras plan para conseguir comida y dinero. Pero un hecho de violencia extrema en el barrio va a cambiar la vida de estos personajes.

Para empezar, la estructura de este libro es hermosa y ayuda mucho a la trama en sí. Cada capítulo (a excepción de uno) está narrado en dos líneas de tiempo, una en el presente y otra en el pasado. Esto me gustó mucho teniendo en cuenta los hechos que se relataban, sentí que iban muy bien con la historia y siento que fue más impactante que si hubiese sido escrita de forma lineal. La construcción de los personajes principales es hermosa. Por un lado tenemos al padre, un hombre mayor, sin trabajo, que ama a su hijo con una intensidad inmensa y que lo único que quiere hacer es que ambos vivan bien dentro de lo posible. Un hombre soñador que piensa en ideas para obtener dinero para él y su hijo, ideas descabelladas y que el lector sabe que no van a funcionar; y por otro lado, tenemos al hijo, todo lo contrario a su padre, es alguien más realista, con los pies en el suelo, sabe que las ideas de su padre no funcionarán, pero aun así le sigue la corriente porque haría lo que sea para que su padre sea feliz.

La historia es muy gráfica respecto a la violencia y la sexualidad. Cuando leí lo que pasó en el barrio, este hecho violento, la verdad es que quedé helado y tuve que dejar de leer como por dos días. No lo voy a describir porque es mejor que lo lean en el libro, pero es un ataque homofóbico que, por lo menos a mí, me dejó en shock. Como un hombre gay y, teniendo en cuenta de que nuestro personaje principal, el hijo, es gay (o por lo menos eso nos da a entender, pero nunca se menciona una orientación en específico), lamentablemente, es algo que pasa y que sigue pasando hasta el día de hoy y, tal vez, con el mismo grado de violencia que en el libro. Mientras leía, solo podía pensar en los cientos, miles, millones de vidas de personas LGBT+ que se han perdido en manos de personas intolerables. En cierta forma entendí cuando, después del ataque, el padre le pide al hijo que no salga a la calle a buscar comida, en cierta forma entendí a mis propios padres cuando me dicen que tenga cuidado al salir con alguien más a la calle. "Sigan bailando, mariposas" inicia como un insulto, una frase escrita en un muro en medio de la masacre, casi como una amenaza. Pero el libro, los personajes LGBT+ del libro toman esta frase, esta amenaza, y la hacen suya, la hacen propia. Sigan bailando, sigan mostrándose tal cual son, sigan vistiéndose como quieran, sigan saliendo con quien quieran, sigan besando a quien quieran, sigan disfrutando de sus vidas a pesar del odio, de la intolerancia, de lo que nos puedan hacer.

Siento que, en este libro, de una forma u otra, pude leerme a mí y a personas que conozco. Pude leer a mi mamá cuando, en un tiempo, no teníamos dinero; pude leer a las personas que nos dieron una mano en momentos de necesidad; pude leer a mis amigos que abrazan sus identidades y las celebran, que disfrutan su sexualidad porque es suya; y pude leerme a mí, porque el libro, la narración, la historia, los personajes son tan reales, que fácilmente puedes ponerte en su lugar y verte a ti mismo como uno de ellos, siendo parte de la historia, ya sea como uno de los personajes principales o un papel secundario.

La belleza de este libro radica en su realismo, en como muestra que la oscuridad puede ser muy profunda, puede durar mucho tiempo, pero, tarde o temprano, siempre hay una luz, al principio pequeña que se va agrandando cada vez más. Siento que deje muchas cosas fuera de esta reseña, pero no quiero alargarme más, sino, nadie la leerá, así que, para terminar, lean este libro, está demasiado recomendado y, como soy bien dramático, como cierre, voy a dejar una parte que amé y que me hizo botar lágrimas de gratitud.

"-Por nosotros -me corrigió, y quizás comparando ansiedades anteriores con la calma que sentíamos en el momento, agregó-: y por Olguita y Ramón-Ramona: por su vida y su amistad. Por nuestro trabajo, que va a permitirnos pagar lo fiado y estar más tranquilos. Por quienes nos fiaron, también, y se olvidaron de las deudas cuando tuvimos que fiar otra vez. Por el fin de las noches difíciles. Por la luz y el agua que no nos faltó. Por la comida que, aunque tarde, llegó siempre. Por la salud que hemos tenido todo este tiempo."

camoru82's review against another edition

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3.0

(…) Más tarde las olas, en silencio, moribundas, desplegadas como mantas, regresaron a la orilla los cuerpos desnudos de tres ancianos. “Quizás eran jóvenes”, pensé, “y estuvieron mucho tiempo en el agua”.

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En la ronda, luego, estaban los ahorcados. Estos cuerpos que fueron hombres, suspendidos ahora en el aire, parecían mirar, impasibles, a los muertos de al frente. Y estos muertos estaban intervenidos para parecer mujeres: les pusieron piedras en el pecho, como senos; les cercenaron la verga. Entre esos yacía uno cuyo vientre se agitaba, independiente. "Está vivo", dijo alguien. Tenía heridas, el vientre, y las habían cosido. Al acercamos vimos un pico, que desaparecía y aparecía, pertinaz, rompiendo los hilos para abrirse paso. Por fin, un gallo salió del roto y el cuerpo anónimo se dejó de mover.

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Cuando le preguntaba, hace años, por mi nacimiento, mi padre me sentaba a su lado, o en las piernas, para hablarme del cielo y las estrellas, y de un planeta en particular que quedaba, según decía, a las afueras del universo. No tenía nombre ese planeta —no para nosotros, en la Tierra. pues quedaba muy lejos y nadie nunca lo había nombrado—. De ahí su importancia, decía él: que a pesar de que existiera y supiéramos que existía, no tuviera un nombre.

Era un mundo huérfano, sin sol, y la noche, por tanto, era perpetua. "Hay muchos planetas así", agregaba Papi mirando el cielo y recomendándome que yo también lo hiciera. "huérfanos de la estrella-madre. luego del nacimiento de los sistemas solares".

Para hablar de la vida allá, del mundo que era ese planeta, narraba lo que venía a ser una noche cualquiera en ese lugar, concentrándose en la apariencia de sus habitantes: "Todos allí podían mezclarse —y todo, con todo—, por lo que nacían siempre criaturas distintas, extrañas a nuestros ojos. miles y miles a cada hora. Salir de casa, cada vez, era salir a un mundo nuevo".

Los paisajes en ese orden (o desorden, según se viera) variaban continuamente: si una noche había árboles en el camino —árboles con raíz, tronco y ramas, como los nuestros, y con hojas, cientos de ellas—. podía ocurrir que a la siguiente hubiera varios nuevos. Uno alado, con garras en las raíces y plumas negras, hijo de un pino y un cuervo (y el árbol, aunque alado, no podía surcar el aire, pues su tronco tan pesado le impedía elevarse). Otro árbol amanecía —no: anochecía, pues siempre era de noche en ese planeta— cubierto con un caparazón gigante. resultado de la mezcla nocturna de un castaño con una tortuga (y podían verse sus ramas, asomándose por los huecos de la coraza. como si fueran las patas del morrocoyo). También podía ocurrir, y no sin frecuencia, que el camino se despoblara de árboles, poco a poco, pues así como muchos nacían y crecían y se quedaban en ese terreno, otros se iban de allí galopando ("Ah". suspiraba mi padre, "¡imagina los relinchos de esos árboles-caballo!") y a veces incluso reptando, como hicieron los hijos de un ciprés y una serpiente.

Y es que así como el pino y el cuervo podían tener árboles-cuervo, y la tortuga y el castaño, castaños acorazados, también podían tener cuervos-pino y tortugas-árbol, respectivamente. Los primeros debían cuidarse de llegar a tierra cuando se cansaran de volar, pues tenían raíces en vez de patas, y las raíces podían arraigarse en el suelo y no soltarse más (también debían evitar, estos cuervos-pino, que algún animal masticara sus hojas, que crecían a la par de sus plumas negras). En cuanto a las tortugas-árbol, mi padre decía que era frustrante para algunas nacer sin coraza, pues se sentían expuestas (y sus capas de hojas no bastaban para aliviar ese sentir), aunque también era cierto que otras nacían protegidas por un tronco de madera. Estas crías eran largas y verlas de lejos era ver a un castaño en posición horizontal, con cabeza y paticas de reptil, caminando lento. (…)

arirang's review

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2.0

The blurb comparing this to Vernon Subutex should have warned me this likely would not be for me.

There are lots of elements to the novel, the strongest of which were a beautifully portrayed father-son relationship, built on acceptance, and the father's mad-cap money making schemes (the 'talking house' scene a highlight). And there is a deliberately visceral and disturbing portrayal of homophobic violence a little reminiscent of the Ciudad Juárez section of 2666. But other parts were less successful to me and, it has to be said, the 2nd quarter of the book (the Roulette chapter) feels gratuitously sexually explicit.
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